1 tema, 7 canciones: Canciones odiadas de artistas que te gustan

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En esta sección recurrente abordaremos diferentes tópicos rápidos con el fin de contrastar y comparar las formas en que los colaboradores y sus neurosis entienden la misma asignación musical. Les presentamos un tema, siete cabezas, diez minutos y cero conclusiones.

TEMA: CANCIONES ODIADAS DE ARTISTAS QUE TE GUSTAN

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¿Alguna vez les ha pasado que detestan una canción de su artista favorito? Podría ser un tema complicado a simple vista, pero puede llegar a ser más común de lo que creemos. Incluso hay agrupaciones o artistas que ellos mismos odian canciones de sus repertorios que suelen ser casi siempre de sus canciones más famosas o que les piden con más frecuencia en sus presentaciones en vivo, la odian tanto que sería imposible que la toquen de nuevo.

El odio puede llegar a ser de las emociones más intensas. Aunado al hecho de que estamos hablando de un artista que nos gusta, veamos cómo resulta el contraste de emociones en este ejercicio, ¿El motivo del odio? Pueden ser muchos, aquí te presentamos los nuestros.

 

Adriana Armenta

Canción: “Where Is My Mind?”

Artista: Pixies

Siento decirlo, pero tenía muchas ganas de expresar mi opinión sobre esta canción: detesto “Where Is My Mind?”, Me parece, sin duda, una de las canciones más sobrevaloradas de Pixies, además de que la encuentro hasta en la sopa.

Para mí la melodía resulta bastante simple, si bien las letras de Pixies algunas veces pueden llegar a ser complejas al traducirlas del inglés al español, ésta en particular me parece excesivamente simplona. Además, su melodía es deliberadamente insulsa. Pese a ser una de sus canciones más populares y con un coro bastante pegajoso no aporta nada novedoso en el ámbito musical.

Por otro lado, debo reconocer que Pixies es una de mis bandas favoritas, aunque considero que carecen de ciertos dotes técnicos, por ejemplo, la voz de Black Francis llega incluso a los gritos. Pienso que tienen un gran valor en cuanto a su propuesta y concepto musical. Han sabido llevar su estilo a otro nivel, y la forma en que expresan sus ideas por medio de sus letras y melodías me encanta. Sin embargo, no puedo negar mi rechazo absoluto hacia esta canción en particular.

 

Toño

Canción: “Another Brick In The Wall, Part Two”

Artista: Pink Floyd

Pink Floyd es una banda a la que le tengo un profundo respeto, hay algunos discos que me maravillan, pero al mismo tiempo tiene varias cosas que no me gustan en mayor o menor medida. Reconozco su lugar en la historia de la música, bien merecida, pero también me extraña que muchos lo consideren la mejor banda de la historia, cuando lejos esta de ser la mejor ni de la psicodelia, ni del progresivo, ni del rock. Y sin duda, el disco que más me repele de su discografía es The Wall, un disco con el cual guardo una relación cuando menos curiosa.

Y digo esto, porque en sí, el disco musicalmente no me parece malo, aunque para mí no funcione de manera redonda. Tiene algunos temas que me agradan (sobre todo “Hey You”) pero el disco en su conjunto me parece insufrible, lo único que a mi parecer lo homogeniza, es la pretensión y pomposidad que la mayoría de temas guardan, porque a pesar de ser supuestamente una obra conceptual, yo no encuentro una unidad en la misma.

Y aún más curioso pudiera resultar para quien me lee, que la película y la presentación en directo sí me gustan, bastante. Pero es que aquí hay algo que puedo argumentar y que es algo que es bien sabido: Roger Waters siempre visualizó The Wall como una obra con un montaje audiovisual impactante y como una película. Como piensa audiovisual, entretenida, y sí, impactante por momentos, pero como un álbum, como una obra musical por si sola, nada más no conecto. Se nota que el autor (porque al final, también es sabido que fue un concepto de Roger Waters y no de la banda, pero lo malo es que la firmó con el nombre del grupo) le echó más ganas a lo visual y lo musical se queda a medio camino.

