La banda tapatía Dorotheo había estado poco a poco regresando a los escenarios, luego de lo que parecía ser una pausa indefinida. A inicios del año pasado, casi al mismo tiempo en que dio inicio la pandemia, lanzaron un potente EP con el que se hicieron presentes, para después caer en cierta incertidumbre como ha sucedido con la música en general. Nos enteramos posteriormente que la banda había preparado también música nueva; ante tantos detalles sin resolver, acudimos a Benjamín Zárate, voz y guitarra de la banda para que nos platicara un poco de en donde quedó y que se podría venir para Dorotheo.
¿Dorotheo está reformándose como banda o simplemente habían hecho una pausa en su carrera?
Nos tomamos un descanso, aunque ahora somos dos de los cuatro que éramos, quedando solamente el baterista y yo.
¿Qué tanto consideran que ha cambiado su propuesta desde sus inicios hasta ahora?
Hemos tenido mucha libertad creativa; al mismo tiempo, estos últimos años teníamos que resolver, ya siendo solo dos integrantes, que íbamos a hacer para que sonáramos interesantes con menos elementos. Antes usábamos mucho la guitarra eléctrica -había dos en la banda- y la música giraba más en torno a ello; ahora no hay una segunda guitarra ni hay un bajo, en vez de eso yo toco una guitarra barítono que es un poco más grave que las guitarras normales, entonces puedo tocar tonos graves o agudos y eso lo complementamos con sintetizadores, que es hacia donde se volcó todo. Creo que la psicodelia está muy presente todavía, lo veo quizás como una evolución, algo diferente, más atmosférico, con un sonido más abierto y no sé si más denso también, rescatando elementos de la primera alineación.
Aunque el EP II que lanzaron a principios de año lo sentí incluso -si cabe la palabra- más pesado que el primer álbum.
En realidad, el EP II lo grabamos en dos mil quince cuando todavía estábamos activos y todavía ahí teníamos guitarrista y bajista; ese EP todavía está más cargado en guitarras -aunque sí tiene algunos sintetizadores ya-; de hecho, esa fue también la etapa más guitarrera de la banda. Si estuvimos pensando si deberíamos lanzarlo o no, porque en realidad ya tenemos otro disco nuevo listo, ya masterizado, solamente que con este último vamos a optar por lanzar primero un sencillo el próximo mes y ya después veremos. Este nuevo disco es el que ya trae la nueva propuesta, más cargado de sintetizadores.
Platícanos un poco acerca de este nuevo álbum. ¿Dónde lo grabaron?
Lo grabamos en diciembre de 2019 en CDMX en Progreso Nacional, con Hugo Quezada, quien lo grabó, mezcló y produjo, y teníamos proyectada lanzar el primer sencillo en marzo de 2020, pero con la pandemia todo se retrasó y pensamos si era buen momento o no para sacar nueva música, y al final por eso nos decidimos por lanzar el otro EP a ver qué tan bien era recibido.
Apenas vamos a empezar a moverlo, pero justo las canciones que tocamos en el live session en el Laboratorio Sensorial, son los temas que vienen en el disco. El álbum tiene seis canciones donde tuvimos a varios invitados, entre los que estuvieron Apache O’Raspi en los sintetizadores, Mabe Fratti en el chelo y voz y el mismo Hugo Quezada, quien también metió algunos sintetizadores; y pues bueno, ahí está el disco esperando que sea el mejor momento para salir, vamos a lanzar el sencillo junto con un vídeo al mismo tiempo en febrero, y luego ya veremos.
La pandemia entonces condicionó toda su proyección.
Sí, como te comenté, el pasado marzo íbamos a arrancar con todos nuestros planes y se pospusieron, pero nos dio un poco más de tiempo para organizarnos y seguir paso a paso cada aspecto que había que resolver y por ahí de mayo hicimos un live stream, lo de Laboratorio Sensorial lo grabamos en junio; después de eso compusimos una rola nueva para un compilado que salió este año -de hecho grabamos dos- para una disquera en Seattle, un disco a beneficio de distintas asociaciones civiles como Black Lives Matter, en la cual participan bastantes bandas de Guadalajara, CDMX y E.E.U.U.; si hemos estado activos creativamente. Regresando al disco, ya tenemos básicamente todo listo para el lanzamiento y el videoclip ya casi está listo, con lo cual arrancaríamos con la promoción.
¿Cómo han manejado esta situación de la pandemia como músicos al margen de las actividades en torno al disco?
En lo personal he tenido bastante más tiempo para dedicarme a la música, con sus altibajos, claro, he estado haciendo varias cosas; mi proyecto solista llamado Ben Zár, proyecto con el que grabé un disco en dos mil dieciséis -aunque salió en dos mil diecisiete- en esta disquera de Seattle que se llama Halfshell Records; este es un trabajo más de composición, un rollo instrumental que justo con la pandemia tuve tiempo de retomar y ya tengo otro material que estoy trabajando.
En cuanto a los integrantes, -que ya no están- Anton tiene a su proyecto Lemat y Vicco, el guitarrista, tiene su proyecto llamado Caicedo y también se presenta de manera solista; Otto Malgesto, el baterista – que es quien aún permanece en la banda – se ha dedicado a una cafetería que tiene y ha estado grabando y produciendo distintas bandas y a un festival. Todos hemos estado de alguna u otra forma siguiendo activos dentro de la música.
Muchas gracias Benjamín por tu tiempo. Esperemos entonces el lanzamiento de su nuevo material que según lo escuchado en la sesión de Laboratorio Sensorial es bastante interesante. Por otro lado, siempre he tenido la duda. ¿De dónde proviene su nombre?
Gracias a ti, y sí, esperen pronto el sencillo y el video a principios de febrero. Lo del nombre, muchos creen que es por Dorotheo Arango que era el verdadero nombre de Pancho Villa, con lo que hemos jugado como una especie de broma, pero en realidad nos gustó el nombre en sí como suena y lo que significa en griego: regalo de dios.