Indie Astronómico
A inicios de año Wild Pink presentó su nuevo álbum titulado A Billion Little Lights, inspirado en Cosmos de Carl Sagan y diversas obras citadas a lo largo del disco. El sonido de la banda continúa expandiéndose desde que John Ross y compañía lo definieron y presentaron en el año 2017.
Su placa anterior, Yolk in the Fur (2018) termina con la repetición de la frase I hope we find peace, para después rematar con I don’t know what happens next. Este nuevo trabajo parece indicar que al menos algo de esa añoranza de paz fue encontrada.
En este álbum, Ross parece utilizar la extensión del disco como una hoja en blanco que se expande de la misma manera en que el universo lo hace, y a través de ella busca encontrar su propio lugar en él. Por ejemplo, en el sencillo “The Shining But Tropical” aparece en la bahía de San Francisco, Where from way up high, the coast is a crisp line/ And all the microscopic life, like a billion little lights/ Become a single living thing quizás intentando aferrarse a cierto recuerdo, pero modificando su presencia en él: I want to remember every single thing/ Just not who I used to be. Más adelante en el disco, en “Pacific City” vuelve a ese sentimiento pero de manera más reflexive: Every little thing that I worried about/ Was a penance I tried to pay/ For every little thing about myself I couldn’t change.
En lo que respecta a la música, encontramos su sonido característico que transita entre la americana y el indie rock introspectivo, sin embargo los de Brooklyn continúan ahondando dentro de esta intersección de tal manera que logran no repetirse y conseguir combinar una especie de rock sintético con una gran sensibilidad y calidez del indie de finales de los dosmiles. La grabación del disco corrió a cargo de David Greenbaum (Beck, Jenny Lewis, Gorillaz).
La voz de John Ross, si bien no es la más reconocible o virtuosa técnicamente hablando, su afabilidad la hace el acompañamiento perfecto para las letras y melodías del disco. De este modo el escucha logra no perderse y sentirse acompañado a través de la neblina que sus letras llenas de franqueza, humor e hiperespecifidad. Esto se da de manera más clara cuando aborda el tema de las relaciones, su delivery lleno de calidez le da a cada melodía una sensación de intimidad que simplemente resulta apropiada. Las afirmaciones esperanzadoras, en el caso de Ross, no se sienten ni torpes ni artificiales, un ejemplo de esto aparece en “The Wind Was Like a Train” en donde repite I got your back o cuando canta You want peace, you want love/ You deserve that much en “The Shining Tropical”.
En este sentido hay que decir también que algunos de los momentos más altos del álbum aparecen cuando Julia Steiner (Ratboys) aporta armonías vocales en temas como “You Can Have IT Back” o “Family Friends”. Finalmente, el álbum no se presta a una sola lectura, sino que tiene una especie de final abierto, entrando y saliendo de la fantasía y la nostalgia, dejando una sensación a la vez familiar y lejana. Un gran trabajo de Wild Pink.