Jericho Sirens es uno de los discos más directos y contundentes del año. Esto podría parecer poco, pero dice mucho acerca de lo que este año nos regaló la banda comandada por Swami John Reis y Rick Froberg. Su último disco Audit In Progress data del 2004, por lo cual no se esperaba mucho como grupo pero sabiendo lo inquietos que son sus integrantes, siempre había la puerta abierta para un regreso, el cual se dio este año de forma impresionante.
Desde el inicio del disco no se guardan nada, con una incombustible “I Need A Doctor” de afilados y poderosos riffs; “Candid Cameras” continua con una base rítmica incisiva y contundente; con “Why Don’t It Sink In?” no hacen sino aumentar los decibeles y la velocidad realizando un track mordiente y plenamente hardcorero. Aún con esta tendencia que parece querer acorralarnos y no dejarnos escapar, se dan el tiempo de bajar la velocidad y equilibrar el plato con el sencillo “Six Wave Hold-Down”, con un tono más pop, que por un momento me recordó a Terrorvision, otro grupo que sabía equilibrar sabiamente tonadas pegajosas con potente instrumentación. Siguiendo con esa tendencia marcada con la canción anterior, el tema que da nombre al disco nos permite transitar por aguas más calmadas sin dejar de lado el espíritu guitarrero y marcial de la batería. Pero esta tranquilidad que parecía instalarse en el álbum, vira nuevamente con el otro sencillo del disco, el potentísimo “Death Camp Fantasy” que se va transformando en un tour de force que termina explotando en la cara sobre el final en uno de los mejores momentos del álbum. “Having Another?” reafirma ese carácter post hardcore que los integrantes del grupo llevan consigo como estandarte. “Death Doula”, sin alcanzar la explosividad de momentos anteriores, mantiene el espíritu intacto. “Psychoactive” sigue en la misma tónica, para terminar finalmente con “Death Of A Sportsman” que, si bien se esperaría que cerrara de forma más explosiva para un disco de tantos subidones, lo hace igualmente de forma digna y directa sin desentonar en lo absoluto.
Se nota el oficio y el espíritu de los integrantes en este sensacional álbum que bien podría equipararse musicalmente a lo que vemos en su portada. Jericho Sirens debe ser lo más cercano a lo que un surfista como el de la portada (Kelly Slater, uno de los mejores de la historia) siente al embarcarse en una poderosa y rompiente ola. Rock primigenio y poderoso de altos y afilados vuelos.