Llegaba por fin el sábado 12 de octubre, la fecha que marcaba la visita de 10,000 Russos y proyectos del underground mexicano de gran nivel, y aunque traté de llegar desde el set que pondría Hugo Quezada, diversas situaciones hicieron que me retrasara y llegara sobre el final, una lástima por dos cosas: el destacado músico y productor mexicano es garantía de una buena selección musical, (desde el día anterior, de su set en el bar Vietnam se habían hablado grandes cosas de lo estupendo que había sido) y por otro lado, el lugar a esa hora todavía lucia semi-vacio (ya sabemos del poco interés que en ocasiones se suscita en Guadalajara por las bandas o proyectos abridores), situación que contrastaba con lo que parecía (nunca supe quienes tocaban) un festival de ska en el Anexo Independencia. Ojalá haya otra oportunidad de degustar la exquisita selección que esta figura de la música en México.
Iniciaría la presentación de la banda tapatía Dorotheo, quienes poco a poco van calibrando de nueva cuenta esa propuesta que había quedado en pausa durante algún tiempo, pero que con el boom que está emergiendo del underground en México con la psicodelia y el shoegaze, reclaman un lugar el cual ya habían estado labrando desde antes que esta música tomara la fuerza que esta adquiriendo hoy día. Un buen set en el cual se escucharon los temas ya clásicos de la banda y algo de lo nuevo que nos ofrecen, y que se materializará en un nuevo álbum que se pretende vea la luz el próximo año.
El siguiente grupo en hacer los honores fue a mi parecer, la sorpresa mas grata de la noche: Sei Still. Si bien es cierto que la banda ha estado haciendo bastante ruido tanto por los temas que había lanzado este año como su labor en vivo, (la cual tendrá un espacio ideal próximamente en el Festival Hipnosis, para dar el salto que necesitan) nunca había tenido la oportunidad de escucharlos en directo (la ocasión anterior, no me había sido posible asistir) y quedé sorprendido. En primer lugar por la aparente edad de los integrantes, todos apenas entrados en los 20s – Un poco en tono de broma un amigo y yo hablábamos de que el baterista era un mocoso de 15 años-y en segundo lugar -y lo mas importante- por la calidad y el sonido que despliegan. Sus largas composiciones retoman aquel sonido surgido en los 70’s en Alemania -El krautrock- para ponerlo al día, con una seriedad y compromiso que da gusto. Luego supe que mi buen amigo Claus -el alemán menos alemán de Guadalajara y quien no paró de bailar y bailar- , le había enviado un video del grupo al director del Goethe Institut por ese sonido que seguramente de muy jóvenes -¿posiblemente de la edad de los integrantes?-les había tocado vivir. El disco debut de Sei Still,-que se viene cocinando bajo la producción de Hugo Quezada- es algo que desde ya, empieza a llamar la atención.
El penúltimo grupo, los ya conocidos Tajak, cumplieron con un directo que siempre resalta por ser una experiencia abrasiva y trepidante en donde se explayan más allá de lo que su crudo sonido ofrece en disco, y que cuentan ya con un lugar muy asentada en el underground mexicano y es que sus directos, son un total tour de force en el cual tiene lugar el viaje mas trippy y la explosividad más salvaje. Este poderoso trío parece no fallar, pues se nota que siempre cuidan que su directo sea una gran experiencia para la audiencia. Sin lugar a dudas el grupo ideal para dejar el escenario hirviendo para el cierre del grupo principal: 10,000 Russos.
El grupo portugués se hizo del escenario dando una estupenda presentación en el cual su sombrío y ruidoso sonido creaba atmósferas y progresiones que adentraban al público dentro de sus largos pasajes instrumentales, una estructura de sonidos y efectos (prácticamente en algún momento de la noche Pedro Pestana se inclina a experimentar con toda su amplia colección de pedales) que permiten completar la experiencia que supone un grupo como 10,000 Russos, que no solo debe escucharse en disco, sino que también debe necesariamente presenciarse en directo. Un ritual industrial denso y oscuro del que la audiencia fue parte y que fue la cereza en el pastel en una noche llena de fuzz y psicodelia. Lo único que quedó posiblemente a deber fue la asistencia al evento, la cual quedo corta para lo que un evento con la calidad de los grupos que se presentaron se pudiera esperar.