The Grateful Dead – Workingman’s Dead
Para muchos, la década de los 70’s fue de las mejores para el rock, a lo largo de sus diez años las ventas de discos, de tickets y de mercancía iban de la mano con la creatividad de los artistas; era muy común que las bandas buscaran sus propios límites para romperlos, a veces lograban cosas interesantes y en otras aparecían nuevos géneros que pronto encontraban nuevas propuestas en las manos de otros artistas.
Los 60’s y su espíritu rebelde terminaron con varios golpes duros de la realidad, uno de esos fue el Altamont Speedway Free Festival celebrado en diciembre de 1969 y que terminó con tres muertes y la cancelación del evento mientras los Rolling Stones tocaban su set. En este festival originalmente se presentaría The Grateful Dead, se pensaba que sería el sucesor de Woodstock y que todo «lo hippie» encontraría una nueva generación pero todo lo hippie se fue en distintas direcciones, excepto con The Grateful Dead.
En febrero de 1970 empezaron los trabajos y en el verano de ese año, el 14 de junio de 1970, lanzaron el álbum Workingman’s Dead bajo la producción de la banda, Betty Cantor y Bob Matthews, y las letras de Jerry García y Robert Hunter. Recientes eran los estragos del festival cancelado, un arresto por posesión de drogas y otros problemas, críticos como Ralph Gleason castigaban a la banda por Altamont y los fans se preguntaban qué sería de una de las bandas más importantes de todo el movimiento, cuál sería su siguiente propuesta musical. La música del álbum tiene mucha influencia del bluegrass, rock folk y del country, dejando de lado la psicodelia y la experimentación, ese sonido «orgánico» y acústico marcó una etapa nueva en la banda y les permitió abrir una especie de diálogo más honesto con el escucha, permitiéndose escribir canciones más transparentes en sus opiniones.
Tiene muchas de las canciones más icónicas de la banda, una de ellas es «Uncle John’s Band», quizás nunca sepamos quién es el tío Juan pero sí podemos identificar aún esa nostalgia por lograr que la paz y la armonía prevalezca por encima de todo; «Dire Wolf» es una de las canciones más distinguidas de la banda ya que Robert Hunter la escribió después de un sueño que tuvo, donde el lobo gigante lo acechaba y Robert rogaba por su vida. Otra notoria diferencia aparece en «New Speedway Boogie», canción que responde a las críticas de Ralph Gleason a la banda y en especial al festival de Altamont, reflexión tras otra, metáfora tras metáfora, para confesar que ni ellos saben qué fue lo que pasó o al menos prefieren esperar y que el tiempo diga qué ocurrió en realidad, qué desató la violencia no sólo en el festival.
De Workingman’s Dead hay mucho que aprender, en la segunda mitad de los dosmiles aparecieron muchos artistas de folk y country alternativo que nos recordaban a la época en que The Grateful Dead cambiaron de década y entraron a una más difícil, más conflictiva y más prolífica para la música, y en la que tomaron su justo lugar en la historia.