El Mató parece ser uno de esos grupos a los que no les corre prisa por sacar nueva música, y sin embargo, cada vez que lanzan algo, son capaces de sorprender y ocupar nuevamente el lugar que tienen reservado en la historia de la música argentina, una historia que se está escribiendo ahora mismo. En esta ocasión, con La Síntesis O’Konor, su tercer LP, marcan una evolución que no busca una apuesta estética demasiado alejada de lo que es la personalidad de la banda, pero que sin embargo, gracias a la creatividad, la frescura y compenetración que tienen como agrupación, aunado a una producción verdaderamente impecable, siguen aportando matices a su música, otorgándole una evolución tan natural como novedosa.
Si algo sobresale en primer lugar en este disco es el sonido: directo y nítido, lo que hace que sus melódicas canciones de sencillas estructuras brillen. «El Tesoro» ya había marcado hace algunos meses el camino de por dónde podría ir esta nueva entrega, pero los colores que le otorgan al producto final son aún mayores mediante el uso de sintetizadores, arreglos y con un trabajo de guitarras muy completo, donde en ocasiones se alejan de la distorsión habitual. Aunque los primeros temas suenan más apegadas a lo que podría ser la formula del grupo (cuestión que en absoluto demerita lo homogéneo del disco), como en «Ahora imagino cosas», la paleta sonora se va expandiendo. Tenemos el ejemplo de una canción tan extraordinaria como «Las luces» donde sus guitarras saturadas y batería de fondo sirven de marco para una odisea espacial de desiertos lejanos, «Excalibur», una balada preciosa llevada a la mínima expresión o «Fuego» con unos teclados y arreglos que sumergen la canción en un tono oscuro que nunca pierde la identidad pop del grupo.
En segundo término nos encontramos con unas letras más personales y con un dejo de tristeza en su mayor parte, un tanto alejadas del tono de entregas anteriores. Como no desarmarse ante líneas que en voz de Santiago Motorizado rezan frases como: «Sueño que pierdo el tiempo en la cama, durmiendo, durmiendo…» en «Alguien que lo merece», «Hoy voy a salir a buscar todo lo que quiero, voy a derrumbar mi casa y empezar de nuevo» en «La noche eterna» o el mantra en que se convierte «Porque tuviste que decirme eso» en «Excalibur».
Enmarcada en una curiosa y llamativa portada de guerreras retro futuristas, el Mató nos ha entregado uno de los mejores discos en español del año y otra joya más en su discografía. En la citada «Fuego» van cerrando el disco con la frase «Ahora soy mejor, te juro soy mejor». Creo que estaban muy seguros de lo que decían. Me rindo ante ello.