3 décadas de solo Morrissey
Este sábado Morrissey se estará presentando en nuestro país como uno de los platos fuertes del festival Vive Latino, pero esta no es la razón por la que en esta ocasión hablamos de ex frontman de nuestros amados Smiths, esta vez nos enfocamos en Viva Hate, el álbum con el que se presentó de manera formal ante el mundo como solista y que esta semana cumple 30 años.
Lo primero que es pertinente mencionar es el contexto en el que Morrissey lanza Viva Hate. El hecho de que su primer disco vea la luz tan solo 6 meses después de Strangeways, Here We Come, su último álbum con The Smiths nos deja muy claro el carácter ávido e impaciente (en el buen sentido) de Moz para mostrar cuanto antes lo que sería su nueva faceta.
Este timing tuvo beneficios en lo que a la recepción de Viva Hate se refiere, no es novedad para nadie que la música de Morrissey tenga especial resonancia en los sectores marginados de la sociedad (especialmente en el sector latino de los Estados Unidos) y justamente en 1988 estaba en punto de ebullición el desfogue creativo con tintes sociales y la aceptación y apreciación del público a estos temas en la música; temas llenos de rabia y descontento que conectaban directamente con este sector generalmente relegado en la cultura estadounidense estaban siendo abrazados de manera masiva, dos muestras de esto son el lanzamiento de It Takes A Nation Of Millions To Hold Us Back de Public Enemy desde la costa Este, y Straight Outta Compton de N.W.A. en la costa Oeste. Si bien estas obras no comparten las formas con Morrissey, los sentimientos de alienación de sus públicos tienen más de un punto en común.
Hablando del disco, lo primero que se hace notar es la distancia sonora que hay en los arreglos de Viva Hate y la discografía de The Smiths, esto pudiera parecer una obviedad dado el característico sello que Johnny Marr deja cada que toca una guitarra, pero esto va más allá de eso, hay un sonido mucho más ecléctico y arreglos de cuerdas sobre texturas de guitarras que dan un tipo de musicalización nueva para Morrissey, algunos de estos elementos se convertirían en el “nuevo sonido” de Morrissey a través de su carrera y otros serían peculiaridades de este disco ya que, conforme fue avanzando su carrera, un desfile de músicos participaron en la búsqueda del sonido que Moz buscaba para sus composiciones.
Lo segundo que dejó claro, y que creo que es donde radica su importancia (además de su calidad intrínseca), es que Morrissey no ha perdido la capacidad de generar sencillos/himnos cautivadores, siendo “Suedehead” y “Everyday Is Like Suday” los más evidentes pero que, y creo que más importante aún, que no necesita basar su carrera en ellos ya que las “gemas escondidas” en el álbum demuestran que su capacidad como letrista está tan en buen estado como su voz después de haber pasado por la disolución de una de las bandas más importantes del siglo pasado. Algunos temas que sobresalen son “Late Night, Maudlin Street”, “Break Up The Family” y “Haridresser On Fire” si uno toma en cuenta la versión de Estados Unidos.
En términos generales, Viva Hate podría ser el disco más arriesgado de Morrissey y, viéndolo en retrospectiva funcionó no solo por su calidad, sino porque dejó en claro que la mitología de Morrissey no había terminado, simplemente estaba empezado un nuevo capítulo.
Por último y terminando este artículo con un guillotinazo como el que cierra el álbum, dejo el video del mítico concierto en Wolverhampton en ese mismo año, su primera presentación como solista (acompañado de Andy Rourke, Mike Joyce y Craig Gannon). El documento muestra de manera clara a ese Morrissey de hace 30 años, listo para mostrar a un público hambriento de él, lo que estaba por delante.
Dato curioso: El título Viva Hate, fue considera como muy agresivo por EMI Australia y para su distribución renombró el disco como Education In Reverse. Existen pocas copias de este tiraje y por lo mismo su precio es mucho más alto que las demás ediciones.