Antes de llegar al concierto de Front 242 tenía la duda de si habría una buena entrada, pues un par de días antes hubo venta al 2×1 (lo cual suele ser un indicativo de ventas lentas en el boletaje). Al llegar al lugar, la entrada era escasa, por lo que consideré que no subiría demasiado la audiencia. En punto de las 9.30 pm. los encargados de abrir fueron Deadly Apples, banda originaria de Canadá, los cuales cumplieron con su parte de calentar motores. Su rock sombrío de tintes industriales, agresivo y potente, se asentó bien sobre el escenario del C3 y dejó un buen sabor de boca. Para el momento de su cierre empezó a notarse un poco más de afluencia mejorando la entrada del evento.
Para el intermedio, pude encontrarme con algunos amigos (algunos de ellos, bastante fans del grupo estelar) y me contaron que habían decidido anteriormente no haber ido, por lo caro que resultó el evento, y porque ya los habían visto las ocasiones anteriores que habían pisado la ciudad, aunque su parecer cambio precisamente al saber de la promoción que hubo al 2×1. Esto me confirmó lo que sospechaba: el que Front 242 volviera a la ciudad, no representaba ninguna novedad por el hecho de que ya lo habían hecho con anterioridad, aun cuando son una leyenda del género. Y que el cobrar una entrada a un precio cercano a los mil pesos, era algo ciertamente fuera de lugar respecto al contexto en el que llegaron. Como bien me dijo uno de mis amigos: “Sin problema lo pagaba si era la primera vez que venían”. Un dato que considero era importante comentar. Las luces se fueron apagando y el grupo comenzó a salir uno por uno para tomar sus lugares; miré hacia atrás y me di cuenta que la entrada era ya bastante aceptable. A final de cuentas, las promociones les habían terminado por funcionar.
“Happiness / Modern Angels” fue el tema elegido para empezar a retumbar el lugar, y los músicos se desenvolvieron como siempre lo han sabido hacer, a base de puro músculo y energía, cuestión que sorprende por la edad con la que cuentan los integrantes, y que termina por contagiar cada vez más a los asistentes. El grupo domina el terreno en el que se mueven: una maquinal y muy física puesta en escena donde un muy cumplidor juego de luces, visuales que van desde las formas abstractas hasta fragmentos de Apocalypsis Now y que junto a la presencia escénica de los integrantes, con Jean Luc de Meyer y Richard 23 como maestros de ceremonias, redondean un concepto que, si bien no guarda ninguna sorpresa o algo innovador en su esencia, si es lo suficientemente potente para obsequiar una muy buena noche. Un aspecto que fue extraordinario dentro del concierto fue el hecho de que Daniel Bressanutti se embarcó igualmente en la gira, así que la mesa estaba puesta para disfrutar de la banda en toda su magnificencia.
Sin bajar un ápice la intensidad, fue como se fueron sucediendo trallazos como “U-men» y “Funkahdafi» o “Moldavia” entre otros temas de su extensa trayectoria, hasta alcanzar el clímax sobre la parte final (momento en el cual el lugar era una total locura) con “Headhunter”, “In Rhythmus Bleiden” o “Welcome to paradise”. Regresarían posteriormente para dar un pequeño encore con “Operating Tracks» y “W.Y.H.I.W.Y.G / Masterhit”. Las leyendas de la música industrial cumplieron una vez más con su potente directo dejando a una audiencia que parece fiel a su propuesta, satisfechos.
*Fotografías por cortesía de ACK Promote y Leslie del Moral Photography.