Black Midi había estado haciendo bastante ruido (literal) desde su natal Londres con sus electrizantes presentaciones (solo hay que ver el video de su pequeña presentación en KEXP para darse una idea)y un par de temas que habían sacado en streaming: “Talking Heads” y “Crow’s Perch”, los cuales algo habían mostrado de su potencial, pero es hasta ahora, con el lanzamiento de su álbum debut Schlagenheim, que confirma que son una banda a tomar en cuenta.
Black Midi es una banda jovencísima, conformada por Geordie Greep (voz), Morgan Simpson (bateria), Cameron Picton (guitarra) y Matt Kwasniewski-Kelvin (bajo), los cuales demuestran mucho músculo pero al mismo tiempo un afán de experimentación y desparpajo el cual provoca que todas las influencias que pudiera tener una agrupación de pubertos de esta índole, aunque detectables, quedan pulverizadas y constantemente expuestas a una constante deconstrucción, dando como resultado una obra imprevisible como emocionante, así sea en ocasiones no muy accesible para todo público.
Tan difícil es saber hacia donde irá cada canción (mas que progresiones parecen rompimientos conscientemente caóticos) que parece una misión imposible quererlas definir y dar a notar una canción sobre otra; lo mejor en este caso, es enfrentarse ante el álbum como debe ser, de un salvaje tirón, para ir experimentando sus frenéticas percusiones, su punzante guitarra y bajo, así como las desquiciadas y erráticas vocalizaciones. Un disco que es desde ya (gran portada igualmente), uno de los grandes álbumes de este año, así sea en algunos momentos como ya comenté, no muy accesible para todo público.