Antes de acercarme a la música de LoneLady, no sabía absolutamente nada de ella, de hecho, mi forma de acercarme a ella -tenía tiempo que no hacía eso- fue por medio de la portada de Former Things, la cual de alguna manera me intrigó, con lo que parecía ser -a golpe de vista- una especie de monje con una bandera en medio de un cuarto vacío.
Cual fue mi sorpresa al escuchar uno de los discos más divertidos y estimulantes del año. Un álbum que pone al día mucho del pop sintético y robótico de los años ochenta pensado directamente para las pistas de baile, realizado con creatividad e ingenio. Y es que bajo esas capas de 8 bits, hay un montón de ideas bien resueltas y lúdicas, con arreglos que juegan dentro del mismo terreno bajo una producción nítida y que desborda electro funk hasta por las suelas.
Ya luego me enteré que su nombre real es Julie Campbell, de lo que tarda la oriunda de Manchester en lanzar discos que por otro lado, han resultado camaleónicos en su propuesta, de que este álbum en particular lo realizó totalmente por su cuenta -produciéndolo y tocando todos lo instrumentos- jugando con sus aparatos y cajas de ritmos en un lugar poco habitual para ella, y que un sello tan representativo como Warp Records la ha respaldado.
Un disco que avanza como un suspiro -son tan solo ocho los tracks– y que disfrutas como un poseso moviendo pies y cabeza de principio a fin. Se disfruta de un tirón, pero cada quien tendrá sus favoritas. Las mías por lo pronto son «The Catcher», «Former Things», «Time Time Time» y «Treasure».