Está bien que los músicos viertan sus traumas en una obra, lo han hecho todos, hasta Shakira, vamos. Pero que lo conviertan en una obra megalomaníaca y pretenciosa, ya es demasiado. Pues bueno, toda ese contexto que doy es para caer en un tema que odio (aunque no sé si esa sea la palabra propiamente, no suelo “odiar”, de hecho, me costó bastante esta temática) “Another Brick in The Wall, Pt. 2”, un tema que a mi gusto representa lo peor de esta obra.

De entrada, ya es una canción choteadísima. Pero dejemos eso de lado. Su título es un guiño burdo y forzado al propio álbum, es la segunda de tres temas del mismo nombre (como si no fuera suficiente una), el tono del tema (y la forma de cantar) es solemne, pero al mismo tiempo, quiere ser épico, con ese coro de niños sobre producido que causa urticaria, y claro, no podían faltar las clásicas guitarras de Pink Floyd, que a esas alturas, más que sello de la casa, ya resultaba un recurso cansino y reiterativo, como cuando Santana juega a tocar su mismo solo.

 

[gus]

Canción: “The Crunge”

Artista: Led Zeppelin

Led Zeppelin posee un lugar especial en mi corazón.

El primer CD que compré con mis ahorros fue Led Zeppelin IV, a los 15 años no paraba de reproducir el compilatorio Early Days / Latter Days, me maravillaba verlos en la portada con el traje de astronauta. He escuchado sus álbumes infinidad de veces, incluidas las grabaciones en vivo, particularmente el épico How The West Was Won, fui cautivado por las secuencias del concierto The Song Remains The Same. Inclusive, les perdoné “D’yer Mak’er” y “All Of My Love”, ésta última, gracias a la fina interpretación del sintetizador por parte de John Paul Jones, pero a la fecha, no logro tolerar “The Crunge”.

Entiendo que sirva de tributo al funk y al monumental James Brown, no obstante, con tal dote de habilidades pudieron haber compuesto algo más interesante. No encuentro nada agradable o atractivo en este tema, ni los ritmos sincopados, ni los arreglos en sintetizador de Jones, o la voz de Robert Plant, carente del encanto y la magia de Brown.

Lejos de ser memorable, me resulta extraña e incómoda, probablemente la única pista de Led Zeppelin que suelo evitar.

 

Alex Torres

Canción: “You’re My Waterloo”

Artista: The Libertines

Querido lector, es un gusto verlo por aquí nuevamente. Espero que al finalizar estas líneas el impulso por nunca más volver no sea demasiado fuerte. Tengo una confesión que hacer, haré trampa, no escribiré sobre ese singular pecado horrible de una banda que me encante. Iré un paso más adelante y les contaré la triste historia de una idílica canción secreta que fue ultrajada y presentada en sociedad como un cruel error de la naturaleza. Si esto me descalifica a sus ojos, muy bien, vale la pena si puedo denunciar este crimen.

A inicios del milenio diversos jóvenes desaliñados e inconformes con el estado de la música alternativa crearon un movimiento que reposiciona a las guitarras distorsionadas como el camino a seguir para opositar la creciente ola de pop y, dios nos perdone, nu metal. De entre todos los exponentes mis favoritos siempre fueron The Libertines, esos limpiachimeneas Dickensianos que responden con labia y caos al estilo y desinterés neoyorquino de los Strokes. Un factor diferenciador entre ambas bandas era el torrente de canciones no incluidas en las placas principales de los primeros, entre conciertos de guerrillas y sesiones grabadas, entre veinte y treinta títulos de primera calidad se perdieron en el limbo de foros de internet y discusiones obsesivas de fans obsesivos. En una de estas interminables colecciones secretas se encontraba un título que precede incluso al primer álbum de la banda, una balada antifolk cargada de referencias culturales que diferenciaba definitivamente a Pete y a Carl de Julian y Albert. Los primeros podrían haber escrito Alone Together si se vieran motivados a hacerlo, los segundos, ni en mil años podrían haber escrito “You’re My Waterloo”.

