En esta ocasión, tuvimos la oportunidad de platicar con uno de los músicos y productores que, desde inicios de los dosmiles han dado más de que hablar dentro de la escena musical, aportando mucho al sonido que se ha ido gestando a nivel nacional en el rock y la electrónica en México: Martin Thulin, mejor conocido por su faceta musical, junto a los entrañables Los Fancy Free, y últimamente conformando a Exploded View junto a Hugo Quezada. Este año, retoma su carrera solista, lanzando uno de los mejores discos producidos en México este año, el excelente Into the light. Sin embargo, en esta ocasión nos enfocamos principalmente en su faceta como productor, la cual ha expandido fronteras. Agradecemos su tiempo y disposición para la entrevista.
¿Siempre tuviste en mente producir? ¿o fue algo que se fue dando a partir de tu labor como músico?
El primer disco que produje fue el de los Los Fancy Free, y fue por necesidad. Tenía ganas de hacer un disco, pero no había dinero para hacerlo. Yo había hecho un trabajo con unos amigos, un libro llamado ABCDF, que era un libro muy ambicioso de fotografías de la Ciudad de México, con más de 1000 páginas y que también contaba con una sección de audios, los cuales yo realicé en un estudio que me prestaron; prácticamente me dieron las llaves del lugar y ahí fue donde empecé a grabar el disco. Siempre había grabado cosas, pero no en el papel de productor, ahí fue donde aprendí y a partir de ese momento se fueron dando las cosas. Me seguí con los siguientes discos de Los Fancy Free y comencé a trabajar con más gente. No recuerdo ahora mismo si fue un disco de Silverio o Titán lo que produje primero. La gente comenzó a preguntar sobre la producción, pues les latía lo que yo andaba haciendo.
Entonces los músicos fueron los que se acercaron a ti.
Sí; también había una cuestión económica: producir antes era muy caro. Ahora cualquiera puede ir armando su estudio casero; a finales de los 90’s no era posible. Por ejemplo, en el primer disco de Los Fancy Free hubo un par de canciones que fueron co-producidas con Emilio de Titán y con Paco Huidobro, que de alguna manera me hicieron el paro.
¿Tienen algo en común los grupos que sueles producir?
Se puede decir que yo he tenido dos etapas. Una a inicios de los dosmiles que se desarrolla entre mis cosas y las bandas que les latía lo que hacía y que se acercaron a mí: hice tres discos de Jessy Bulbo, uno de Nos Llamamos, uno de Bam Bam, uno de Carmen Costa, uno de Titan y uno de Silverio. Y en mi segunda etapa comencé a trabajar con bandas de fuera, como Crocodiles con quien he hecho tres discos, con Hugo Quezada produjimos Exploded View y ahora que estuve en Suecia hice un disco para una chica llamada Jenny Wilson, la cual no es muy conocida aquí, pero ella tuvo un hit que hizo con The Knife, y por ahí ando produciendo otra cosa de lo cual no puedo hablar mucho pues es secreto todavía, jejeje. En esta etapa prácticamente he estado haciendo cosas fuera. Ahorita estoy grabando entre Berlín y Suecia.
¿Qué te gusta aportar a un proyecto musical como productor?
Uno creo que ya tiene un sonido, una tendencia que te identifica, y por eso te buscan. Eso fue lo que pasó como te comenté a inicios de los dosmiles, donde surgió una escena indie de la cd. de México con sellos como Nuevos Ricos, Noiselab, Arts and Crafts y alguno otro más que se me escapa. Había cosas interesantes. De alguna manera tuve mucho que ver con el sonido que surgió en ese momento. No había muchos productores como tal; así como yo lo veo estábamos sonando mucho Yamil Rezc, un buen amigo de hace mucho tiempo, y yo. Carlos Navarrete de Los Fancy Free también estuvo haciendo muchas cosas en algún momento y Hugo Quezada ha estado produciendo mucho ahora mismo; si hay muchos productores hoy día, pero no me viene a la mente alguien más que esté produciendo y creando su propio catálogo; yo desde el 2000 a la fecha he producido alrededor de veinte discos.
También es cierto que el mundo ha cambiado mucho; no había mucho presupuesto a inicios de los dosmiles, pero ahora creo que hay menos todavía. Las bandas tienen que financiárselo todo; como no se venden muchos discos, se recurre al streaming y esto no genera mucho dinero y se vuelve un dilema. Está muy padre que todo mundo pueda escuchar la música de a grapa, pero a la larga si afecta el tipo de producción que se vaya haciendo. Cada vez se va a hacer más difícil grabar bandas completas.
Y esto último me imagino nos lleva a que se recurran a las producciones más caseras, en donde también a la larga se nota la producción que pueda ser menor.
