Televisión y vinilos de la mano

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Cada década tiene sus pros, sus contras y sus singularidades. Esto es lo que las dota de personalidad y lo que hace que una vez viéndolas desde el retrovisor las recordemos con una sonrisa o una mueca de desagrado. Lo curioso es, que aun cuando solo hayamos vivido tres o cuatro, y seamos capaces de recordar con lucidez dos o tres, tenemos una opinión y una respuesta emocional a al menos cuatro o cinco.

Hay elementos de cada década que hacen que podamos “sentirlas” inclusive cuando no fuimos parte de ellas,  y aun cuando son las personas que la transitaron quienes realmente conocen sus matices, sus glorias y sus vergüenzas; estos elementos se vuelven la herencia de ese periodo para todos los que llegaron después.

Dentro de una realidad en la que todo cada vez se mueve más rápido, no es sencillo detectar los rasgos distintivos de una década que está ya en la recta final, sin embargo creo que en los 2010’s se han consolidado al menos un par de cosas: la música en vinilo está de vuelta y las producciones de televisión parecen superar a las de la industria comercial cinematográfica. Esto se cristalizará de manera perfecta en los próximos meses cuando Lakeshore Records e Invada Records lancen de manera conjunta en formato físico la música de los capítulos San Junipero y Men Agains Fire de la serie de ciencia ficción Black Mirror.

No es la primera vez que esto sucede, en la segunda mitad del año anterior, otras series han visto ya su música puesta a la venta en formato LP (Stranger Things, Mr. Robot), sin embargo en esta ocasión se llega al grado de hacer una publicación a nivel episodio, y parece adecuado (al menos para este artículo) que sea precisamente San Junipero  uno de ellos. En este capítulo se plantea la posibilidad de “vivir eternamente” en una ciudad costera dentro de una década elegida; con su moda, música, entretenimiento, gastronomía, etc. Más allá de los dilemas existenciales que esto plantea, es interesante pensar en qué época decidiríamos “vivir eternamente”. Woody Allen hace un ejercicio al respecto en su película Midnight in Paris, pero esa es otra historia.