Bueno, pues tras el éxito, la separación, el reencuentro, la muerte y el renacimiento de la banda pasaron 20 años. Y con él primer álbum en dos décadas se anunció que parte del tracklist era esta canción. Por fin los inadaptados no obsesivos la conocerán. Felicidad. Pues no, en lugar de dejar que la perfección fuera perfección a alguien se le ocurrió la brillante idea de reinterpretar el tema. Desde la primera nota quiero estrellar mi cráneo contra una superficie contundente. El intro ha sido sanitizado, desparasitado y lobotomizado con una cuchara, llevando el arrastre del tempo de una grácil hada revoloteando en la versión original a un participante de las olimpiadas especiales alcoholizado, vamos Pete, vamos, más rápido, menos al ritmo de una oruga. Demonios. ¿Carl? ¿John? ¿alguien?, veo que no, veo que están demasiado ocupados haciendo coros innecesarios. Muy Disney todo. ¿Por qué el tempo es tan, tan lento, está moribundo el heraldo de capacidades diferentes?, bueno, por lo menos el pre solo de guitarra parece intacto. Ah, veo que el glorioso lead también ha sido ralentizado. Maravilloso, no es como que la versión original sea cautivadora y la composición ambienta la letra en un marco que contrasta el descenso a la tragedia de la historia con un sentimiento de escapismo hacia adelante. Esto es peor que la nueva versión de Wicker Man. Bueno, no tanto.

Si esto no es lo que la dinámica requería me disculpo profundamente y los insto a olvidar lo que leyeron y cambiarlo por “Dictator” de The Clash. Fuck that.

 

Enrique Carlos

Canción: “La Música Salvará Al Mundo”

Artista: Los Fabulosos Cadillacs

Los Fabulosos Cadillacs son una de mis bandas favoritas de juventud, y con el paso de los años, a diferencia de otros gustos tempranos, sigo disfrutando su música casi de igual manera. Aunque son muy claros los momentos sobresalientes de su cancionero, en general mantienen un estándar aceptable, sobre todo después del mítico disco El León.

En 2002 se separaron indefinidamente y en 2008 regresaron con un par de álbumes de reversiones. Pero fue hasta 2016 cuando lanzaron un nuevo disco con temas inéditos: La Salvación De Solo y Juan. Es un disco temático muy bien producido [la madurez musical no está en duda a estas alturas], sin embargo, lo coloco muy lejos de mis favoritos, con todo y que contenga un par de buenos temas como “La tormenta”, o la genial “Averno, el fantasma”.

Al fondo del LP, se encuentra “La música salvará al mundo”, una canción que pretende ser la guinda en el pastel… Caray, desde el título encuentro una ingenuidad que me incomoda bastante, pero cuando escuchas el estribillo con su escueta sintaxis: “Música, al mundo salvará”, te preguntas en qué momento los Cadillacs se convirtieron en amenizadores de tardeadas cristianas. Me resulta insoportable. Es un disco que escucho muy poco, pero cuando tropiezo con él, simplemente ignoro que esa canción existe. Es más ¿de qué estábamos hablando? No lo sé, no me acuerdo, ya se me olvidó.

 

Gera

Canción: “La Isla Bonita”

Artista: Madonna

Por mucho tiempo me consideré fan de Madonna, sobre todo de su álbum Confessions On A Dance Floor de aquel lejano noviembre del 2005, un disco muy influenciado por la música electrónica bailable y disco que reinaba a principios de la década de los dosmiles. Le tenía un cariño especial a “Hung Up” porque me ayudó a superar el primer rompimiento de corazón que experimenté en aquellos días de universidad, y desde entonces me empecé a sumergir en la discografía de Madonna y me gustó la mayoría de sus canciones, por lo que pensé que así se cerraría el tema de mi amor por esa artista.

