Publicado por Existen discos que encuentras y discos que te encuentran. Grace entra en la segunda categoría.
Recuerdo con total claridad el día en que el álbum Grace de Jeff Buckley me encontró; me descubrió desprevenido, sentado frente a mi computadora leyendo las recomendaciones del puñado de blogs que consumía semanalmente. Un texto en particular hacía referencia a los acordes de un tema titulado «Grace», así que decidí escucharla, acomodé mis audífonos y comencé la reproducción. En escasas ocasiones he experimentado el deleite de extraviarme hipnotizado como lo hice durante aquellos gloriosos y celestiales cinco minutos.
Al descubrir a Jeff Buckley te reconoces afortunado, no toda la gente lo conseguirá, sin embargo, si lo logras, te hallarás en el sendero para algo inmensamente especial.
Grace fue el único disco publicado en vida por Buckley, en 1997, mientras grababa su segundo álbum, Sketches For My Sweetheart The Drunk, murió ahogado en el río Wolf. Inclusive su muerte posee un tono atípico y poético.
Hijo del talentoso cantante folk de culto Tim Buckley, Jeff llegó a la música sin la guía de su padre, quien lo abandonó al nacer, y que conoció sólo una vez antes de su muerte en 1975 por sobredosis. Jeff Buckley logró mostrar en diez pistas cuán grande era su paleta musical mediante su hermosa voz tenor de varias octavas y su monumental habilidad para interpretar la guitarra. Atraído por los sonidos de Led Zeppelin y el jazz, su debut incorpora diversos géneros musicales, entre los cuales destacan el soul, el folk y el rock.
El estreno de Jeff Buckley es magnífico y desgarrador, ambicioso, osado y ecléctico, no existe una sola canción de relleno en Grace; Jeff, a través de la perspectiva plenamente realizada de la brillantez artística que poseía, logró plasmar aquello que él sentía en cada una de sus creaciones.
Las texturas sonoras que presenta Grace se asemejan a artistas tan disímiles como Led Zeppelin, Scott Walker o su propio padre. Buckley creo un disco de jazz y soul donde se suponía uno de rock, y uno de música clásica donde la industria concebía uno de pop.
El tema que abre el disco se titula «Mojo Pin», con un bello y tranquilo arpegio de guitarra y la voz angelical de Jeff Buckley, posteriormente se incorpora el sutil sonido de platillos a lo largo de un minuto y medio para dar paso a unos acordes de guitarra y de nuevo el arpegio. «Mojo Pin» emana una sensación de calma y resulta contemplativa, a los casi cuatro minutos arriba la estampida sonora: guitarra, bajo y redoble al unísono en un compás tradicional en el rock de 4/4, un cuidadoso caos que exhibe los increíbles dotes del vocalista, las voces se construyen gradualmente, frescas y adictivas. Un ángel armoniza su canto a la frustración del desamor.
El fade out de la pista anterior brinda la introducción a uno de los más grandes y fascinantes temas de la música contemporánea: «Grace». Su instrumentación fue compuesta por Gary Lucas, mientras que la melodía vocal y la letra fueron aportación de Buckey. «Grace» abre con un complejo y memorable acorde de guitarra, el cual posee un intenso brillo propio. Su letra, poética, melancólica, escalofriante y poderosa, transmite cierta comprensión acerca de la muerte, la cual únicamente pude ser alcanzada cuando se ama y se es amado.
«There’s the moon asking to stay
Long enough for the clouds to fly me away
Oh, it’s my time coming, I’m not afraid
Afraid to die»
No existe mejor canción en el disco que evidencie sus dotes y rangos como vocalista y que lo coloque en el altar de los mejores de todos los tiempos. «Grace» es un tema que me deja sin aliento, con una profunda tristeza cada vez que la escucho. De corazón deseo que Jeff haya experimentado el mensaje de esta canción al morir.
«Last Goodbye» inicia con un slide de guitarra con tintes country-rock y una línea de bajo que da la impresión de estar ante un tema usual del rock, nada más erróneo, la batería otorga una nueva dirección a la canción, la cual adquiere un efecto acústico. Un tema más que sirve para que Jeff exprese sus sentimientos acerca del amor.
