Los inicios
Desde su debut homónimo en 2007, APTBS han hecho de la intensidad y el músculo parte de su sello, algo que se traslada a sus actos en vivo, los cuales suelen ser, allá donde se paren, una llamarada destructiva y contagiosa y que les ha merecido ser mayormente reconocidas como una banda que es imprescindible ver en vivo -se le ha llamado “la banda más ruidosa de Nueva York”-, a la par de mantener una carrera sólida y consistente dentro de los terrenos del noise rock y sus variantes.
Oliver Ackermann, a pesar de no ser uno de los miembros fundadores, si se convirtió rápidamente en su compositor principal, y de esta forma, a pesar de los constantes cambios de integrantes, es como ha mantenido la llama viva de la banda a través de los años. Si en sus primeros álbums se notaba algunas evidentes influencias, poco a poco han ido labrado un estilo muy personal y poderoso.
Hologram
Este año, Ackemann se hizo acompañar de la pareja John Fedowitz y Sandra Fedowitz, quienes conforman la banda Ceremony East Cost, y se decidieron por lanzar Hologram, un Ep de apenas 22 minutos, que a pesar de su corta duración, mantiene el nivel y el estilo con esa habitual fuerza de la banda y con la suficiente variedad dentro de tan pocos temas, para mantener el interés del mismo, logrando crear una obra redonda.
Y es que el álbum logra conjugar de manera meticulosa la corrosión de temas como las abrasivas “End of the night” y “I Might Have” a través de sus guitarras y sus patrones de batería, para pasar a un tema tan limpio y melódico como “Playing the Part” que introduce otra paleta sonora de forma brillante a la obra, para inmediatamente volver al vértigo con “In my Hice” y cerrar nuevamente con un tema como «I Need You», el cual equilibra a partir de la instrumentación la dulzura y el ruido.
Al final, tenemos una pequeña joya que APTBS labró, para continuar acrecentando su obra, esperando el momento para que esta pandemia nos permita, nuevamente, vivir la catarsis de un concierto de la banda. Ojalá sea pronto.