Deerhunter fue un grupo que llegó en un momento de mi vida en el cual pocas cosas me emocionaban. Como siempre, había muchas cosas interesantes, pero poco de ello realmente me cimbraba. El primer disco que escuché de ellos, el excelente Cryptograms, entraba dentro de esos terrenos: algo bastante interesante pero que no terminaba por engancharme totalmente como para hacerlo mío.
Pero esto cambió radicalmente cuando el grupo lanzo su álbum Microcastle.
Algo alejado de las estructuras de su álbum anterior, más enfocadas en el ruido en repetición y la psicodelia, es en este disco donde dieron un giro hacía melodías más nítidas, en ocasiones más pop, pero conservando muchas de sus aspiraciones experimentales.
Desde el tema “Agoraphobia” (junto con el corte anterior, “Cover Me Slowly”, que funciona como una especie de intro) marca el camino hacia dónde va a ir el disco, con un pop de guitarras envolventes que va perfilándose hacía un sonido de distorsión y shoegaze, haciéndose esto más evidente con “Never Stops” (posiblemente mi favorita del álbum), con un último tercio de delicioso ruido.
Está tónica sigue con “Little Kids”, para cambiar de alguna manera con la homónima “Microcastle” a un tema de perfil más lento e incluso discreto, más de transición hacia la siguiente fase del disco, una que conforman “Calvary Scars”, “Green Jacket” y “Activa”, algo más ambiental y calmo. “Nothing Ever Happened” contrasta con todo ello, indudablemente uno de los mejores temas del álbum y donde condensan mucho de su esencia. El último tercio del álbum, sin aportar alguna novedad, pero sin decaer en su intensidad y espíritu, se mantiene otorgando un gran cierre, bastante coherente con la obra en sí.
La importancia de Microcastle en la carrera de Deerhunter viene dada por la directriz que tomaron a partir de ese momento y que han continuado de alguna u otra manera en sus siguientes discos, y el hecho de que fue el álbum que los puso en el mapa musical con una mayor repercusión (el anterior Cryptograms hizo su parte dentro de un circuito más reducido). Pero lo mejor estaba por venir, el disco que terminó por hacer que me enamorará perdidamente del grupo, el fabuloso Halcyon Digest, al que muchos consideran (me incluyo) el mejor dentro de su impecable discografía.