En esta sección recurrente abordaremos diferentes tópicos rápidos con el fin de contrastar y comparar las formas en que los colaboradores y sus neurosis entienden la misma asignación musical. Les presentamos un tema, siete cabezas, diez minutos y cero conclusiones.
TEMA: CANCIONES PARA KARAOKE
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Probablemente no exista una práctica que integre a las personas de modo más amplio como el canto. Desde los esclavos sureños de Estados Unidos, clamando sus lamentos mediante himnos, hasta los asistentes a un partido de futbol, el canto produce fraternidad, instituye una sociedad al unísono, la cual es, por unos breves minutos, indisoluble.
A partir del canto existe una actividad que logra exteriorizar todos nuestros gustos, anhelos y deseos reprimidos: el karaoke. Cada aspecto de la interpretación revela la identidad contenida en las personas y actúa de forma catártica.
Definitivamente existen grandiosas y decorosas canciones para karaoke, como “Should I Stay Or Should I Go” o “Fight For Your Right (To Party)”, no obstante, son las que despiden cierta vergüenza, las que requieren el valor de exponer aquel gusto culposo ante más personas, las que poseen mayor mérito.
Ya sea recurriendo al air guitar, empleando ese inapropiado y trompicado falsetto o a coro con el resto de la audiencia, nuestros colaboradores revelarán el tema que eligieron para su fantasía de karaoke.
[gus]
Canción: “Whole Wide World”
Artista: Wreckless Eric
Al meditar en la canción apropiada para la presente dinámica, definitivamente, me pensé con la faringe corroída por el exceso de cerveza, engalanado con ese traje que gozó mejores días, el saco abierto, recargado en el atril del micrófono y entonando “Careless Whisper” (en la versión del álbum, no la del sencillo) con la voz más respetable que un resiliente asalariado inconforme puede emitir, sin embargo, al final opté por una canción más realista con mis posibilidades interpretativas: la fenomenal y frenética “Whole Wide World” de Wreckless Eric.
“Whole Wide World” es un tema épico, honestamente imperfecto y brutalmente punk. ¿Quién se resistiría a cantar con fervor “I’d go the whole wide world, I’d go the whole wide world, Just to find her”? Sus senderos sonoros, la base rítmica del bajo y los rasgueos punzantes de la guitarra durante los coros, hacen de este, mi tema ideal para karaoke.
La actitud es sustancial en una interpretación de karaoke y no cabe duda de que esta canción exhala ímpetu en abundancia. Durante sus escasos 3 minutos, acompañado por los dos mordaces acordes de Eric y el radiante y optimista ritmo del bajo cortesía de Nick Lowe, “Whole Wide World” nos brinda la certeza de que la búsqueda de la persona indicada vale la pena, y eso es meritorio de ser cantado en un karaoke.
Alex Torres
Canción: “Say It Ain’t So”
Artista: Weezer
Nunca he ido a un karaoke. Nunca iré a un karaoke. Si fuera, nunca participaría. Y si participaba solo hay una canción perfecta para hacerlo. “Say It Ain’t So” de Weezer.
Tiene todo lo que se necesita, la original no está basada en el performance vocal por lo que no la puedes destruir. En el peor escenario cierras los ojos, haces lo que has hecho más de cien veces en tu cuarto y pareces loco cantando como poseído respecto a viejos sentimientos. Lo de siempre. Si las cosas salen normal, normal. Pero si las cosas salen muy bien lo tiene todo, un inicio lento pero icónico que los freaks del lugar van a reconocer inmediatamente y les permitirá prepararse para sonreír a la liturgia en el «oh yeah, alright», de ahí la cosa se mantiene controlada hasta el bubli-i-i-ing, lo que define si sabes lo que haces o solo estás leyendo de la pantallita, dando entrada al primer coro en el que, dios quiera, tres o cuatro personas ya te acompañan. Si ya llegaste ahí sin que te bajen en «this way is a waterslide» se puede uno animar a mostrar un poquito de onda, si se tiene. La apoteosis llega en el puente cuando le empiezas a hablar a tu papá, su papá, nuestro papá, los papás de todos y explota en la inundación… Yeah… yeah, yeah… yeah, yeah!!!!… solo de guitarra… salida. Estás vivo, no elegiste una de Celine Dion, eres un ganador.
Nunca he ido a un karaoke. Nunca iré a un karaoke. Si fuera, nunca participaría. Y si participaba solo hay una canción perfecta para hacerlo. Say It Ain’t So de Weezer. O “Kiss From A Rose” si te gusta Community.
Rodrigo “Bola” Torres
Canción: “Fiesta”
Artista: Joan Manuel Serrat
La primera canción que me vino a la cabeza cuando se planteó este tema fue “Drunk Drivers/Killer Whales”, pero después de meditarlo un poco más, opté por un tema en mi idioma. Y, aunque “La Hoguera” de Javier Krahe tiene un qué se yo, que sólo lo tiene La Hoguera, me decidí por algo ligeramente más festivo… y breve. Y es que para poder imaginarme a mí mismo cantando karaoke es necesario, de verdad, olvidar que cada uno es cada cual.
