Hace apenas muy poco empezó a circular en la red un disco del que de boca en boca, se hablaban muy buenas cosas, desde la gente que participaba, hasta el resultado musical y la impecable producción, este disco se titula Nieuw- West y la banda es Wisedog. De lo poco que se sabía era que detrás de ello estaba un viejo conocido: el carismático Joe Volume, quien ya tenía dos años de haber lanzado su última placa The Sullen Years, y casi cinco de no pisar un escenario. Escuchando el álbum, nos encontramos con una estupenda obra, llena de inventiva, que muestra una notable madurez y una faceta distinta de lo que nos había mostrado antes el músico, pero manteniendo ese espíritu punk que el mismo ha enarbolado desde la independencia. En lo musical, hay una variedad estilística tan lograda como exquisita, donde lo mismo caben estructuras trip-hoperas dándose un cálido abrazo con el folk y el country, que música cubana fundiéndose juguetonamente con un reggaeton (sí, señor) entre un gran crisol de estilos. Esto no pudo haber sido posible sin la estupenda producción de Daniel Goldaracena y la banda que Joe V (como ahora se hace llamar, dejando de lado el Volume) conformó, con notables músicos e invitados de gran valía. Para conocer un poco más acerca de lo que implicó hacer este álbum, que desde ya, se apunta a ser uno de los mejores del año, entrevistamos al buen Joe, que amablemente accedió a contarnos acerca del crecimiento tanto personal como musical que tuvo para llegar a este punto.
¿Es éste tu disco más ambicioso?
Sí ,sí creo es el disco más ambicioso que he hecho, pero es algo que se dio con el tiempo. Cuando empezamos, sólo habíamos hecho un par de sesiones Daniel Goldaracena (el productor) y yo; como un año después pude regresar a Amsterdam y nos dimos cuenta que teníamos material para hacer un buen disco y ahí fue cuando juntamos a la banda e hicimos una selección de músicos muy especial; todo eso se fue dando de una forma muy natural, nunca lo presionamos. Simplemente, yo andaba viajando por Europa y nos dimos cuenta que teníamos buenos canciones y decidimos de una vez hacer un disco.
¿Y cómo se dio el contacto y la coordinación con tantos músicos de distintos países?
Pues las sesiones las llevamos de una forma bastante poco ortodoxa, pues se realizaron de todas las formas posibles. Hay grabaciones callejeras, de campo, que Daniel tenía y que se insertaron en las canciones, y cosas que teníamos Daniel y yo trabajadas en el estudio. Pero también la parte más importante fue la banda que teníamos en Belgica, que eran Damien Vanderhasselt, Younes Faltakh y Nele Paelinck, que vinieron a inyectarle muchísimo a las canciones. Y ya después que teníamos todo ese paquete de canciones ahí fue cuando nos vino a la mente invitar a más gente, lo cual fue un gran privilegio. Entre ellos a Marc Ribot y Nicholas Dominic-Talvola. Por ejemplo, pensamos… nos gustaría una trompeta… ¿quién puede? y pensamos en Nicholas. Trabajamos de esa manera en tres secciones: Daniel y yo solamente, con la banda y con las contribuciones; hasta donde tengo entendido Dominic grabó todas sus partes en su hotel en Corea, porque tenía una exposición de fotografía allá, y Marc grabó todo en su departamento en NY. Entonces simplemente tuvimos que alinear. Fueron formas que al menos para mí, que estaba acostumbrado al punketeo, al 1-2-3 vamos, sí eran formas poco ortodoxas y que requerían bastante paciencia. En el caso de Andrés Solis, él es un buen amigo mío que nos ha ayudado mucho a mí y a Daniel en varias ocasiones con distintas producciones; es un músico de bastante renombre en el circuito experimental /avant garde en México, y estuvo en el Instituto Nacional de Danza, si no mal recuerdo. Con Michael Vanderhasselt, hermano de Damien, ocurrió algo chistoso: estaba un día en el estudio, se puso a tocar, y nos gustó un chingo lo que estaba haciendo y le preguntamos si no quería grabarlo y lo grabó, ¡pero en realidad él es abogado!
