El parteaguas en la carrera de The White Stripes
Para hablar de White Blood Cells, es necesario presentar el contexto en el que aparece.
Empezaba un nuevo siglo y con él se venía cocinando una camada de bandas de rock y sus derivados que apostaban por volver a los orígenes y retomar elementos básicos, simples y no por eso simplones, del rock de los setentas, e incluso de la raíz más profunda del árbol: el blues. Esto, al cristalizarse precisamente en el año 2001, significo aire fresco ante un Brit Pop que venía perdiendo fuerza y la mezcla de Pop Idols y Nu Metal que dominaba el tiempo aire en radio y televisión.
En esas épocas las novedades musicales llegaban a México principalmente a través de MTV, especialmente en su programa nocturno 120 Minutos. Es por esto que, a pesar de que varias bandas venían trabajando con anterioridad, era hasta que presentaban un hit como sencillo, acompañado de su correspondiente video, que solíamos enterarnos de su existencia.
Lo anterior explica que la mayoría conociéramos a The White Stripes a través del sencillo “Fell In Love With A Girl” y su video a base de legos dirigido por Michel Gondri, incluso cuando para esos momentos ya tenían dos discos en su haber.
Fueron este tema y este disco los que catapultaron a la fama a Jack y a Meg White, pero White Blood Cells es mucho más que un gran sencillo. Si bien FILWAG encapsula la crudeza y simplicidad que lo caracterizan, el álbum en su totalidad forma un todo más profundo y elaborado. En él predomina el sonido garage, característico de otras bandas de Detroit como The Stooges o MC5, pero se mantiene la fuerte influencia del blues de sus discos anteriores, tanto en sonido como en postura artística. Además de esto, y de manera afortunada, a la mezcla se suma algo de folk, country y pop rock.
El resultado es un gran disco de rock que logra trascender utilizando mínimos denominadores; canciones cortas, directas, crudas y en momentos incluso bellas, logran mantener una esencia que hace sentir este álbum como una obra completa y, aunque algo puntiaguda, redonda. La mezcla exacta de lo oscuro y siniestro con lo bobo e inocente: The White Stripes.
En lo que respecta a los temas, el inicio es brutal con “Dead Leaves And The Dirty Ground” y el final es sosegado con “This Protector”. Entre estos polos, se encuentra una gran variedad en las canciones: “Hotel Yorba” es alegre e irónica, “I’m Finding It Harder To Be A Gentleman” es ingeniosa y quejosa, “Fell In Love With A Girl” es directa y energizante, “Little Room” es primitiva y honesta, “The Union Foerever” es inteligente y referencial, “The Same Boy You’ve Always Known” es hermosa y reveladora, “We’re Going to Be Friends” es pura e inocente, “I Think I Smell A Rat” y “Aluminium” son extrañas y lúgubres, “Now Mary” es la mezcla de todos los sonidos representativos del disco envueltos en menos de dos minutos.
White Blood Cells es un disco bisagra en la discografía de la banda, un momento en el que se unen el sonido de los primeros discos en los que estaban encontrando su voz y cimentando su concepto como banda, y los posteriores, con los que se consolidan como una de las bandas de rock más importantes e influyentes en lo que va de este siglo. El disco número tres, místico para Jack White, resultó ser algo especial.
¡Felices 20!