Desde las entrañas de la tristeza y el horror: ¿Quién es Dillom?

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Hay veces que sentir la experiencia de correr antes de que caiga la tormenta más negra que has visto tiene dos emociones; adrenalina y miedo. Una te empuja como gasolina de primer nivel y la segunda eriza tu cuerpo de la misma manera que retumban los rayos que te persiguen antes de que caiga la primera gota de agua en el piso.

En ese momento, hay algo dentro de ti que va creciendo, que palpita y que vibra constantemente. Esa sensación la comparten dos emociones, el horror y el éxtasis. Nace desde las entrañas, genera náuseas y nace antes de tiempo. Forzado, liberador y obscuro, nace a la fuerza, por cesárea.

Post Mortem

Dylan León Masa es un artista nacido en argentina, crecido en la cuna del rock en español por excelencia, Argentina, ya jugueteaba con distintos géneros como el trap, el punk y el rap conforme su carrera como Dillom se comenzaba a formar. Con tan solo 23 años, estamos viendo crecer a uno de los exponentes más sólidos del trap en Latinoamérica, Post Mortem y Por Cesárea, el cual se podría convertir fácilmente en el mejor disco conceptual del 2024.

Por Cesárea

No estamos encasillando ya a Por Cesárea en un género porque no se puede. Este es un álbum conceptual que podría recorrer géneros como neo-soul, rock alternativo, garage rock y trap experimental, pero más allá de definirlo con una etiqueta, lo que podríamos decir es que esta producción es un retrato crudo e irónico de nuestros pensamientos intrusivos. Aquellos pensamientos dolorosos y crueles, todo esto visto desde la perspectiva de un personaje al que le ha tocado ver los peores horrores de la vida, aquellos que vivimos todos los días y preferimos no nombrar en voz alta; la tristeza, el auto repudio y el trauma.

12 tracks que poco a poco te llevan por un recorrido oscuro, lúgubre y pantanoso, una atmósfera que lentamente te sube el lodo a las rodillas y cuando quieres salir a ver la crueldad de la realidad, ya no puedes hacerlo porque estás con el morbo hasta la garganta. Abuso de sustancias, violencia de género, depresión y el suicidio son solo algunos de los temas que Dillom recorre entre melodías enérgicas, pianos graves y coros que podrían ser propios de una boy band americana, que, sin querer, podrían tenerte coreando líneas como “Inventaría un color más oscuro que el negro si vivo un futuro sin vos”.

Este disco además de ser un reflejo duro de los traumas vividos durante la niñez de Dillom, nos deja ver claramente las luces brillantes que construyen una de las carreras más cortas, pero más brillantes que tiene la escena argentina en los últimos 10 años. Dillom muestra la admiración a las raíces del rock argentino invitando a Andrés Calamaro a cantar en “Mi Peor Enemigo”, hace un guiño enorme al electro pop referenciando a Miranda! en “Por Cirugía” y su ya icónica canción “Hola” utilizando el sonido más nostálgico de la historia que son los sintetizadores ochenteros propios de Tears For Fears o Duran Duran. Esto sin dejar de lado guitarras rasposas que a veces imitan a “The Hand That Feeds” de NIN acompañadas de barras o frases como “Para sentir que algo se viene no hace falta ser vidente”.

Esta producción podría ser un reflejo directo de lo que muchos llaman horrorcore o trip hop que, como bien sabemos, Eminem o incluso Tyler, The Creator han puesto en el radar últimamente por sus narraciones dignas de película de A24, pero lo que Dillom lanza en su propuesta es decirle al género, mira cómo podemos mezclar y hacerle honor a mis días en el barrio Once y su multiculturalidad, a mi adolescencia y por supuesto, al rock.

Esto solo es un reflejo de lo prometedora y diferente que puede ser la carrera del argentino, movidas que podrían parecer caóticas pero que, en realidad, solo reflejan un manejo teatral y complejo de atravesar momentos tormentosos en la vida, de transformarlos en colectividad, en un espejo que nos muestra nuestros miedos y deseos más asquerosos mientras nos grita que está bien vernos atroces y deformados, a fin de cuentas, todos esos deseos nacen de la misma raíz, de las ganas de ser amados, de ser relevantes, de no sufrir, de no abrumarnos, de aceptarnos en la dualidad.

Todas estas emociones que me deja Por Césarea hacen sentido al título de este disco, a las ganas de correr antes de que se suelte la tormenta, al poder del horror sobre la ternura, pero también a la resiliencia a través del arte.

Imagen

No quiero cerrar esta corta reseña diciendo que espero grandes cosas de su carrera, las auguro, pero prefiero cerrarla diciendo que ojalá Dillom sea esa persona tomando el poder de la tormenta eléctrica, de las raíces, de las entrañas para seguir construyendo universos reales.