Entrevista al artista visual Cristian Franco, uno de los creadores del festival
En esta ocasión, tratamos de ahondar un poco mas en las entrañas del festival Doña Pancha para saber un poco mas acerca de sus intenciones y el perfil que ha ido definiendo a través de los años, para ello entrevistamos al artista visual Cristian Franco, una de las mentes detrás del citado festival.
Doña Pancha cumple 10 años este 2018. ¿Qué consideras que ha ganado y que ha perdido el festival durante esta travesía?
No considero que haya perdido o ganado, considero que un proyecto de esta naturaleza es cambiante y va adaptándose a las adversidades, ha crecido y continua con vida gracias a la constancia y la fuerza que le inyectan todos los involucrados. En un principio no se contemplaba la idea de que fuera un festival; comenzó por la necesidad de crear un pequeño espacio para visibilizar proyectos de música o cualquier experimento que pudiera insertarse en un escenario. Creo que el espíritu sigue siendo el mismo, sólo que se ha multiplicado y repartido en distintos puntos geográficos (Guadalajara, Mexicali y San Diego), con la finalidad de crear puentes entre creadores de cualquier disciplina.
¿Qué es lo que consideras que los diferencia con otros festivales de un pequeño y mediano formato?
Considero que son varios puntos, uno de ellos es la identidad que se ha construido con el paso de los años y la diversidad de puntos de vista conformado por el equipo DPF; quiero creer que la informalidad y la falta de conocimiento respecto a como se debían hacer los shows, nos llevó a concretar un festival sin prejuicios musicales con la finalidad de propiciar un encuentro de artistas visuales, músicos y un público que busca experiencias muy especificas.
¿Qué tan difícil ha sido levantar año con año un festival independiente de este tipo? ¿Cuáles son los retos?
La dificultad va en aumento y cada año nos topamos con nuevos retos, en un principio cuando lo realizábamos en la ciudad de Tecate, la mayoría de los músicos se quedaban a dormir en las casas de nuestros familiares y amigos y era algo muy intimo: gente durmiendo en la sala y uno que otro músico vomitando detrás de los sillones; ahora al menos ya se quedan en hoteles. El problema que yo veo para un proyecto de esta naturaleza es que estando en provincia como decía el pinche Chabelo, lo vuelve más complicado, los pocos recursos que permean la cultura se quedan donde mismo, y cae muy poco al fondo. Por otro lado lo hemos podido llevar a la realidad gracias a muchos artistas (plásticos-visuales) y pequeños emprendedores locales tanto de bares, restaurantes o productores de cerveza y mezcal aunando a personas interesadas en el proyecto que nos estrechan la mano. Sin ellos esto sería muy difícil o prácticamente imposible. Otro de los retos es crear nuevos públicos y hacer sustentable el fest, y que los músicos y artistas que participan se les pueda pagar dignamente como debería de ser en cualquier labor.
¿Cuáles son las expectativas de crecimiento de un festival como Doña Pancha?
Afortunadamente ha ido creciendo año con año, nos gusta la idea de un festival que no sea masivo, un festival diseñado para una determinada cantidad de personas, lo suficiente para observar y escuchar sin problemas, poder disfrutar de todos los proyectos, no tener que hacer largas filas para orinar o comprarte un cerveza, etc.
Hay mucha gente que ve a DPF como un festival underground. ¿Lo consideran ustedes dentro de ese perfil?
Si tomamos en cuenta la analogía utilizada por Germaine Greersobre el underground que dice: “el underground no es un club al que puedas unirte; estás dentro o estás fuera… es como ser un criminal”, entonces sí somosunderground.
¿Hay ciertos géneros por los que tengan cierta inclinación?
Normalmente cada uno de los integrantes del fest (Julián González, Guillermo Estrada, Francisco Domínguez, Edgar Cobián, Laura Bordes, Javier Audirac y Cristian Franco), trae su propio universo y el resultado o la búsqueda de proyectos no las rige un género; intentamos presentar proyectos interesantes o que consideramos que tienen alguna relevancia.
Una parte del festival se conforma de actos que no son propiamente proyectos musicales como tal, sino actos performáticos que se valen de la música. ¿Cómo los describirías desde tu punto de vista? ¿Qué aportan a un festival de música?
Desde el primer DPF hubo proyectos inclasificables. Creo que esto se debe a que varios de los que formamos Doña Pancha nos dedicamos a las artes; a lo largo de su historia se han presentado proyectos que tienden más hacia el performance y a lo efímero. Por mencionarte algunos: Anal Core, Los Nuevos Maevans, Rancho Shampoo, Fundación Wanna Winni, Manada Cobras, Flema Seca, Cris Torres, Maricones Violentos, Israel Martínez, Los Lichis, Pellejos, Cráneo Verde Humeante, sólo por mencionar algunos; para nosotros es importante abrir estos huecos y visibilizar propuestas que desde nuestra óptica nos parecen importantes.
¿En este año, en ese apartado específico, con que nos encontraremos a grandes rasgos?
Tenemos el honor de presentar a Jippies Asquerosos y Sonidos Ultramodernos, acto que surge a partir de la colaboración entre dos proyectos creados por artistas y curadores de la ciudad de México, Los Jippies asquerosos (Willy Kautz) y Sonidos Ultramodernos (David Miranda y Ricardo Rendón) en esta ocasión nos preparan un acto especial que les puedo asegurar nadie olvidara; por otro lado viene Rancho Shampoo y la Indian Dub Orchestra directo de San Diego CA., un proyecto de Guillermo Estrada que surge a partir de los experimentos que se han presentado en DPF, acompañado de la Indian Dub, presentando su nuevo material y por primera vez juntos en Guadalajara. Y por último: Dinoflagellates, un proyecto de Gonzalo Lebrija, Pier Martínez y Francisco Ugarte, el cual es el resultado de una residencia en casa Wabi en Oaxaca donde los artistas toman como pretexto el fenómeno provocado por el fitoplancton científicamente conocido como dinoflagellata, y en base a esta experiencia sensorial y estética que tuvieron en la laguna de Manialtepec, producen un disco, el cual se presentará en DPF y es todo un misterio absoluto, hasta para nosotros mismos.
¿Qué mensaje les darías a la gente que irá al festival?
El mensaje es muy sencillo: que apoyen a las iniciativas que residen en esta ciudad, asistiendo y comprando la preventa, es importante para que puedan seguir con vida proyectos de esta naturaleza.