*Fotografías por cortesía de Luis Enrique Sánchez O’Hara.
Este pasado jueves pudimos presenciar en el rooftop del C3 una propuesta musical fuera de lo común. Su nombre es JMSN y aunque en esta presentación solamente fueron dos músicos (el compositor, vocalista y guitarra principal, acompañado del bajista) el ambiente que generaron en el escenario fue una joya innegable.
La jornada comenzó con un dj super suave que fue poniendo los cimientos para una cálida velada llena de romance y complicidad. Aunque al principio el público estaba un poco lento en su llegada al final pudimos presenciar una considerable masa de admiradores y entusiastas de esta nuevo género mezcla de R&B, hip hop e indie rock.
El primero en salir al escenario fue el bajista con lo que el público rápidamente comenzó con su griterío de bienvenida. «Love me» fue su primer tema. El público reconoce el gozo. Es una música para bailar. Sensualidad que no se expresa en palabras, son las notas las que nos llevan a lugares poco comunes del atrevimiento y la convivencia. Temazo, uno de sus hits más seguros y redondeados.
«Stop talking shit» se escucha como su segunda rola y ya todos confían en que este concierto arranca con lo mejor de lo mejor. «So badly» continua y el ritual del movimiento de caderas ya se desató incontenible. Ellos son sólo dos, pero se arman un fiestón a gusto con dos cabezas rapadas, un bajo que de una base eterna y sólida pero la voz cambia el ritmo con creces y sonoridad.
«Real Thing» y «2 High» se hacen presentes y la gente enloquece. El público es sumamente joven. Sospecho que están entre los 20’s y 30’s con una gran capacidad de asombro y de adaptación a lo desconocido de la sensualidad sonora que nos embarga como grupo. Las chicas en particular detectan mejor el mood. Ya saben cómo se desplaza el compás. Conforme se da el fenómeno musical se acrecenta el olor a placer. May be I’m too high to love youuu termina enamorándonos.
«Act Like I’m Not Here», pone el mood de guitarra latina, para que a continuación entre su tema en español Dónde Estás, te necesito aquí, porque no tengo nada sin ti. El público cede a la seducción. Es un mecer de cabelleras y un brincoteo de pies y hombros. Este termina con un diálogo profundo entre la guitarra y el sinte que arrojan un tremendo drama seguido de un sofocante aplauso. La noche está sembrada y el placer es su fruto esperado.
«Don’t Make me Change» nos devuelve a un mood tranquilo y relajado. Son sudaderas adidas tipo noventeras y gorras de Gilligan el común de los looks de los compas. Playeras de flores también rondan el escenario. En ellas vemos a veces pantalones bombachos tipo el meme «pantalón para tiendas» del pato lucas, cabello corto y lentes oscuros.
«Soft Spot» suena y la gente la reconoce y elogia en el momento. Un nuevo baile de nostalgia y erotismo nos embarga inmisericordemente. Largos cabellos rubios en espaldas escotadas y grandes patillas con bigotes poco poblados son parte del ovni de una joven pareja que tararea la canción.
«Inferno» continua la vibra anterior y el mood ahora es más bien tipo discoteca de los 70s. Sintes que van y vienen arrojándonos a una fiesta incontenible y necesaria. «Street Sweeper» nos regresa a un estadio lento y nos da un respiro. Se ven algunas gotas de sudor aunque mínimamente pues nuestro público es sin duda más blanco y bañado de lo que estamos acostumbrados a presenciar en estos rubros.
«Addicted» se presenta con más solemnidad y algunas lentejuelas se hacen presente en la noche reflejando las luces que suavemente bañan a los asistentes. Un par de novios (uno súper mamado y el otro más bien desaliñado) que obviamente no parecen pertenecer a esta clase urbana al principio no se notaban muy convencidos, parecía que venían acompañando a sus novias. Pero ahora casi al final del concierto y con todo este derramar de erotismo y sensibilidad parece que ellos también se han vuelto addicted.
«Like a Rolling Stone» suena incandescente. Es su rola cerradora, se nota. La gente se prende en una ola de baile y gritos, todo el mundo se extasía. Thank you gdl grita JMSN. Manos que se estrechan, besos que ensalivan los labios de los unos a los otros. Hay aroma a perfume mezclado que nos hace sentir a todos como piedras rodando hacia el gozo. Es una sublime guitarra final que nos abraza.
Encore. Suena «‘bout It». La gente aplaude con el ritmo del intenso bajo, luego el bocal arma un ritmo rápido y entrecortado. El público explota. Nadie se quiere quedar fuera. Es un ambiente envolvente. A todo el mundo le gusta todo el mundo. Y estamos acostumbrándonos al aspecto de saber que todo el mundo es sensual. La guitarra marca las palabras thank you Guadalajara. El sample toca, el bajo toca, la gente canta eh eh eh él bailaaaa.
El vocal vuelve después de una leve despedida y continúa con la ceremonia. Baila y la gente enloquece, es un Thom Yorke americano. Todos gritan… El bajo se va. Terminó. Tras las fotos la gente se amontona. Una chica súper grande se emociona y lo besa en el cuello. Traen sus discos y playeras. Todos quieren una parte. JMSN los administra a todos. Gran cierre, grandes músicos. Gdl les agradece.