La gente que participó hasta donde sé, la admiras muchísimo de entrada.
Me gusta decir un poco, que me tocaron los músicos que quería, los soñados, como es el caso de Marc Ribot. Yo antes tocaba el bajo, hasta que escuché a Marc tocando la guitarra en el Rain Dogs de Tom Waits: ahí fue donde decidí hacerme guitarrista. Por eso mismo, fue un gran honor tenerlo, por la persona que me significa. Es raro ver mi nombre y el de Marc Ribot ahí, aunque él tiene una relación de amistad con Daniel; todavía como que no me cae el veinte al ver los créditos, jajajaja.
¿Hubo mucha libertad creativa para que los músicos aportaran entonces?
Si hubo mucha libertad creativa para los músicos. Hubo una cuestión de abrirme a que mejoraran mis canciones. Yo antes era muy dictador, se puede decir que hasta déspota.
Yo llegaba con una sugerencia de bajo, de batería, pero en realidad era una cuestión de estar tocando juntos y encontrar el groove, encontrar no tanto la canción, sino el ritmo. Por eso tiene todos estos contrapuntos y estos momentos que hasta yo me atrevería a decir que son break beats, medio trip-hop, jajajaja. Sin clavarnos en géneros, esa era la banda que yo necesitaba, una banda que de alguna otra forma fuera un reto trabajar con ellos porque son excelentes músicos y por otro lado, Daniel que es un gran productor, pero al mismo tiempo exige mucho de ti, no se conforma con que lo hagas a la mitad, tienes que dar el todo, el top.
Hubo todo un crecimiento personal y como músico entonces en este disco, pero ve, ahí está el resultado. Hay una mezcla de géneros muy chingona, sin perder tu esencia punketera, garagera. Creo que ahí tienes tu London Calling personal.
Ahora que lo comentas y como dato curioso, todos los discos que he trabajado con Daniel son con una consola igualita a la que usaba The Clash en las sesiones de London Calling. Volviendo al disco, sí, definitivamente había, no un deseo de ser ecléctico, pero sí una apertura a si sale un blues, hacemos uno, si sale algo más punk, lo hacemos… No nos estábamos cerrando a nada. Yo traía mucho country, e hicimos algunas, también un par de covers que no vieron la luz del día. Jamás hubo un deseo literal por ser raros o porque cada canción sonara distinto. Todo eso se dio naturalmente, solo era lo que nos estaba saliendo, lo que nos influenciaba, los discos que estábamos escuchando; siempre es importante la dieta musical que llevas antes de grabar un disco. De cierta forma el único momento en el que hicimos algo con la intención de hacer un estilo fue en «Angry Man», una de las dos canciones en donde colabora Marc Ribot; hay una cuestión que aquí en México el reggaeton siempre se ha manejado por clases, hay quienes dicen que es de nacos, de pobres… de repente se relaciona a vándalos, drogadictos. Le vi de esta manera muchos paralelismos con el punk. Y dije: bueno, lo más punk que se pueda hacer ahorita es hacer reggaeton, y de esa manera fue la única vez que sí recuerdo que nos sentamos a discutir una canción. Yo tenía una canción tipo cubano guardada que dijimos, va, hay que intentarlo, y grabamos un reggaeton, fue esa cuestión de meterla también para joder con todos. Era también parte de eso, el sentido del humor, de pintar dedo.
Antes pensaba erróneamente que era un EP, y luego me di cuenta que era la mitad de un disco lo que se había subido (para este momento, el disco ya está completo en su Bandcamp). ¿Tienen pensado lanzarlo en físico?
Sí, el plan era sacar un Lp. Ya estábamos cortando los vinilos, estábamos muy avanzados en todo el proceso y nos viene toda esa cuestión de que se cierra el mundo, con el Covid 19; obviamente también salimos afectados, pero decidimos que podíamos partirlo a la mitad primero y nos guardamos las mejores armas para sacarlo en vinilo. Me gusta que le gente disfrute el EP. *En el momento de la entrevista, todavía no se lanzaba en digital la versión completa del disco, ahora mismo ya se puede encontrar completo.
¿Por qué Nieuw- West?
