Melómanos y Coleccionistas (XXIV)

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Entrevista a Mauricio Esparza (Micro).

En esta ocasión nuestro melómano es un personaje el cual está adentrado en distintas y diversas facetas, entre las más conocidas, dentro de la publicidad y el periodismo y la crítica musical.

Él es mejor conocido como Micro, y sin más, dejemos que nos cuente todo acerca de su colección privada y cómo vive la música. De antemano, le damos muchísimas gracias por su tiempo,  disposición y cortesía. 

 

Cuéntanos acerca de tus distintas actividades profesionales y el acercamiento que has tenido con la música a través de ellas.

He hecho muchas cosas, y en algunas he alcanzado un nivel que podría considerarse profesional.

Publicista, Director Creativo: Es de lo que he vivido la mayor parte del tiempo, colaborando con todo tipo de marcas. En una primera etapa trabajé en algunas de las mejores agencias de su momento y, desde hace 18 años, me independicé con un despacho llamado «Mirador».

Diseñador musical: Principalmente he diseñado portadas de discos y, como consecuencia, también he trabajado en campañas, materiales promocionales, escenarios, etc. Viví de esto muchos años, aunque la industria ha cambiado y la dinámica es muy distinta. Aún hoy sigo diseñando cosas relacionadas con la música.

DJ: Durante muchos años me pagaron por ser DJ, lo que supongo que lo convierte en algo semi-profesional.

Pintor: Aunque nunca he vendido un cuadro, siempre he pintado. Espero algún día dedicarme de lleno a esto, ya que siempre he sentido que, en el fondo, soy pintor.

Crítico de música: Escribí durante muchos años en revistas (cuando se imprimían), blogs y sitios. Hace tiempo inicié un proyecto llamado «Región Cuatro», que actualmente está en un canal de YouTube. Creo que tenemos muy buen contenido, aunque algo olvidado por la banda.

Escritor: No me considero un escritor propiamente dicho, pero publiqué un libro titulado «Casi Todo lo que Sé Acerca del Vinyl», con la editorial Marvin. También he escrito un par de libros más, uno sobre Café Tacvba y otro sobre el Rock Mexicano, aunque no los he publicado aún.

Pepenador de discos vinilos: Le dedico mucho tiempo a la búsqueda y compra de discos vinilos. Además, en ocasiones he vendido discos en línea.

Productor: Aunque no me definiría como productor, en 1999 produje un disco recopilatorio llamado Easy Melodías (EMI), que hasta la fecha es considerado de culto.

jejeje como verás le ha buscado por aquí y por allá.

¿Cómo te iniciaste en el coleccionismo?

Desde niño. Hay que entender que cuando yo crecí, en los años sesenta y setenta, los discos eran objetos cotidianos de deseo en una casa. Como adolescente, esto se intensificó, si querías escuchar una canción, tenías que sentarte durante horas frente a una radio o comprar el disco.

Los discos eran caros y no había otra forma de escucharlos más que pagando una lana.

Creo que vivir esa realidad me marcó. De joven no tenía el dinero para comprarlos y ahora de adulto mayor me desquito, jejeje. Desde que tengo memoria he coleccionado discos vinilos.

¿De dónde crees que viene ese impulso por la música/coleccionismo/diseño?

En mi familia, la música siempre ha sido algo importante, tanto en lo cotidiano como a nivel profesional. Mi abuelo, Alfonso Esparza Oteo, fue un músico destacado en México. Compuso canciones emblemáticas de la música popular mexicana y, además, fundó el sindicato de músicos. Él es el compositor de “Las Mañanitas”, sin duda una de las canciones más representativas de México.

Muchos de mis tíos, sobrinos y parientes también son músicos profesionales. Por eso, a mucha gente le parece raro que yo no toque ningún instrumento. Mi inclinación siempre fue más visual, aunque en la casa de mis papás siempre hubo pianos, guitarras, trompetas… y no necesariamente pinceles.

¿Cuál fue el primer álbum que obtuviste por tu cuenta?