La siguiente canción es la primera de los tres covers grabados para Grace. «Lilac Wine» fue escrita por James Shelton y popularizada por Nina Simone. La versión de Buckley es una suave reinterpretación espacial sumergida en reverberación. Jeff contaba con la increíble habilidad de apropiarse de los temas de otros autores, lo que le permitía incorporar un aura especial y estampar una esencia única, sintiéndose como composiciones propias.
Posteriormente arriba «So Real», otro de mis temas favoritos del cantautor, el cual llegó al final de la grabación del álbum y relegó, en la versión original de Grace, a la blusera y finísima «Forget Her», que estaba pensada para ser el primer sencillo. «So Real» comienza con unas elegantes y vibrantes notas de guitarra, para caer en un acorde menor que indica la entrada al primer verso. Este tema transmite un emocionante y oscuro paseo sonoro que habla de soledad y amor.
«I love you
but I’m afraid to love you»
«So Real» es impresionante, su instrumentación es hermosa y etérea, melodía y lírica se entrelazan y establecen un maravilloso vínculo que te deja completamente atónito.
La pista sucesora es, quizás, el más bello y mejor cover logrado en la historia de la música. Un misterioso y delicado suspiro da pie a los siete minutos más fastuosos, teatrales y pulcros del álbum. «Hallelujah» de Leonard Cohen, y permeada por la versión de John Cale, nos ofrece a un Jeff Buckley iluminado al más alto nivel, acompañado únicamente por su guitarra eléctrica. Consigue transformar un canto de alabanza en una oda a la vida y al amor. Esta canción es, indudablemente, el tema más conocido en la discografía de Buckley, quien, de nuevo, brinda testimonio de su exquisito gusto musical.
Buckley escribió letras honestas y maduras, en las cuales, el tema recurrente era el amor que se puede alcanzar a partir de la sensatez, «Lover, You Should’ve Come Over» es la epítome de su búsqueda lírica; sin importar quién seas y lo que hayas vivido, todos amamos, y si has amado, has sufrido, Jeff Buckley materializa esta idea en un bellísimo tema, repleto de desesperanza y una letra inolvidable.
«My kingdom for a kiss upon her shoulder
It’s never over
All my riches for her smiles when I slept so soft against her»
El tercer cover del álbum lleva por título «Corpus Christi Carol», un himno que data de 1504. En él, Jeff lleva su voz angelical a un nuevo nivel y la concede, inalcanzable, como ofrenda para el resto de la humanidad.
Es bien sabido que Led Zeppelin fue un gran referente para Jeff Buckley, la penúltima pista titulada «Eternal Life» es muestra de esto. En la canción más densa y frenética del álbum, Jeff suena enfurecido y junto con el resto de la agrupación, se dejan llevar por este sentimiento, utilizando riffs de guitarra y bajo agresivos y saturados los cuales contrastan con la intimidad del resto del álbum.
El álbum concluye con la onírica «Dream Brother», canción compuesta por Jeff para su amigo Chris Dowd, con la intención de que no abandonara a su novia embarazada, tal como lo hizo su propio padre, Tim Buckley, quien se divorció de su madre un mes antes de su nacimiento.
* En el 2004, Columbia publicó una reedición remasterizada de Grace, con el título de Grace: Legacy Edition, la cual incluyó la canción «Forget Her», que había sido grabada para el lanzamiento original, no obstante, fue desechada por el mismo Buckley semanas antes de su publicación.
A pesar de que Grace se encuentra constantemente en las listas de los mejores álbumes de todos los tiempos, continúa siendo, desde un juicio personal, un disco increíblemente infravalorado. Jeff Buckley no sólo fue un extraordinario cantante, compositor y guitarrista, no ha habido nadie como él, sus progresiones y estructuras de acordes, así como sus rangos vocales significaron un cambio de rumbo para la escena musical, conservando ciertas características de la música alternativa, pero con atributos más íntimos e introspectivos, que repercutió en artistas como Chris Cornell, Matt Bellamy de Muse, Radiohead y Coldplay. Jimmy Page y Robert Plant, Bob Dylan y Chris Cornell han elogiado efusivamente el álbum y los descomunales dones de Buckley como cantante, guitarrista y compositor. A la fecha, su resplandor continúa brillando sobre nuevos artistas.
No fue la muerte quien hizo grande a Jeff Buckley, él era un gigante colmado de pureza en el corazón y la sensibilidad de un ángel, y Grace fue su obsequio para el mundo.