Entre los años 2000 y 2001 emergió una oleada de bandas con actitud y sonido fresco ante lo que sonaba en el espectro comercial, lo cual fue aprovechado por la industria musical para promoverlo como el resurgimiento del garage rock a cargo de bandas como The White Stripes, The Hives y The Strokes. Mientras que los reflectores estaban orientados, en su mayor parte, hacia Nueva York, en la bahía de San Francisco surgió una agrupación cuyo nombre rendía tributo a la pandilla de Marlon Brando en The Wild One, llamada Black Rebel Motorcycle Club.
La instrumentación más básica y a la vez efectiva del rock: guitarra, bajo y batería, así como una imagen sombría y misteriosa, otorgó elogios y reconocimiento a la agrupación liderada por Robert Levon Been y Peter Hayes para su primer disco, simplemente titulado B.R.M.C.
Con un sonido a medio camino entre The Brian Jonestown Massacre (donde Hayes tocó guitarra por un tiempo), The Verve, Spiritualized y la fracción rock/folk de Led Zeppelin se encuentra el álbum B.R.M.C. El cual es uno de esos discos que, para ser disfrutados en plenitud, debes escucharlo a todo volumen (¿no deberían ser escuchados así todos los grandes álbumes?).
Su debut se compone de 11 tracks, los cuales inducen un efecto inmediato en el escucha, resulta imposible no agitar el pie ante las ardientes melodías del trío californiano. Un álbum compuesto mediante varias capas de sonido, donde destaca el reverb y un ruido blanco de fondo a lo largo de toda su duración.
Del frenesí de «Whatever Happened to My Rock ‘n’ Roll (Punk Song)» a la calma de «Awake», de la psicodelia de «Red Eyes and Tears» a los acordes hechiceros de «Love Burns», la cadencia sensual de «White Palms», el hard rock de «Rifles», el poder espiritual de «Spread Your Love», el dolor de «Head Up High». B.R.M.C. suena a la perfección del rock en su más pura y honesta expresión, el sonido que otorga atractivo al abismo de la noche.
Lamentablemente, Black Rebel Motorcycle Club no volvió a proyectar tal fuerza en algún otro álbum, no obstante, su sinceridad, humildad y mística han sido un sello característico de esta agrupación, sobre todo en la maravillosa experiencia que resulta de gozar esta banda en vivo.
No existe mejor muestra de la naturaleza de BRMC como la expresada por Peter Hayes en «What Ever Happened To My Rock ’N’ Roll (Punk Song)»:
“I fell in love with the sweet sensation
I gave my heart to a simple chord
I gave my soul to a new religion
Whatever happened to you?
Whatever happened to our rock’n’roll?”