Fue una recopilación de los Beatles llamada Hey Jude (Capitol, 1970), se lo pedí a mi mamá de cumpleaños. Quería tener un disco de los Beatles que no tuvieran mis primos, así que cuando me lo dieron fui a presumirlo, pero me dijeron que no lo tenían porque era una recopilación y que tenían todas las canciones en los álbumes originales. Me decepcioné un poco, jejeje. Ahí es cuando descubrí algo inherente al coleccionismo: querer tener algo que los demás no tienen.

 

¿Qué tendencia musical hay en tu colección?

Tengo de todo un poco, pero sobre todo rock mexicano.

 

¿Cuánto es lo más que has pagado o pagarías por un álbum?

No recuerdo exactamente, pero no suelo pagar mucho por un disco. Siempre creo que tarde o temprano llegará a un precio que puedo pagar. Creo que el más caro fue Renaissance (Raff, 1971), un vinilo del hijo de Díaz Ordaz, por el que pagué algo así como 4 mil pesos. Es la primera edición, con funda doble, inserto y, además, está firmado.

Aunque he vendido discos en eBay a precios elevados, normalmente los compro a precios mucho más bajos.

Cuéntanos acerca de algún(os) disco(s) que te sean entrañables y la razón de ello.

Hace algunos años vendí toda mi colección, unos 10 mil discos. Muchos los vendí en eBay y luego Lynn Fainchtein, qepd, me compró todos.

Cuando me deshice de mi colección, solo me quedé con 10 discos. Aquí algunos de ellos:

Renaissance (Raff, 1971), ya mencionado.

No Me Hallo (Caracol, 1988) de El Personal, con un autógrafo que me mandó Julio Haro, qepd.

Un disco de Joan Manuel Serrat con una dedicatoria de mis hermanos a mi padre.

Los Valses de Al Ejandra (Al Ejandra, 1988), VA, impecable y completo con impresiones de computadora.

Artaud (Talent, 1975) de Pescado Rabioso. No es la primera edición «troquelada», pero es una segunda edición que aún permite escuchar el álbum de manera analógica, con la tecnología de la época. Además, este me lo trajo Quique Rangel (Café Tacvba) desde Argentina.

Hace poco conseguí Hippies (Eco, 1968) de Los Ovnis, un disco que busqué durante años.

Ahora que lo pienso, debí haberme quedado con más discos, al menos unos 100. Extraño a muchos de ellos y sé que nunca los podré volver a comprar. Cada día es más difícil encontrarlos a un precio decente. Actualmente tengo unos 1,500 discos que he ido comprando desde entonces.

¿Qué álbum de los que tienes consideras una rareza?

Tengo especial gusto por los discos raros mexicanos, esos que a nadie le interesan y que puedes encontrar en botaderos de vinilos a 10 pesos.

Uno que es rarísimo y muy difícil de ver es ¿A dónde va mi cuerpo? (Discos Profeta, 1969) del artista y periodista Rodolfo Mendiolea. Es una locura de disco, prácticamente imposible de googlear, salvo un artículo que escribí para Vice hace años:

¿A dónde va mi cuerpo?

Por eso, siempre que veo una caja de vinilos viejos, maltratados y sucios, la reviso. En ellas pueden esconderse joyas olvidadas que, para mí, son oro molido.

¿Qué disco es todavía objeto de deseo?

Hay muchos, miles, muy variados, y depende de la época.

Por ejemplo, dentro del submundo de los Beatles mexicanos, hay varios que sigo buscando. La primera edición de Let it Be (Apple Records, 1970) en su versión Box Set, que incluye un libro, es uno de ellos. Otro sería la famosa compilación triple morada de Musart The Beatles (Musart, 1964). También está la primera edición mexicana de Revolver (Capitol Records, 1966), que tiene un defecto en la primera canción.

Además, busco discos de rock clásico en sus primeras ediciones, Nick Drake, Nico, Neil Young, The Velvet Underground… cualquiera de estos es muy valioso para mí. No me interesan las reediciones actuales de este tipo de discos.

