Sweetheart of the Rodeo: El día que el rock volvió a su hogar

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En 1968, The Byrds, una de las bandas más importantes de la psicodelia, se tambaleaba por sus problemas internos, algo que venía desde el Younger Than Yesterday. La banda trabajaba en su nuevo álbum, The Notorious Byrd Brothers, a finales de 1967, y en plena grabación, David Crosby y Michael Clark, abandonarían el barco. Roger McGuinn y Chris Hillman se quedan solos e invitan a Gene Clarke (que había abandonado a la agrupación durante las grabaciones del Younger Than Yesterday) a regresar a la banda. Este acepta, aunque sólo por una semanas, y con él terminan el álbum.

Durante la promoción, era evidente que no podían tocar sus clásicos con sólo guitarra, bajo y batería, y es ahí cuando el nombre de Gram Parsons es puesto sobre la mesa, y tras una prueba, Parsons pasa a formar parte de la banda. Con esa alineación, McGuinn comienza a planear su próximo álbum, un tributo al folk estadounidense.

EL DISCO

Pero Parsons era un tipo sureño, obsesionado con el country y propone hacer un disco en esa dirección, y es así que el camino de The Byrds se comienza a dirigir hacia la también llamada música americana. La banda comienza a elegir los clásicos que serían reversionados, quedando en la elección final, himnos como «Blue Canadian Rockies» de Cindy Walker, y popularizada por Slim Whitman, «Pretty Boy Floyd», de Woody Guthrie, «Life In Prison» de Merle Haggard, «The Christian Life» de The Louvin Brothers, entre otros, además de dos tracks originales, escritos por Parsons: «Hickory Wind» y «One Hundred Years From Now», además de «Lazy Days», que quedaría fuera, y posteriormente sería retomada por Parsons, con su banda, Flying Burrito Brothers. 

El álbum fue grabado en la cuna del country, Nashville (también conocida como la capital mundial de la música), con Parsons, aderezando al sonido de la banda, instrumentos como la mandolina, banjo, fiddle, y piano Honky Tonk.

El sureño se apoderaba del liderazgo de la agrupación, algo que molestaba a McGuinn. Y con ese roce en la alineación, y en plena post producción del álbum, la banda viaja a Europa para un compromiso de gira, y es ahí donde Parsons abandona el proyecto. Por cuestiones de contrato con el sello LHI, el trabajo de Parsons no podía ser usado por la banda, así que retrabajan (para beneplácito de McGuinn) el álbum, dejando solo algunas armonías vocales de Parsons. 

La obra es terminada y sale a la venta en agosto de 1968, con el título, Sweetheart Of The Rodeo. 

SU IMPORTANCIA

En su momento, el álbum tuvo una acogida negativa por parte de los puristas del country, que calificaron este ejercicio musical, como un sacrilegio en contra de la música tradicional norteamericana, y eso aunado a la nefasta campaña promocional, disminuyeron su impacto. Pero eso no fue impedimento para que la historia le diera su lugar, y con los años, se volvió una piedra angular que cambiaría el curso de la música para siempre. Un «sacrilegio» musical comparable a aquel «sacrilegio» eléctrico cometido por Dylan en aquel Newport Folk Festival, o a esa era musical que vino tras el lanzamiento del Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band. 

Sweetheart of the Rodeo, no solo es el punto musical más alto de una de las mejores y más originales bandas de todos los tiempos, es una de las cumbres dentro de la historia del country, y una de las cumbres de la historia del rock. Y no, no fue un sacrilegio, ya que si tomamos en cuenta que el country, es uno de los padres directos del rock, se puede entender, que con la aparición de la obra, en realidad, el rock solo regresó al hogar que lo vio nacer.

*Este artículo apareció publicado por primera vez en Nopal Eléctrico Radio.