Pero, desde hace dos años, ocurrió una especie de golpe de estado en mi lugar de trabajo y unos inadaptados decidieron arrebatarnos el único privilegio que teníamos en ese lugar, es decir el derecho de todo trabajador de escuchar la música que quiera siempre y cuando no afecte el ambiente laboral. Estas personas decidieron quejarse y los jefes, en una exhibición impresionante de «me vale madre el ambiente laboral y aquí se hace lo que yo digo», decidieron hacer un playlist comunitario con la promesa de que cada dos semanas lo actualizarían con las playlists que nosotros les mandáramos a una de sus cuentas de WhatsApp.

Justo como lo imaginé, al poco tiempo empezaron a ignorar las listas que les mandaba y desde hace casi dos años los trabajadores de ahí estamos atrapados en ese lugar siendo torturados con el mismo playlist una y otra y otra y otra y otra vez, como un día de la marmota pero en el infierno, donde las pocas canciones que me gustan (las que yo puse) ya me tienen harto, pero hay dos canciones dignas de mencionar ya que algún idiota las puso más de una vez: la asquerosa “Creep” de Radiohead y la ultraenfadosísima “La Isla Bonita” de Madonna.

“Creep” de Radiohead es fácil de odiar, simplemente porque la humanidad nunca superará esa horrible canción y nunca dejarán de escucharla y defenderla, ya hice mis paces con esa parte de la vida que nunca entenderé y ya me rendí, destruyan sus oídos y pierdan su tiempo escuchando ese loop de quejidos y gimoteos, pero que me hayan arrancado a Madonna del corazón no tiene perdón de dios ni de nadie.

Ahora, todos los días vivo con la zozobra de que en cualquier momento de mi día laboral empieza a sonar “La Isla Bonita”, cada que eso ocurre siento un malestar corporal y emocional, al sonar las primeras notas del bajo mis oídos empiezan a llorar, mi cuello se tensa, mis ojos se cierran con la esperanza de encontrar paciencia y fuerza, mis labios susurran «¿Por qué chingadamadre, por qué les gusta vivir así, por qué mierda tienen que escuchar las mismas putas canciones una y otra vez, malditos desquiciados los odio», y solo me queda esperar a que se termine sabiendo que muy pronto la volveré a escuchar porque ya nada tiene sentido y al capitalismo le importa un carajo tu salud mental. Todos los días sueño despierto con el día en que por fin pueda escapar de ese agujero, como cuando Batman escapó de la prisión con la espalda toda hecha mierda, y nunca volver a escuchar una sola nota de cualquier abominable canción de Madonna.

 

Rodrigo “Bola” Torres

Canción: “Lyla”

Artista: Oasis

Esto va a ser breve: Odio “Lyla”.

Odio lo blanda que es. Odio su video. Odio su coro. Odio su intro. Odio que haya gente que la aprecie. Odio su letra. Odio como intentan ponerle carácter con sus fills de batería. Odio que haya sido el primer sencillo de Don’t Believe The Truth y que fuera su regreso tras dos años de ausencia. Odio el efecto de Liam después de “If I fall”. Odio la manera en que Noel, en el video, levanta su guitarra mientras toca como si hubiera algo por lo cual dejarse llevar.

Odio sus pseudo solo. Odio que NME y otras publicaciones la incluyan en el “setlist ideal” de su gira de reunión. Odio que apareciera en el FIFA 06. Odio lo repetitiva que es. Odio la torpe manera en que se mezclan las voces de Liam y Noel en el tramo final. Odio la línea “She’s the queen of everything, and everyone, and you, and yours, and mine”, Odio que en su lugar “Mucky Fingers” pudo haber sido sencillo. Odio el hecho de que la hayan tocado en vivo 236 veces.