La verdad es que sí han mejorado mucho los plugins para hacer cosas con tu computadora. Obviamente si debes pagar una lana para tener buenos plugins y tener mejores resultados, aunque ya se pueden hacer muchas cosas que antes ni te imaginabas. Por supuesto que hay muchas cosas que haces directamente que suenan mejor que un plugin, pero ya se pueden hacer cosas muy decentes. Durante mucho tiempo la distorsión digital era un pedo -yo no estoy muy convencido todavía de las distorsiones de esa manera- pero si ya es mucho mejor. Otra cosa es que cada vez se publica más y más música. Estaba leyendo que salen cada día 40,000 canciones en el mundo. Obviamente eso es bueno y malo. Cada vez todo está más diluido, es más difícil para los artistas hacer una carrera, darse a notar. Pero bueno, así son las cosas. No lo digo de manera pesimista, sólo estoy señalando los cambios en el consumo de la música.
¿Hasta dónde llega tu labor de producción en los discos?
Depende de cada caso, de si se necesita entrar en cuestiones más de composición o no. Hay proyectos que llegan con demos muy terminados. Como productor es más satisfactorio trabajar con bandas que no tienen demos muy elaborados; si estos están muy avanzados, siempre van a estarlos comparando con lo que se está produciendo posteriormente. Como ejemplo, a unos amigos míos les ayudé con su producción; aunque saben componer muy bien canciones, no saben producir, y arreglé las canciones para que sonaran a algo. Eso es muy padre, pues se nota un antes y un después muy cabrón.
Tener el conocimiento de cómo funciona el sonido -imagínate, 20 años en ello-, de cómo arreglar cosas que están mal, o de cómo hacer que funcione, resulta fascinante. Cuando comencé a producir había cosas que se me hacían muy difíciles, que no entendía exactamente, como por ejemplo la compresión, que es una cosa muy importante y que lo hacía totalmente a oído, lo cual no está mal, pero no la entendía. También ecualizar es una cosa muy compleja, se necesita mucha experiencia para saber exactamente que estás haciendo, que es lo que necesitas para lograrlo hacer bien. La mayoría de gente no tiene ni idea acerca de ello y si es algo muy necesario.
De alguna manera se van aprendiendo las cosas técnicas. En la mezcla, hay cosas que se hacen o por gusto, por cuestión de estilo, y otras que se resuelven por cuestión técnica. Una cosa es ponerle un estilo a algo, y otra muy distinta es saber mantener las cosas para que realmente funcionen, como por ejemplo, encontrar un problema específico del tipo “en este bombo hay estos graves y esto se está peleando con el bajo”. Hay que ir manejando las dos cosas al mismo tiempo. Hay ingenieros muy buenos, que manejan el lado técnico perfectamente pero no tienen estilo, y he ahí donde radica la diferencia entre un ingeniero y un productor.
¿Es muy distinto autoproducirse a producir a otros músicos?
En realidad no. Igual la diferencia puede ser que cuando yo compongo ya estoy produciendo. Las bandas llegan con sus demos y casi nunca quedan las cosas como se habían grabado. Cuando yo produzco a otras bandas, no hay una sola manera de hacerlo, incluso con Crocodiles yo estoy de baterista al mismo tiempo. Lo padre de autoproducirse es que puedes ir comprobando cosas que tal vez con otras bandas no aplican o no tienen ganas de hacer; por ejemplo en mi último disco, hay toda una filosofía en torno al sonido, un poco como las películas de Dogma, que se tenían que hacer con ciertas limitaciones. Mi disco parte de ello, escogí pocos sonidos, los ritmos son prácticamente el mismo bombo y tarola y no hay casi platillos; la sección rítmica no tiene muchos agudos, en los medios están los teclados y en los graves están los bombos y el bajo. Igual no se nota tanto, pero si son decisiones bastante radicales que hacen que mi disco suene de esa manera. Básicamente solo hay cinco teclados, el bajo, la batería que prácticamente es la misma y las vocales.
O sea que delimitaste los elementos para que la creatividad aflorase.
Exactamente. El tener tantas opciones hoy día, se vuelve un problema. Recuerdo alguna vez cuando trabajé con un proyecto: fui a los ensayos, y el compositor de la banda me mostró los demos que había hecho y le dije: muy bien, tenemos 20 temas, vamos a seleccionar 18 y tirarlos a la basura. Y era por esa razón. Ponía y ponía más y más elementos, pero no tenía una dirección, no aterrizaba. Le dije: vamos a seleccionar estos temas, nada más. Escogimos ciertos temas que tenían el mismo sabor, por así decirlo.
Me imagino que como productor te encuentras muchas veces con temas que les falta trabajo como para meterlos a la fase de producción.
Todo se puede producir, pero depende del productor, que tanto se mete o no.