Otro «barril sin fondo» es el rock mexicano. Hay discos famosos muy buscados en el submundo del coleccionismo, como los de Kaleidoscope, The Tepetatles, y Tarro de Mostaza. Cualquiera de este tipo me interesa.

Lo complicado no es tanto ver estos discos antiguos, sino encontrarlos en buen estado y a un precio accesible. Por eso siempre es buena idea ir al Chopo o visitar Balderas; de vez en cuando te sorprendes con las joyas que puedes encontrar.

Con discos más recientes, la búsqueda es diferente. Por ejemplo, nunca he logrado tener Mena de Javiera Mena (Unión del Sur, 2010), y Fuera de Campo (Plaza Independencia Música, 2014) de Dënver también se me escapó.

En cuanto a vinilos de artistas nuevos o ediciones limitadas, busco versiones de color o especiales. En este caso, el mundo es radicalmente distinto, ya que hay que estar atento a lo que sale online, en redes, tiendas virtuales, sellos independientes… es otro universo.

¿Tienes álbumes dentro de tu colección que no te gusten o los tengas por otros motivos?

Sí, varios. Mi colección es muy ecléctica; prácticamente tengo de todo y es algo que algunos me han criticado, pero casi cualquier disco en buen estado es bienvenido.

Por ejemplo, tengo algunos discos de música clásica y bossanova que me regalaron, me encantan y no los voy a tirar, pero la verdad es que muchos de ellos son cosas que no compraría.

Siempre pienso en el ejemplo de Shakira. Su primer disco, Magia (Colombia, 1991), es tan malo que ella misma lo mandó a retirar del mercado. Sin embargo, es un disco de colección. Eso pasa mucho: hay trabajos que musicalmente son cuestionables, pero que son raros y esa rareza los hace valiosos para los que coleccionamos discos.

También hay discos que conservo por motivos sentimentales, como los que pertenecieron a mi familia y que tengo desde hace 50 años.

 

¿Tienes algún conteo de los álbumes que tienes en tu colección? ¿O no es algo a lo que le prestes mucha atención?

No me interesa llevar la cuenta. La única vez que los conté fue cuando los vendí todos de una sola vez, Lynn parecía muy preocupada por el número de discos.

 

¿El último o últimos que adquiriste?

Encargué dos. Normalmente, este tipo de vinilos los compro en juno.co.uk: Bright Future (4AD, 2024) de Adrianne Lenker, soy seguidor de ella y de Big Thief. El otro fue “I Got Heaven” (Epitaph, 2024) de Mannequin Pussy, un disco de rock que me volvió loco. Ambos son primeras ediciones, versiones limitadas y discos de color. Aún en los discos nuevos hay diferentes ediciones y aunque no sé si serán más valiosos con el tiempo, me gusta pensar que sí. Ya veremos.

 

¿Alguna manía o fijación que tengas con tus discos?

Pues lo único, creo, es limpiarlos. Obviamente, solo en los discos que compro usados, tengo un ritual o manera específica de hacerlo, no guardo un disco de segunda mano sin antes limpiarlo a fondo.

¿Qué nos quisieras compartir de lo que se viene con tus distintos proyectos? ¿Dónde podemos seguirte?

Siempre tengo cosas de diseño en proceso. Justo ahora estoy trabajando en algunas cosas con Líber Terán y también con un proyecto de cumbia llamado Salterio Marsupial.

Pueden seguirme en Facebook como Mauricio Esparza (Micro) y en Instagram como @elmicron.

Pero, sobretodo, los invito a seguir a Región Cuatro. Me cancelaron mis cuentas en redes sociales de un día para otro, sin explicación, me quedé sin seguidores y tuve que empezar desde cero, así que hacen falta valientes. En Facebook tengo una página llamada Región Cuatro y en Instagram estoy como @regioncuatro_r4, en estos me enfoco más en la música.

Sobre diseño, no tengo algo específico ahora, pero creo que debería.