Ya entrados en fantasías, Serrat en 1970 no está nada mal. Imagino un ambiente más bien etílico en ese escenario donde decido tomar un micrófono para ponerme a cantar, y prefiero la algarabía sobre la depresión que puede producir el alcohol, por lo que “Fiesta” es una opción muy adecuada.
Con sus arreglos orquestales que estallan y descienden, la letra de la canción describe el ciclo completo de una fiesta popular en la que, durante unas cuantas horas, se desvanecen las clases sociales y se ocultan las conductas, en otras circunstancias cuestionables, bajo un manto de guirnaldas para que dios no las vea.
Un buen marco para comprobar mis capacidades surround antes de que todos, con la resaca a cuestas, volvamos a la realidad.
Adriana Armenta
Canción: “The Drowners”
Artista: Suede
Primero que nada, deseo que nadie me escuche nunca. Quienes lo han hecho definitivamente comparten mi deseo de mantenerme en el anonimato, ya que por alguna razón canto terrible, hasta tal punto que ninguna clase de lección de canto lo podría arreglarlo, sin embargo, para este ejercicio haré de cuenta que no canto tan mal.
Mi idea de karaoke está muy relacionada con la serie japonesa Aggretsuko, en la que la protagonista Retsuko, tiene un talento innato para el canto gutural al estilo hardcore. Ella usaba unas cabinas de karaoke en Japón, lugar donde se narra la vida de esta chica oficinista que está harta de su jefe, para desahogarse por las tardes después del trabajo, donde compone sus propias letras según lo que desea expresar en ese momento. Siempre va sola ya que es su más grande secreto.
Aquí en México el karaoke tiene un formato muy diferente. Generalmente se va con amigos se tomas algunas bebidas para agarrar valor y, por lo regular elegirían una canción me imagino de Vicente Fernández, o algún éxito de rock en español. Recuerdo con cariño la única vez que fui; mi grupo de amigos y yo cantamos “La Ingrata” de Café Tacvba, y fue una grata experiencia.
Actualmente no soy muy asidua a frecuentar karaokes, pero si tuviera que hacerlo seguiría el estilo Retsuko, y si pudiera elegir una de esas cabinas escogería “The Drowners” de la banda inglesa Suede. Para mí es una canción que aborda temas muy profundos sobre la autodestrucción y sentirse atrapado por una realidad decepcionante, los tonos son muy melancólicos y fríos, es una canción que cantaría a todo pulmón e imitando el estilo de Brett Anderson cuya interpretación y acento inglés le aportan un toque muy especial.
Enrique Carlos
Canción: “Leña De Pirul”
Artista: Banda Machos
Empecemos por el principio, no me gustan los karaokes. Como todos, envidio a los afortunados que abren la boca y entonan afinadas melodías con sentidas interpretaciones, pero por más que los envidie nunca han despertado en mí la necesidad de intentarlo. No canto y estoy bien con ello. Ahora bien, en muchas ocasiones me he encontrado en fiestas que se transforma en karaoke y he notado que existen dos variantes: por un lado, la de cantantes frustrados, y por el otro, la de comediantes frustrados. O se trata de intentar interpretaciones con seriedad, o bien, de poner canciones divertidas, gustos culposos, y hacer el ridículo en aquel ritual colectivo. Puedo hacer las dos cosas sin problema, sin embargo, preferiría prescindir de ambas por igual.
Siempre pienso, cuando la euforia del karaoke se encuentra en su punto álgido, que sería un bello performance proceder a cantar “La Gran Broma Final” de Nacho Vegas con la apatía que le caracteriza, o bien “La Hoguera” de Javier Krahe con su fascinante letra, y romper el encanto. Pero lo cierto es que cuando he tenido que cantar, me sumo al ánimo de la ocasión y desentono algo de Los Tigres del Norte o Los Fabulosos Cadillacs.
Para este ejercicio estuve pensando en grandes canciones y vocalistas que quisiera cantar de verdad en un karaoke, pero sinceramente ninguno me atrae demasiado. Así que mi elección definitiva es una canción que se coloca en medio de todo lo dicho [aunque sé que el debate con mis colegas será feroz, pues quizá sea la única vez que el nombre de la Banda Machos será mencionado en la historia de este blog], elijo “Leña de Pirul”, una canción que me gustaba cuando niño, que luego olvidé y más tarde reencontré en las rockolas de las cantinas.
Fue escrita por Tomás Méndez, uno de los pocos autores que el mismísimo José Alfredo Jiménez confesó envidiar. Y no es para menos, en su repertorio figuran clásicos de la talla de “Cucurrucucú” y “Paloma Negra”. “Leña de Pirul”, además de ser compuesta y cantada por Méndez, ha sido versionada por un sin número de intérpretes de la música vernácula, destacando la brutal interpretación de Lola Beltrán, la grande. Pero es la versión de la Banda Machos la que se encargó de volverla popular en los 90’s y perdura en el imaginario mexicano hasta la actualidad. No es la mejor cantada [¿cómo podría competir con Lola?], y no soy fanático de las tesituras escandalosas de la banda [a diferencia de mi amor por los mariachis rancheros], aun así, por una liga emocional, elijo esta versión. Si pudiera fantasear con tener una gran voz para cantar en un karaoke, me encantaría entonar a todo pulmón “Siempre que me hablan de ti, es para hacerme llorar…” con un tequila en una mano y un micrófono barato en la otra.