¿Quiénes son tus referentes en cuanto a la labor de producción?
Muy buena pregunta. Hay productores que me encuentro con que han realizado muchos discos que me gustan mucho, como por ejemplo Hugh Jones quien hizo los primeros discos de Echo and the Bunnymen, me gusta Tony Visconti, Brian Wilson, Brian Eno… Pero si me preguntas, no voy tanto por productores, sino más por discos. Obviamente por ahí se repiten algunos nombres, pero me inclino más hacia el sonido de discos en particular.
Te voy a poner un ejemplo: cuando estaba trabajando con mi último disco, hubo dos álbumes que estuve escuchando muchísimo durante el proceso, que aunque mi disco no suena así, si fueron una inspiración en cuanto al tono y el sentimiento que le quería imprimir: uno fue Faith de The Cure, un disco que si lo escuchas, tiene una producción increíble: las guitarras son muy chicas, casi no tiene agudos, todo suene muy redondito; es mi disco favorito de la banda.
Otro disco fue The End, de Nico, un disco en el cual estuvieron muchos músicos como Brian Eno o John Cale, quien aunque aparece como productor, él mismo ha dicho que The End es un disco de Nico, todo lo que se escucha y como transcurre es la visión totalmente de ella. Se me hace muy divertido ese disco. Por cierto, en el mismo aparece un cover de The Doors -precisamente, “The End”- y el guitarrista de Roxy Music, Phil Manzanera, al final de la canción empieza a hacer un solo de guitarra el cual me molesta profundamente, pues el disco es tan impecable- Nico estaba muy avanzada musicalmente, y lo que ella hacía no era rock– que desentona totalmente; en serio que me gustaría tener las grabaciones originales de ese disco y borrar totalmente su participación. Nico no lo necesitaba. Jonh Cale seguramente lo entendía, pero ella no tenía que ver con el rock en ningún sentido -cuando menos del segundo al cuarto álbum- ¡esas son cosas interesantes de la producción! si hay discos que me encantaría meterle mano. The Marble Index, el primer disco solista que compré de ella no lo podía escuchar completo, solo aguantaba un lado. Pero no sé si con la edad asimilé esas cosas tan oscuras de una manera diferente, pues ahora mismo me da mucha tranquilidad. No me deprime, sino al contrario. Cuando era adolescente no podía escuchar un disco completo suyo porque si me malvibraba, me alteraba.
Pero bueno, regresando al tema y a cómo enfoqué mi disco, otras dos referencias que tuve ahí sí, a nivel sonido que me influyeron, fueron los discos de Kraftwerk: Kraftwerk 2 y Ralf Und Florian. Son discos redonditos, muy orgánicos, pero que no suenan acústicos. Me encantan esos discos. Discos que curiosamente nunca se han vuelto a editar, solo hay bootlegs, versiones no oficiales.
Con Los Fancy Free, lo que yo hacía como artista, era un poco la nostalgia, el mirar hacia atrás: era una mirada a mi colección de discos. Lo que lanzamos prácticamente era como yo fui escuchando música: psicodelia, synth pop, post punk, punk; me faltó tal vez meterme en el shoegaze que también fue algo que escuché mucho a finales de los ochenta. Hoy en día, en Into the Light igual escuchas algunas cosas retro, pero no es mi intención; lo que estoy haciendo ahora con mi próximo disco, suena totalmente diferente. Incluso hay incursiones más dentro del trap o hip hop mezclados con otro tipo de cosas alternativas; algo que se me ocurre como referencia de cosas más antiguas podría ser el primer disco de Tricky.
Si hay algo que lleve un cierto hilo es el tono oscuro. Siempre termino ahí, pero recuerdo que siempre ha sido así. El primer recuerdo que tengo de música que me voló la cabeza- siendo un niño de 3, 4 años y cuando tomábamos mis hermanos mayores y yo discos random y los escuchábamos- fue cuando escuché “Come Together” de The Beatles. Esa primer línea de bajo….waooo!! al igual que con «I Want You (She’s So Heavy», ambas, canciones muy oscuras. Posteriormente escuché algunas cosas de David Bowie como «Heroes» que también tenían ese tono y siempre me atraparon. Curioso, pues yo soy una persona que suelo ser muy feliz, no entiendo mucho de depresión, no se me da.
Retomando un poco lo que mencionaste, ¿hay algún disco mexicano que te hubiera gustado meterle mano a la producción? lo pregunto porque a veces se tiene la idea que los discos mexicanos, sobre todo en los 70’s adolecían de ello.