La historia de porque se llama Nieuw- West es bonita. Resulta que yo estaba viajando por Europa y tenía muchas canciones country, tristes, cosas muy raras… saliéndome mucho de mi zona de confort, pero la realidad era que llegaba a las 4, 5 de la mañana a mi hotel y me ponía a grabar. Todo este viaje a Europa me lo pasé cargando todos mis instrumentos. Cuarto de hotel que llegaba, cuarto de hotel que montaba un estudio; estaba muy frenético. Cuando llegué a Amsterdam, me quedé en un hotel que era bastante tranquilo. Me hice amigo del staff y hasta la fecha ahí me quedo simplemente porque me tratan muy bien, me dejan tocar, me dejan grabar, ahí fue donde le di lugar a las canciones, donde las encontré. Fue donde terminé escribiendo todavía más. Le agarré mucho cariño a ese hotel el cual tenía ese nombre, pero luego me enteré que era el nombre de la zona. Y Daniel vive a cuatro cuadras de ahí. De alguna forma éramos como de la zona. Y pues bueno, tienes a las bandas que se representan por zonas: tienes a los Ramones, que son de Queens, en NY, entonces se me hacía chistoso jugar con eso. Osdorp se llama la zona y es el Nieuw- West, la colonia, digamos. Se me hizo algo bonito, muy evocativo de lo que yo estaba pasando en esos momentos.
¿El viaje que tuviste a Senegal fue también para grabar algunas cosas para un próximo disco? Creo haber leído en tus redes que hablabas de otro disco más.
Yo tengo una muy mala mañana de anunciar las cosas muy pronto. Sí, estamos trabajando trasatlánticamente en una continuación a Nieuw- West. Obviamente no hay todavía un título, pero sí tenemos muy buenas canciones. Repetimos con Damien, con Younes, muchos músicos vuelven; hay unos invitados de lujo que tuvimos en Senegal. Tengo una pésima reputación por siempre revelar las cosas, y para no salarlo no voy a hablar más de eso, jajajajaja pero sí hay unas cosas muy chidas ahí, de eso sí estoy seguro. jajajaja.
Ya que se arregle el mundo, ¿hay planes de llevar el disco a tocarlo en vivo, hacer una gira?
No sé. Tengo muchas ganas de volver a tocar en vivo, pero no me siento como para regresar al material de Volume y la logística de éste es muy difícil. Cada quien tiene su banda, Younes tiene a Arabnormal, Damien a Millionaire, Nele tiene como diez proyectos, Daniel a la producción y a su familia, yo tengo esto y a mis perros…jajajajaja. Nos tenemos que enfrentar a la realidad que traer esto a México es bastante difícil. Estábamos platicando de hacer una gira por Europa, que es lo más plausible. Pero me encantaría traer a tocar a esta banda a México, sobre todo por lo que mencionas que llevo mucho tiempo sin subirme a un escenario aquí, propiamente ya van a ser cinco años. Pero como te digo, no me siento como para regresar al material de Volume. Si vuelvo a un escenario es para tocar Wisedog. Otra razón de que sean ellos con los que me suba a un escenario, es porque todos ellos son Wisedog, son la banda y tengo una gran confianza con ellos dada a lo largo de dos grabaciones (técnicamente tres). Es muy padre tener una banda, una con la que ya te puedas quitar la guitarra y solo cantar, o jugar con el público. Una banda que puedas disfrutar, cerrar los ojos y que la música te lleve; saber que tu banda te tiene, que puedes recaer en ella. Esa es la razón por la que si vuelvo al escenario me gustaría que fuera con estos músicos, amigos también, sobre todo.
Joe Volume sigue existiendo en su universo alterno, pero en Wisedog, sólo me identifico como Joe V. Como anécdota al margen, Matilde, la hija de Daniel Goldaracena, se burló del nombre de Joe Volume diciéndome que era un nombre muy ridículo, cosa que ya había pensado. Así que dije: bueno, me quedo como Joe V solamente, ya ni modo, jajajajaja.
*El disco puede escucharse completo en el bandcamp de Wisedog: https://wisedog.bandcamp.com/releases
*Fotografías: Daniel Goldaracena