Treinta años de Dummy sonando

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Hace tan solo treinta años de la publicación del debut de Portishead y todavía podemos sentir las réplicas de ese temblor, de esa banda que con solo tres discos logró afianzar un lugar en la historia de las bandas más importantes a nivel mundial, y todo lo lograron desde este primer álbum llamado Dummy. Su influencia es extensa, fue uno de los dos o tres discos que llevaron al trip-hop a la fama y estableció muchas de las «reglas» que otros artistas siguieron para continuar expandiendo el estilo que antes de ese agosto del 94 solo era conocido como «el sonido de Bristol».

Dummy (Vinyl) [Importado]: Amazon.com.mx: Música

Beth Gibbons y Geoff Barrow se conocieron en un programa del gobierno que se enfocaba en repartir fondos a emprendedores del Reino Unido, al poco tiempo comenzaron a darle forma a sus primeras canciones, siendo “Numb” una de las primeras. Tiempo después, Barrow trabajó en un álbum de Neneh Cherry (a quien en mi casa conocemos como La Madrina del Trip-Hop) y durante estas sesiones fue que Cherry alentó a Gibbons y Barrow a seguir trabajando en su propia música.

Durante esos días también conocieron a Adrian Utley y se convirtió en el tercer miembro de Portishead, con su talento para encontrar sonidos interesantes y su perspectiva musical un poco más experimental y oscura añadió una atmósfera a la música de la banda que se convirtió en una de sus más palpables características.

Para la creación de Dummy se utilizaron técnicas del hip-hop como el sampleo, el scratch, la repetición de loops, muchas veces se grababan tocando instrumentos y después los metían a vinilos para después samplearlos desde ahí y darle una textura musical muy específica a las percusiones, también usaron guitarras, bajo, teclados y el theremin. Las letras, a cargo de Beth Gibbons, exploran temas de soledad, ansiedad, vacío existencial, depresión, con una añoranza que refleja a veces la falta de alguien, a veces la falta de algo, y en otras la leve esperanza que queda después de solo respirar y seguir adelante.

Otra de las partes más importantes de Dummy es la voz de Beth Gibbons, imposible describirla sin usar palabras como misteriosa, aterciopelada, dolorosa, hipnótica, sollozante, melancólica, mágica, para muchos de nosotros fue el primer gancho que se clavó en nuestro corazón al escuchar a Portishead por vez primera.

Todas las generaciones tienen sus propios discos que recomiendan y sin duda el Dummy de Portishead es de la mía, uno de los trabajos musicales que nunca ha dejado de sonar por mucho tiempo en mis bocinas o audífonos, es de esos discos que inician amistades o conversaciones musicales largas con conocidos y extraños, alguna vez alguien lo describió como el soundtrack de una película noir que no existe.

Hoy en su cumpleaños treinta, y si aún no lo conocen, háganme el favor de escucharlo y prepárense porque va cambiar su vida.