Mezzanine: a 20 años

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La década de los noventa fue un periodo muy importante para la música, toda una nueva audiencia apasionada que buscaba un movimiento al cual sentirse identificado y que tuviera su propia música, una audiencia con poder adquisitivo que podía mantener a sus músicos, comprando sus discos y asistiendo a sus shows. Uno de los movimientos musicales más influyentes de esta década fue el trip-hop, nacido y amamantado en Reino Unido por una escena formada principalmente por distintos colectivos de artistas multiplataforma que incluían todo tipo de expresiones artística.

Uno de los colectivos más importantes fue The Wild Bunch en la ciudad de Bristol, del que formaron parte Daddy G, Andrew Vowles y Robert Del Naja, quienes a su vez formaron Massive Attack en 1988 como una especie de enfoque del colectivo hacia la producción musical, su primer canción fue «Any Love» con la participación del cantante Carlton McCarthy y en un par de años fueron firmados por Circa Records gracias al apoyo de Neneh Cherry, quien es considerada la madrina del trip-hop por su constante apoyo a las tres principales propuestas (Massive Attack, Portishead y Tricky).

Después de su importante álbum debut Blue Lines de 1991 y el Protection de 1994, Massive Attack se metió al estudio para las sesiones de grabación que resultaron en un proceso difícil y estresante para la banda, tensión que finalizó con la salida de Andrew “Mushroom” Vowles de Massive Attack por distintas diferencias creativas. En aquel lejano 1998, el trip-hop pasaba por una especie de entumecimiento creativo producto de tantas bandas que sonaban similares, la fórmula solía ser:

  • Voz Femenina
  • Sampleos de canciones soul, jazz, reggae, dub
  • Ensambles de cuerda
  • Letras tristes

El sonido de Mezzanine es mucho más oscuro que el de sus contemporáneos, dependiendo fuertemente del ambient, los sonidos abstractos, atmósferas oscuras e instrumentos musicales que lo acercan más al rock e intentaron alejarlo del dub electrónico + hip-hop que tanto caracterizan los dos primeros lanzamientos del grupo, también continuaron usando samples de otros artistas lo cual les ganó una demanda de Manfred Mann en 1998. Mientras el álbum avanza, las melodías se entretejen más y más en disonancias y acordes mayores, ediciones post-producción de efectos reverbs, fuzz, clips de audio que aparecen una o dos veces en toda la canción, notas repetitivas que aumentan y disminuyen de volumen sin un sentido aparente, y de repente meten una especie de interlude como en «Exchange» para después seguir con la locura, las participaciones de Horace Andy y Elizabeth Fraser le dan un status casi religioso a Mezzanine y cada que aparecen sus canciones, el álbum adquiere una personalidad casi mística, hasta llegar al punto en que de alguna manera conviven rasgos del punk, del hip-hop, dub, R&B, dreampop, rock, ambient, incluso del darkwave.

La letra es una de las partes más profundas de esta producción, variando en temas como relaciones fallidas, sexo, posturas filosóficas ante la vida, amor incondicional, angustia, paranoia, alucinaciones. Aunque todas las canciones aparecen acreditadas al trío Del Naja, Marshall y Vowles, también aparecen acreditados los compositores de las canciones sampleadas pero lo más importante es la participación de la leyenda Elizabeth Fraser, cantante y compositora de Cocteau Twins y cuya participación nos hizo soñar con un álbum solista que jamás llegó, dejando su colaboración en Mezzanine como uno de los ejemplos de lo que pudimos haber escuchado si Del Naja hubiera sido productor de algo así.

Massive Attack es la piedra angular del trip-hop, sin embargo, ya estaban cansados del género y con Mezzanine intentaron separarse de las reglas que muchos otros continuaban siguiendo desde años atrás, lo curioso es que construyeron un álbum legendario que dio otro nuevo respiro al trip-hop y así entró una nueva ola de artistas que, aunque muchos solo vieron éxito en Europa, dejaron un legado que después de casi una década hizo eco en América. El legado de Mezzanine se vivió mucho más en los fans, apareciendo en listas de «los mejores discos» de toda clase de publicaciones de crítica musical, ovacionado por el público, productores, compositores, músicos, críticos, constantemente citado cuando se quiere hablar de producciones exquisitas o de álbumes que mejoran con el paso de los años. En lo personal, lo considero uno de los 10 álbumes más importantes de los 90’s y es probable que seguirá siendo uno de los más importantes en toda la historia de la música.