Sin importar lo involucrado que estemos en las novedades musicales, siempre hay discos que nunca hemos escuchado y que para otras personas constituyen experiencias básicas dentro de su construcción de gustos ya sea por su calidad, por su importancia formativa o por el impacto creado en su momento.
En este ejercicio uno de nuestros colaboradores, recomendará un disco que considera valioso/importante a otro colaborador que lo escuchará por primera vez. La idea de esto es conocer las impresiones alrededor de un mismo disco; una desde la óptica de quien lo ama y lo recomienda, y otra desde la de alguien que lo acaba de conocer.
Recomienda: Enrique Carlos
Escucha por primera vez: Alex Torres
Disco: I Am The Blues (1970)
Artista: Willie Dixon
Acerca de quien recomienda (Enrique Carlos)
¿Quién eras cuando escuchaste el disco y por qué quedó marcado en ti?
Tenía 20 años y me dedicaba a tocar blues. Las veces que había tropezado con el nombre de Willie Dixon eran incontables, así que el día que encontré este disco lo compré de inmediato. Si el nombre del álbum resulta simple y arrogante, basta leer el listado de temas para descubrir de dónde proviene dicha arrogancia: nueve clásicos que construyeron la historia del Blues, todos compuestos por el mismo hombre, sin mencionar que entre su repertorio había una centena más para escoger, todos ellos de igual relevancia. Los nueve tracks que dan cuerpo al álbum fueron compuestos y producidos por Willie Dixon, originalmente para otros artistas de Chess Records. Nada más y nada menos que Muddy Waters, Howlin’ Wolf, Otis Rush y Willie Mabon fueron los encargados de estrenarlos y convertirlos en éxitos. Posteriormente la lista de artistas que los han versionado es infinita: The Doors, Jimmy Hendrix, Led Zeppelin, The Rolling Stones, Grateful Dead, The Allman Brothers, Cream, Canned Heat, Motörhead, John Mayall, Bo Diddley, Ten Years After, The Who y un larguísimo etcetera… Pero para este disco, el mismo Willie Dixon decidió versionarlos, es decir, auto-versionarse. La crítica, con cuidado y respeto, sólo atinó a decir que era un buen trabajo pero que no superaba las versiones originales. En parte tienen razón [difícil superar a Muddy Waters y a Howlin’ Wolf cuando su rivalidad los mantenía en estado de gracia], pero aquí está la magia del disco: Willie Dixon pudo haber llamado a la crema y nata del blues en aquella época, quienes habrían asistido honrados, pudo haberse enfrascado en una grabación meticulosa como las que solía realizar para sus artistas, pudo reservar para él arreglos icónicos que después obsequió a otros músicos, pero no fue así… Dixon, sin absolutamente nada que demostrar, llamó a sus amigos para grabar estos temas sin ninguna pretensión, excepto la de hacer blues.
¿Cómo ha cambiado tu percepción de la obra desde ese momento hasta la última vez que lo volviste a escuchar?
Cuando lo descubrí estaba inmerso en el ambiente del blues, así que lo escuché y lo absorbí de inmediato. Posteriormente, con el tiempo, me alejé de la escena y mi manera de escucharlo se relajó bastante, pero hace un par de años lo encontré arrumbado en una tienda de vinilos y al hacerlo girar en mi tornamesa lo redescubrí… A 12 años de la primera vez que lo escuché, mi percepción se ha mantenido intacta. Es una joya más o menos escondida y devaluada, pero es uno de los discos más emblemáticos que conozco. Pocos trabajos en el mundo del blues reúnen sus cualidades: todos los temas son originales, todos los temas se convirtieron en clásicos, todos los temas traspasan las fronteras del género y a pesar de que Willie Dixon es un pilar fundamental de la historia del blues, nunca lo vas a encontrar en un top ten de la Rolling Stone, pues para eso existen Gary Moore y Eric Clapton… Este disco es una iniciación: ¿Estás buscando blues? Willie Dixon es el Blues.
