El balance entre la tradición, la introspección y la innovación en Wilco
Para finales del siglo pasado Wilco ya había logrado consolidarse como una banda importante en el mundo de la americana y el folk rock alternativo. Pero fue en el 2001 cuando dieron un salto a ojos del público, no mainstream, pero sí más generalizado con el lanzamiento de su aclamado Yankee Hotel Foxtrot. Es decir, desde su debut en 1995, la línea de crecimiento había sido claramente ascendente ¿Hacía dónde ir a partir de ahí?
La respuesta a esa pregunta fue A Ghost Is Born, lanzado justo hace 20 años, motivo por el cual escribo estas líneas para recordarlo y celebrarlo.
A Ghost Is Born es una obra que está marcada por una profunda introspección y elementos clásicos, propios de la banda liderada por Jeff Tweedy, y a la que se añade de una manera más clara que en sus trabajos pasados una libertad en la banda para la experimentación.
El álbum comienza con «At Least That’s What You Said», una canción que establece el tono del disco con sus letras crudas y emotivas, respaldadas por una instrumentación que oscila entre el susurro y la intensidad instrumental más desbocada. Le sigue «Hell Is Chrome», donde Wilco muestra su cara más elegante, clara, cruda y melódica.
En «Spiders (Kidsmoke)» y sus casi 11 minutos, la banda se sumerge de lleno en la experimentación con una estructura repetitiva y una atmósfera hipnótica, mientras que «Muzzle of Bees» cautiva al oyente con su delicadeza y su letra evocativa. «Hummingbird» se destaca por sus imágenes poéticas y una melodía que parece, efectivamente, flotar en el aire. «Handshake Drugs», por su parte, es un tema más juguetón… a la manera de Wilco; una opción para sencillo radiable, si no fuera por el minuto y medio de feedback y caos al final, mismo que continúa durante los primeros 50 segundos del siguiente tema: «Wishful Thinking». Esta es una canción sosegada que, a través de su instrumentalización y arreglos suaves y delicados, crea una atmósfera contemplativa llena de calma.
El intro de «Company In My Back» nos saca amablemente de ese ensueño con una cadencia tranquila, pero marcada y rítmica. El siguiente tema, «I’m a Wheel», sube definitivamente la velocidad y se presenta dentro del álbum como una explosión de energía donde los riffs de guitarra se entrelazan con una percusión frenética e incluso algunos gritos desgarradores por parte de Tweedy.
«Theologians» nos trae de vuelta a un tempo medio que fluye con facilidad y va creciendo, sumando riffs eléctricos y punzantes mini solos de guitarra hasta alcanzar su punto más alto con los versos “No one’s ever gonna take my life from me / I lay it down / A ghost is born / A ghost is born / A ghost is born” y desde ese punto descender de nuevo. «Less Than You Think» llega anunciando el final del disco con un piano melancólico y solemne, y sería el final, si no fuera por lo que es para fines prácticos un tema oculto: «The Late Greats». Esta canción aparece después de casi 12 minutos de ruidos de sintonización, feedback y silencios. Cierra el álbum con un toque de optimismo, una melodía pegajosa y un ritmo enérgico y marcado que invita al movimiento. La letra celebra a las creaciones y a los creadores que, sin ser necesariamente populares, suman al cuerpo artístico del mundo, siendo incluso de sus mejores representantes.
Una peculiaridad de este álbum es que en él Jeff Tweedy toma las riendas como guitarrista líder a través de todo el disco, tras la salida de Jay Bennett.
En fin, hoy celebramos 20 años de ese fantasma que reafirmó a Wilco como una de las bandas de rock alternativo más importantes de los últimos 30 años.