Lo bueno de los conciertos es que aparte de tener la oportunidad de ver a grupos que siempre se han querido presenciar, se tiene la oportunidad de conocer a otras bandas que por una u otra razón no se han escuchado o que de plano ni se conocen, lo cual nos puede llevar muchas veces a agradables sorpresas. Este concierto, auspiciado en parte por los cerebros detrás de Doña Pancha Fest como un showcase de la versión de este año fue uno de esos casos. A Mujercitas Terror apenas y los comencé a escuchar cuando supe que venían en esta ocasión (aunque ya habían pisado tierras tapatías hace algunos años) y a Slzr, con todo y que sabía de su existencia, no me había dado el gusto de escucharlos; del Mostro Nostro no sabía absolutamente nada así que también era una oportunidad. Lo poco que escuché de los grupos antes del evento, me agradó y fue suficiente motivación para llegar y escucharlos a todos, siendo Mujercitas quienes me engancharon en su mayor parte por su espíritu tan punk (y los cuales tuve la oportunidad de conocer más de cerca dándome cuenta que aparte de excelentes músicos son unas muy agradables personas).
Alrededor de las 9.30 de la noche, se presentaría primeramente los tapatíos de Slzr, quienes cuentan ya con algunos EPs con un atractivo sonido con ecos post-punk y psicodélicos que han sabido madurar a través de los años. En vivo, la banda suena con mayor fuerza y beat, con una base bastante solvente de bajo y batería y que va llevando las canciones a un clímax que en ocasiones resuena como una orgía de guitarras, golpes de batería, bajo y efectos. Si algo extrañé de su directo en cuanto a lo que escuché en sus álbumes, fueron las partes donde introducen más hip hop, aunque tampoco demerita en absoluto a su muy buena presentación.
Tocaría el turno posteriormente a El Mostro Nostro, banda afincada en Guadalajara, la cual ha estado teniendo mayor presencia en los conciertos de la ciudad y que con su ruidosísimo electro-dance y su (a partes iguales), enigmático y divertido performance animó aún más el ambiente poniendo a bailar y sacudir el cuerpo a la gente que poco a poco iba llenando el pequeño recinto de la calle Epigmenio González. Sin lugar a dudas la agrupación (de la cual uno de los integrantes acompañó de buena manera a la banda abridora) terminó por dejar los ánimos encendidos para la banda estelar, dejando en claro que donde se paren, ponen la fiesta.
Tocaría el turno al fin de Mujercitas Terror, quienes venían a reencontrarse con Guadalajara después de algunos años y más canciones (de hecho, su EP en formato cassette Nieblash salió el año pasado). Su honesta y directa propuesta musical, nos otorgó una noche de sonidos rasposos y garageros. El grupo haría un repaso por su corta pero efectiva discografía con canciones como la pegajosa “La Secta Olvidada”, la muy buena “Actriz”, la potente “Bésame La Cicatriz”, la punketísima “Pájaros Descuartizados” o la oscura “Bestia” (una de mis favoritas), entre muchos otros temas, haciendo que la audiencia bailara, cantara, los siguiera y por momentos soltara un tímido slam. El grupo tiene un magnetismo muy especial, dado en parte por lo espontáneo de su propuesta, la cual en directo tiene un punto aún más punk de lo que suena en sus discos, un performance sin mayores aspavientos y la presencia visual de la banda, todo un concepto que resulta directo y sin pretensiones. Aunque nos quedamos con ganas del encore, la presentación resultó al final breve pero efectiva.
Sin duda, fue una gran y divertida noche donde las tres bandas desplegaron de manera cómoda sus propuestas y su sonido. Esperemos escuchar por parte de las bandas locales, más de ellos próximamente, y por parte de Mujercitas Terror, un pronto regreso a tierras tapatías.
*Fotografías por Vala Belain.