Morelia ha resguardado desde hace algún tiempo un colectivo al cual le hierve la sangre por crear música original. Y es que habiendo pasado por varios proyectos que no jalaron, Sin Futuro Records decidió usar esa decepción y jugarla a su favor, para de esta manera comenzar a forjar su propio destino, el cual se ha consolidado con el tiempo y ha logrado tejer una red donde no se distingue entre público y artista, pues todos conjugan en la fiesta y enloquecen por igual.
El colectivo conformado por cuatro proyectos: Axel Catalán, Negrø, Fracaso Hippie y Expedición Humboldt, trabajan en equipo para esparcir la música principalmente por tierras michoacanas y de a poco ganar oídos en todo México. Cuauhtli García, ingeniero y productor, es un eje en esta familia, dueño de cualidades que han moldeado los timbres que poseen las producciones de las bandas antes mencionadas, todas hechas en casa.
La idea en un principio fue montar una disquera, sin embargo, enfrentando la realidad financiera se limitaron a reforzar el circuito de música independiente que brota en la ciudad, haciendo lanzamientos de cada proyecto y concentrándose en dosificar las ofertas en tiempo y espacio. Una de las primeras acciones fue reconocer la movida local lanzando un compilado llamado Polvo Usado (2015), que se produjo en casa y fue distribuido en cassettes reutilizados.
Cansados de los tratos infructuosos con los bares morelianos, decidieron armar sus propias fiestas en casa, ganando cada vez más popularidad y afirmando el enardecido público quienes como un ritual piden a gritos en los conciertos que los músicos se quiten la camisa, acción que conecta de inmediato con los espectadores quienes reaccionan con un gesto de satisfacción.
Para mantener vivo el fuego creativo, Sin Futuro tiene como misión permanecer ubicados en Morelia ya que con tal posición geográfica es una aduana casi obligatoria para los proyectos más vivillos que viajan por tierra tocando entre la Ciudad de México, Guadalajara y sus alrededores.
Y claro que la tierra purépecha tenía que mostrar trazos sónicos de sus tradiciones, tal como las pirekuas, que han heredado algunos coquetos pincelazos en las sonoridades de las bandas que conforman Sin Futuro, así como también ha atraído a músicos del afamado Conservatorio de las Rosas quienes se han percatado de que la movida independiente también tiene sus encantos y maneras de ser sustentable. Incluso podemos notar un crecimiento en la cantidad de mujeres tocando en los proyectos de la ciudad en general.
Una propuesta sonora que vale la pena escuchar, y de la cual, nos comentan los involucrados, pronto tendremos noticias en Guadalajara acerca de ellos, para darnos una prueba de que “no hay futuro, solo música”.
Agradecemos la información a Walter Esaú “Negrø”.