Este disco suena como si cualquier madrugada entraras a un bar de Chicago dónde un escuadrón de veteranos improvisa estándares clásicos para un puñado de entendidos, pero sucede que el hombre corpulento que comanda dicha banda inventó esos estándares y es Willie Dixon, el Padrino del Blues. Esto lo convierte en un disco entrañable, si alguien quiere escuchar blues de verdad por primera vez, este es el disco correcto, hay grabaciones más espectaculares, arriesgadas o icónicas, pero pocos trabajos más sinceros y puros, y no hay que olvidar que estos son los valores más exigentes cuando se habla de Blues.
Canciones favoritas:
“I Can’t Quit You Baby”
“The Seventh Son”
Acerca de quien escucha por primera vez (Alex Torres)
¿Quién eres musicalmente?
Desde que recuerdo la música ha sido el definidor principal de mi vida, desde quedarme hasta las dos de la mañana, entre semana, viendo 120 Minutos de MTV para conocer nuevas bandas que nunca ponían en su rotación normal hasta programar sets en clubs de la ciudad o planificar viajes alrededor de visitas a tiendas de vinilos.
Con el paso del tiempo me he despegado un poco del característico purismo adolescente para adentrarme en nuevos géneros, aunque con total sinceridad mi corazón sigue estando más cerca del twee, indie, folk que de lo más avant garde del mercado.
¿Por qué nunca habías escuchado el disco?
Creo que el señor Dixon es para personas que tienen un background mucho mayor en el género que alguien como yo, que cuando le preguntan por su disco de blues favorito dice Sticky Fingers.
Diario de la primera escucha
¡Ey, esa la cantan los Doors!, con el blues pasa que siempre parece familiar, ha permeado tanto en cualquier tipo de música contemporánea que incluso sin saber nada hay una memoria muscular al escucharlo. ¡Ey, esa la canta Zeppelin!, siempre he tenido la teoría de que un mal blues es mejor que la mitad de las canciones buenas de otros géneros, no sé si es posible de verdad hacerlo mal y Dixon definitivamente no lo hace mal. ¡Ey, esa la canta Megadeth!, ¿soy el único que piensa que un disco de blues en estudio es como uno tacos al pastor de restaurante?, ¡Ey, esa la cantan los Stones!, todas las canciones son buenas, un poco frágiles líricamente pero el genio musical es innegable, aun así, me deja un poco incompleto en el aspecto emocional.
Reacciones a la segunda escucha
Parecido a la primera, definitivamente odio “Back Door Man” y definitivamente amo “The Seventh Son”, el resto son muy buenas composiciones, pero siento que los arreglos y la producción funcionan como sanitizantes a música que teóricamente debe estar mucho más cercano a las tripas que a los oídos, o por lo menos eso es lo que aprendes en las películas donde alguien le vende el alma al diablo por talento en el blues.
Conclusiones ¿Lo recomendarías?, ¿a quiénes?
No tengo suficientes referencias para comparar la obra contra otras del género, definitivamente tiene clase y genio brotando de todos los poros, pero sigo pudiendo apostar que las versiones en vivo son cien veces más poderosas y entrañables. Sí lo recomendaría a alguien que como yo no esté muy adentrado o a quién aspire a convertirse en un profesional de la música, aunque la mayor probabilidad es que mi cerebro no cuente con las herramientas necesarias para apreciarlo.
Mensaje a la persona que recomendó.
No es precisamente un disco que va a ser un parteaguas en mi vida, de hecho no sé si lo volveré a poner, pero lo que sí es que al escucharlo me hizo sentir un poco menos ignaro que minutos antes y eso siempre es de agradecerse. Abre el coco, escucha un poco.
Quién recomendó (Enrique Carlos)
¿Qué concluyes después de la impresión de Alex Torres sobre el disco?
Creo que lo recibió bien. En efecto hay un déjà vu al escuchar este disco, pero siempre es interesante ir a las raíces. Por supuesto que es un álbum para escucharse con las tripas, y como en la mayoría del blues, las letras son rudimentarias, pero estas son las piedras angulares sobre las que se edificó la música contemporánea… Si de ahora en adelante, cuando te pregunten por tu disco de blues favorito dices I Am The Blues de Willie Dixon, fue un exitoso ejercicio.