¡Uuff! ¡que difícil! y justamente sobre bandas mexicanas. Hay varios discos que entiendo que se hizo lo mejor que se pudo en su momento; de alguna manera, no es rehacerlos, sino que igual se podrían mezclar de otra manera para sacarles más provecho. Tal vez los discos de los Dug Dug´s porque me gustan y creo que a veces les falta un poquito, pero también están bien como están. También me viene a la mente Size o los Dangerous Rhythm, y no es tanto que yo le quisiera meter mano, pero creo que son discos que si lo comparas con lo que hubo al mismo tiempo en otros lados -en Inglaterra, por ejemplo- pues sonoramente no llegan al nivel y eso es una pena; pero simplemente es una cosa que tiene que ver con cómo estaban las cosas en ese momento; digo, que padre que están esos discos y de alguna manera me gustan así como están, por lo mismo, porque finalmente se hizo como se pudo, con un espíritu bastante punk, pero sí se hubiera podido sacar más provecho de esos discos.
Otra banda que honestamente no escucho mucho -fuera del rock en México-, pero que cuando escuchaba de chavo, también tenía ganas de meterle mano, pero más en la edición -creo que algunas personas se van a molestar conmigo- y que de hecho, lo había pensado hacer solo para mí: King Crimson. Hay varios discos que de repente siento que debrayan de una manera que me da un poco de flojera, pero también tienen momentos muy, muy padres; siento que de repente cortan momentos muy fluidos, muy chingones; me gustaría meterle mano, cortando las partes que no le veo mucho caso, pero pues sí… eso, jajaja. Es un tema muy delicado jajaja. Pero bueno, hablando de King Crimson, cuando hicieron el disco Red, creo que ellos mismos se dieron cuenta de eso, y sintetizaron muchísimo su manera de componer, que también es el otro lado del productor, el decir: «aquí cortamos, es demasiado largo» y el disco de Red es un buen ejemplo de que se sintetizaron su onda y no hay tanto debraye sin sentido. A mí me gusta el debraye, pero no me late hasta el punto de decir: esto está de hueva.
En el proceso de producción debe de haber infinidad de situaciones o anécdotas. Cuéntanos alguna que recuerdes.
Una que se me ocurre en este momento, fue con el primer disco de Jessy Bulbo. Estábamos Jessy, Alexis y yo solamente. Recuerdo que cuando empezamos a hacer el disco, yo venía de una gira por Europa muy agotadora, yo ya no quería ver a gente, necesitaba encerrarme, y curiosamente todos veníamos de situaciones parecidas; Jessy había terminado medio mal con Las Ultrasónicas, Alexis era ya un poco ermitaño. Nos encerramos en el estudio y no tuvimos contacto con el mundo. Fue una experiencia muy bonita: tres personas que están en el mismo estado mental, nos conectamos por medio de la música. Cada uno aportaba algo e hicimos un equipo muy bueno. Ahí adentro nos valió todo lo que pasaba afuera. Fue una cosa muy íntima.
Soy bastante tranquilo en general, nunca he tenido mucho conflicto a la hora de producir; yo busco que sea divertido, solamente. Con Crocodriles siempre ha sido muy divertido, con mis amigos. Pero nunca me han pasado cosas como si he escuchado de gente que tenían cosas producidas en su computadora, pero no tenían un back up ¡y de repente truena el disco y se pierde todo! un gran error.
¿Con que proyectos estás trabajando ahora mismo? ¿Algo en puerta con tus proyectos personales?
Mi disco, el cual ya va bastante avanzado, el disco de Jenny Wilson, un disco muy bonito que grabamos en vivo en un estudio muy grande y que fue una gran experiencia. Está este otro disco que produje en Berlín y del cual no tengo permiso de hablar, jejeje. Mi disco saldrá canción por canción, dudo que salga en vinyl, que la verdad ha sido un dolor de huevos lanzar un álbum así, por todo el aparato detrás que ha sido un desmadre, muy cansado.
En cuanto a Exploded View, el último año fue muy pesado, y esto lo digo hablando por mí. Toda la dinámica que se dio entre mezcla, arte, producción, ensayos, giras, el irme a armar el tour hacia Estados Unidos, lanzamiento… terminé el 15 de diciembre todo el proceso, un año entero dedicado a ese disco. Me la pasé muy bien, pero tuve que decir que no a muchos otros trabajos muy bien pagados. Es complejo. Dentro de la música, mi primera regla es que sea divertido, si empieza a hacerse pesado, paso, aunque es necesario hacer algunas cosas más pesadas y aburridas, para tener esos momentos más divertidos. Mucha gente no entiende, pero sí es un trabajo de 12 horas, de tiempo completo.
Entonces con Exploded View dejan la puerta abierta para retomarlo.
Totalmente. Ya se cumplen dos años que no hacemos nada. Íbamos a ver este año, pero con la pandemia se extendió. Ya se retomará en un futuro, aunque cada quien está en sus ondas. Si coincidimos y nos resulta divertido, perfecto.