La historia de Songhoy Blues es un testimonio de resiliencia y pasión por la música. Formada en 2012 en Bamako, la banda surgió como respuesta al conflicto civil en el norte de Mali, que llevó a la prohibición de la música por parte de grupos yihadistas. Los miembros fundadores, Garba Touré, Aliou Touré y Oumar Touré, todos de etnia songhoy pero sin parentesco entre sí, se unieron para recrear la atmósfera perdida del norte y hacer que los refugiados revivieran las canciones de su tierra natal.
A lo largo de su carrera, Songhoy Blues ha sabido fusionar la tradición musical de Mali con influencias contemporáneas, creando un sonido único que ha resonado a nivel internacional y que los ha llevado a trabajar con reconocidos artistas del mainstream como Nick Zinner de los Yeah Yeah Yeahs, Julian Casablancas, Damon Alban o Iggy Pop, siendo varios de ellos pieza fundamental para que pudieran grabar su música y hacer más extensiva su propuesta.
Es así como Songhoy Blues ha lanzado su cuarto álbum de estudio, Héritage. Este trabajo representa una evolución notable en su sonido, alejándose de la energía electrizante de sus producciones anteriores que los llevó por los caminos del rock desértico y el blues, para abrazar en esta ocasión una estética más acústica y tradicional. El álbum se caracteriza por la riqueza de sus armonías corales y una percusión delicada que complementa la voz conmovedora de Aliou Touré.
Héritage no tiene posiblemente la intensidad sonora de sus trabajos anteriores que los llevó incluso a los caminos del stoner en temas como “Badala” o “Worry” de Optimisme, pero es que esta vez han apostado por la sutileza y profundidad emocional, demostrando la versatilidad de la banda y su conexión con las raíces musicales de Mali.
Canciones como «Toukambela» destacan por su calidez y emotividad, mientras que «Norou», en colaboración con Rokia Koné, añade una dimensión adicional al proyecto. Temas como “Dagabi” o “Issa” por otro lado, no dejan de lado esa clara influencia del blues de la cual siempre han hecho gala, así como hay un aura espiritual y de comunidad en temas tan bellos como “Tara” o la estupenda “Garibou”.
Héritage es una continuación de su muy personal viaje, ofreciendo una experiencia auditiva que honra sus raíces mientras explora nuevas direcciones artísticas, reflejando la madurez y la capacidad de adaptación de Songhoy Blues, consolidando su posición como una de las bandas más innovadoras y auténticas de la escena musical africana contemporánea.