Cuarenta Aniversario de Mirror Moves de The Psychedelic Furs

Un bello susurro de los ochentas

En una época dominada por el heavy metal con leyendas como Van Halen, Metallica y Kiss en su apogeo, también surgieron géneros menos populares pero con una calidad indiscutible. The Psychedelic Furs es una de las bandas que, aunque subestimada en su momento ha ganado el reconocimiento que se merece con el paso del tiempo. En sus inicios se ubicaban dentro de los géneros del post punk y dark wave, sin embargo tuvieron un desarrollo importante que se ve reflejado en el álbum que hoy celebramos: Mirror Moves.

Es el cuarto álbum de la banda y fue lanzado en 1984, producido por Ketih Forsey quien trabajó con artistas como Brian Ferry y Billy Idol. El álbum cuenta con canciones que se convirtieron en grandes éxitos en su carrera, como «The Ghost In You», «Heaven» y «Heartbeat», temas que capturan la esencia de la banda.

Mi relación con The Psychedelic Furs no fue amor a primera vista, es más bien un gusto que se fue desarrollando gradualmente. Con el paso del tiempo y entre más ahondaba en su discografía, me fui dando cuenta de su valor musical y, sobre todo, la evolución que tuvieron como agrupación desde sus inicios. Mirrror Moves es un álbum que anatómicamente hablando, está en la mitad de su carrera, y además es un parteaguas en cuanto sus sonidos, mostrando un estilo más melódico y cálido. Todo el álbum está lleno de color. Y no es para menos ya que nace en el corazón de una década que cuenta con grandes exponentes de diferentes géneros, sin embargo puedo decir que este es un álbum que definitivamente tiene el poder de transportarnos a esa vibrante época.

La calidez y el romanticismo que encontramos en el álbum desde los primeros acordes en «The Ghost In You», pasando por la ligereza con la que fluye «Here Come Cowboys», con ritmos más sagaces. Después nos encontramos con la icónica «Heaven» y la dinámica «Heartbeat» digna para un baile ochentero, pasando por «My Time»; la dulzura que nos proporciona «Like A Satranger»; «Alice’s House» con sonidos que nos recuerdan más a sus inicios de post punk, encontramos a su paso «Only A Game», y el grandioso cierre con «Highwire Days».

El álbum posee ritmos que rápidamente nos llevan a la nostalgia ochentera. con la singular voz del vocalista Richard Butler, nos da un recorrido fugaz por aquella inigualable época.

Hoy, cuarenta años después, escucho este álbum y puedo decir que es un álbum que me hace viajar en el tiempo que me transporta a una de mis épocas favoritas. No solo por su música sino por el surgimiento de un estilo visual y estilístico bastante peculiar, lleno de colores y matices.