Gorillaz, la banda virtual concebida en 1998, ambicionó una enorme transformación a finales del 2007. Después de dos exitosos álbumes, Damon Albarn y Jamie Hewlett decidieron que era momento de que sus cuatro criaturas digitales perecieran para dar paso a un colectivo de artistas, los cuales utilizarían un proyecto llamado Carousel para presentar diversas propuestas musicales.
El proyecto no consiguió ser fructífero, sin embargo, evolucionó, y en el 2010 terminó por convertirse en el álbum Plastic Beach, título que hace referencia a una crítica ecológica planteada desde Demon Days.
El sonido del álbum resulta tan variado como los artistas que colaboran en él; se percibe una amalgama de sonidos provenientes del funk, soul, hip hop, krautrock, electrónica y trip hop, todo esto arropado por el rock melódico tan exquisitamente desplegado por Albarn.
Plastic Beach se compone de 16 tracks, los cuales bien pudieron haber sido aún más, debido a que existen diversas grabaciones que no consiguieron ver la luz, las cuales, seguramente serán utilizadas en un futuro por Damon Albarn.
Al igual que en los discos previos de Gorillaz, la gama de colaboradores es sumamente ecléctica, va desde Snoop Dogg hasta Bobby Womack, pasando por De La Soul, Gruff Rhys de Super Furry Animals, Yukimi Nagano vocalista de Little Dragon, el ahora difunto Mark E. Smith de The Fall, Mos Def, Mick Jones y Paul Simonon de The Clash así como Lou Reed.
El arte del álbum, parte inherente de Gorillaz, es esplendido, cada uno de los cuatro personajes es representado evidenciando sus características, y acompañados por un puñado de referencias culturales, por ejemplo: la portada del disco Hunky Dory o una parodia del filme Jaws.
La propuesta musical se manifiesta aún más libre que en sus discos previos, alternando sin mayor apuro la diversidad de géneros que lo compone. Iniciando con la pieza instrumental «Orchestral Intro», seguida del sonido synth/funk de «Welcome to the World of the Plastic Beach» acoplado a las rimas de Snoop Dogg, las cuales son escoltadas por los sonidos arábigos de «White Flag». Posteriormente se retoma el sonido electro–funk en «Rhinestone Eyes» y el sencillo «Stylo» con la soberbia voz de Womack.
Gruff Rhys aporta su melódico tono a la juguetona «Superfast Jellyfish», que precede a dos de las mejores composiciones de Gorillaz, la bellísima y fina «Empire Ants» seguida de la frenética y caótica «Glitter Freeze».
Lou Reed impregna su estilo neoyorkino a «Some Kind of Nature», seguida de «On Melancholy Hill» colmada de synth–pop y «Broken», probablemente la canción de Gorillaz con el sello más característico de la discografía solista de Albarn.
La sección final del álbum está compuesta por la hipnótica «Sweepstakes», «Plastic Beach»; soñada colaboración de dos miembros de The Clash, la melancólica «To Binge» cantada a manera de dueto, lo cual afianza el concepto plasmado en su lírica. «Cloud of Unknowing» retoma la instrumentación de la pieza inicial del álbum para cerrar mediante la encantadora protesta de «Pirate Jet».
Bien pareciera que mientras más, Albarn y compañía, desean alejarse de los escenarios a través de sus peculiares personajes, más terminan por involucrarse de manera activa en el atípico proyecto que encarna Gorillaz.
Plastic Beach trasciende como un admirable y atractivo collage sonoro, digno de escucharse en su totalidad a cada ocasión, el cual resiste al paso del tiempo debido a su innegable belleza y versatilidad.