Pocas bandas encapsulan el espíritu del Dunedin Sound como The Chills. Formados en 1980 en la ciudad de Dunedin, Nueva Zelanda, bajo la dirección de Martin Phillipps, la banda se convirtió en una de las piezas fundamentales de Flying Nun Records y en una referencia ineludible dentro del indie rock y el jangle pop.
Desde sus primeros sencillos como «Rolling Moon» y «Pink Frost», The Chills mostraron un sonido caracterizado por melodías luminosas, guitarras cristalinas y una melancolía subyacente que pronto se convirtió en un sello distintivo de la banda. Con el lanzamiento de Brave Words (1987), su primer LP, el grupo consolidó su reputación a nivel internacional. Sin embargo, fue con Submarine Bells (1990) y su hit «Heavenly Pop Hit» que lograron una mayor proyección, llevando su sonido a un público más amplio.
A lo largo de su historia, The Chills ha sido una banda de constantes cambios en su alineación, con Phillipps como único miembro fijo y con diversas dificultades que incluso los llevó a un parón discográfico de casi veinte años. A pesar de todo ello, la banda ha mantenido su esencia, lanzando discos tanto en sus inicios como en su posterior regreso, tan aclamados como «Silver Bullets» (2015) y «Scatterbrain» (2021), que confirman su relevancia en la escena alternativa.
Lamentablemente, en Junio de 2024, Martin Phillipps dejó este mundo perdiendo la batalla contra la Hepatitis C. Lo que nos trae a su álbum póstumo: Spring Board: The Early Unrecorded Songs. Este trabajo recopila 20 composiciones escritas en la década de 1980 que, por diversas razones, nunca fueron grabadas en su momento. Phillipps, antes de su muerte, revisó y actualizó estas canciones, adaptándolas a su perspectiva más madura.
El álbum se caracteriza por una atmósfera luminosa y optimista, con un sentimiento de fragilidad, con melodías pegajosas y cuidados arreglos. Canciones como «Watching Old Home Movies» y «Such Self Pity» reflejan una introspección sobre el paso del tiempo y las experiencias personales de Phillipps. La producción es rica y cuenta con la colaboración de músicos talentosos que aportan profundidad al sonido de la banda, como el caso de las vocalistas femeninas, que le dan un pulso realmente notable a los temas donde participan.
No deja de ser curioso que el tiempo sea algo tan palpable en el álbum, y que al mismo tiempo que estas sean algunas de sus primeras canciones escritas, también fueran las últimas en ser lanzadas, como un cierre tan perfecto como conmovedor, y manteniendo ese brillo que siempre le fue inherente, pero con una mayor madurez. Spring Board: The Early Unrecorded Songs es una despedida emotiva de ese gran y talentoso hacedor de canciones que fue Martin Phillipps y la huella que ha dejado con The Chills.