Toño
Canción: “Andar Conmigo”
Artista: Julieta Venegas
Vayamos poniéndonos en contexto y descartando para entender como llegué aquí.
No suelo cantar en público, no me gusta ni me siento muy cómodo. No significa que no cante. Lo hago de mi para mí, y a veces de broma con la familia y amigos. He estado en karaokes, y me he parado a cantar ciertos temas con más amigos, y alguna vez canté solo en un convivio, y salí bien librado. Bajo esa dinámica, me siento más cómodo entonces cantando con alguien más, si se da el caso de pararme a cantar en un karaoke.
Ahora, hay muchas canciones que me encanta entonar, en inglés y español. Mi inglés no suele ser bueno, suelo washawashear demasiado, así que descartemos los temas en este idioma. Solo entorpecería el cantar con la otra persona y me sentiría cuando menos, ridículo. Quedándonos ya solo con los temas en español, tengo varias opciones que fui descartando, porque creo que las cantaría solo en un momento particular o si ando en cierto mood. Al final, solo me quedé con dos temas, de los cuales fue muy difícil elegir. Tanto, que mencionaré como llegué a la elección final.
Los temas elegidos fueron “Andar Conmigo” de Julieta Venegas y “Entrega Total” De Javier Solís. La primera es una de mis heroínas máximas de la música en México. El segundo es a mi gusto -Con perdón de José José- el cantante más espectacular nacido en tierras mexicanas. Imaginándome en un hipotético caso de pararme a cantar ambos temas y recordando que será a dueto o con más gente, posiblemente “Entrega Total” se me antoje, si agarro calor y confianza, en cantarla más a todo pulmón, lo que posiblemente me deje en muy mala posición, y sin voz a medio coro. Zapatero a tus zapatos. Al contrario de “Andar Conmigo” que me permite hacer el tonto, y cantar sin esforzarme, incluso imitando voces, sin mayor temor, algo que creo que es una máxima de los karaokes: disfrutarlos y no sufrirlos.
Aparte, la canción me es irresistible con ese espíritu pop y sabor a canción ranchera -una fusión logradísima a mi gusto-, me pone muy de buenas cada que la escucho, y a dueto, me sentiría como Frank y Nancy Sinatra cantando “Something Stupid”.
Podríamos decirnos cualquier coooosa / Incluso darnos para siempre un siempre nooooo / Pero ahora frente a frente aqui sentadooáos / Festejemos que la vida nos cruzooooó
Gera
Canción: “Today Was A Good Day” / “Everyday Is Like Sunday” / “Bar Italia”
Artista: Ice Cube / Morrissey / Pulp
No nos engañemos, aunque el karaoke es el lugar donde puedes pasar una noche divertida con algunos tragos y comida, también es un arte y es para todos, y no importa la canción que te toque, tienes que darlo todo. Hay una norma implícita en los karaokes, y esa es que debes cantar tres veces por lo menos, en esas tres canciones deben ocurrir tres cosas principalmente: una para hacerlo mal y hacer el ridículo, una para tratar de hacerlo en serio y una para liberar tus demonios, tu misión a partir de hoy es cumplirlas cada que vayas a un karaoke, por eso no elegí solo una, sino tres:
1.- Canción para hacer el ridículo: “Today Was A Good Day” de Ice Cube.
Lo difícil va a ser mantener la N-Word fuera del performance, pero la mayoría de las máquinas de karaoke suelen ser cuidadosas con eso. Esta canción la considero perfecta para romper el hielo porque es fácil hacer las muecas de Ice Cube, también tiene una velocidad que da espacio a hacer payasadas.
2.- Canción para hacerlo bien: “Everyday Is Like Sunday” de Morrissey.
Una de esas bellas canciones de Morrissey donde su voz hace varias murallas de sonido a lo largo del coro, perfectas para tratar de emularlas sin aturdir al público, que para este momento ya estará ebrio.
3.- Canción para liberar demonios: “Bar Italia” de Pulp
No puedo pensar en una mejor que mi querida “Bar Italia”, que por sí sola es una canción hermosa, increíble, la amo muchísimo. Es un cuento contado en primera persona, dos personas que llevan toda la noche de fiesta y los sorprende la llegada del siguiente día, ya no tienen a dónde ir excepto a un lugar en la esquina de Soho, donde toda la gente rota va.
La razón principal por la que amo esa canción es porque me recuerda que no estamos solos y que siempre podemos contar con alguien con quien navegar a través del caos, y en el karaoke puedes liberar ese caos y después comerte unas alitas.