Unos jovensísimos black midi, desde su disco anterior, habían dado muestras de lo que son capaces. Este año han decidido lanzar Cavalcade, su segunda entrega, y pareciera pero a la vez no, ser un disco de black midi. Sí, porque ahí está mucho del espíritu que marcaba desde el extraordinario Schlagenheim, ese desparpajo y caótico sonido, que por momentos pareciera ser difícil de asimilar, pero que al final encuentra una salida audaz y atrayente. Y no, porque las influencias y rasgos instrumentales son otros, en ocasiones radicalmente distintos.
En esta ocasión, la banda se ha decantado, entre otras influencias, hacia el math rock, lounge, jazz y rock progresivo, y si bien puede llegar a resultar un disco igual de difícil que el primero -aunque esto depende de lo familiarizado que esté uno con ciertos ritmos y géneros-, el resultado vuelve a ser de una complejidad tan exuberante como fascinante. Tan solo el primer tema “John L” es toda una declaración de intenciones de lo que se nos viene encima; sin embargo, todo ese caótico y brutal sonido se ve cortado de tajo inmediatamente después por el tema siguiente, “Marlene Dietrich” con esos aires cadenciosos y bossanoveros, lo cual nos demuestra que black midi pueden llegar a ser impredecibles.
Y es que cuando pareciera que te empiezas a acomodar entre una singular estructura de math rock jazzeado, nos encontramos de repente entre lo que pareciera ser una improvisación libre y ligera o un rompimiento pesado y denso.
Si hay algo que puede ser el hilo conductor del disco (aparte del desparpajo con el que se aborda), es el dramatismo del mismo, como si en el camino hubiesen absorbido las bases del teatro clásico y sus personajes exultantes y lo hubieran llevado a los terrenos de la música. Dentro de esta singular manera de abordar las canciones, mucho tiene que ver -aparte de la precisa instrumentación- que la voz es empleada en muchas canciones de forma muy cercana a lo que puede llegar a ser un crooner.
black midi no inventa el hilo negro, de hecho muchas de sus influencias pueden ser reconocibles, sin embargo, es la manera en la que las vierten en la licuadora, absorbiendo géneros y referencias, para luego pulverizarlas y regurgitarlas en psicóticas composiciones, lo que hace que el grupo tenga su propia personalidad y que los hace tan atractivos.