1998… Tenía 11 años para ser exacto, recuerdo que en ese cumpleaños mi jefe me regaló un Walkman. ( espero estar escribiendo para una generación mínimo de los noventas, que sepan de lo que estoy hablando y, si no es así, digamos que… Era un como un iPod de esta época).
Yo cursaba el final del quinto año de primaria y siendo muy honesto, en mi reproductor, sonaban cosas chafísimas pero con muy buena proyección en la TV; famosísimas bandas que mis primas más grandes de edad escuchaban y que cada fin de semana en casa de mis abuelos me las tenía que chingar, ¡cómo si fuera una tortura! Grupos como: Magneto, Flans, Thalía, Gloria Trevi, Fey y su famosa “Media Naranja”.
Ahí me tienen reproduciendo una y otra vez en mi cabeza su más reciente sencillo, “Popocatépetl”, ¡qué pinche poser! ( una definición que se usaba por esos años y que ahorita vendría siendo, como wanna be, “chairo” o algo que te defina como “un perdedor” ).
Yo no podía presumir eso a mis compañeritos del quinto grado, así que decidí no llevar mi Walkman hasta que tuviera algo digno de compartir y que no me apenara enseñarlo. Así es como llegó este ángel caído del cielo y a quien debo de rendir agradecimiento por venir a cambiar mi vida: mi compa el “Rulas” ja ja ja, ( así se les decía en esa época a los que se llamaban Raúl, para que tuvieran más onda). Este carnal tenía en su poder un casette que vino a cambiar mi vida por completo, que es lo que me tiene en este momento escribiendo para ti y que me mantiene dedicándome a lo que me gusta hacer.
“AQUAMOSH” (1998) PLASTILINA MOSH
Recuerdo casi haberle rogado al “Rulas” que me prestara el álbum debut de esta banda para escucharlo y grabarlo a escondidas; viniendo de una camada de primas que se dedicaban casi casi, a la piratería de casetes con música extraída de la radio, dominaba el mundo de grabar cualquier cinta, puesta en mis manos.
«Anda pachuco King, señorita linda, mi coche echa lumbre mi corazón cosas bonitas ».
No recuerdo cuantas veces escuche “P. Mosh”, «Niño Bomba», «Afroman» y una canción en particular de ese caset que se me hacía extraña; la cantaba una persona de voz aguda, que me imaginaba de rasgos orientales, una vocalista china o japonesa, «¡woooow!» exclamaba yo. Después, con los años me enteré que era Rubén Albarrán, de Café Tacvba, que se volvería uno de mis grandes ídolos del rock. El tema era «Bungaloo Punta Cometa», canción que cada vez que la escucho, me vuela la cabeza.
Hay días en los que me intriga saber que hubiera sido de mí si no hubiera llegado a mis oídos Plastilina Mosh, ¿a qué me hubiera dedicado?, ¿sería el ingeniero con el que soñaban mis padres?, ¿Comerciante como mi abuelo? No se sabe, porque el futuro es incierto. Lo único que si sé, es que Aquamosh vino a darle el principio a un nuevo destino y fin a un pasado del cual la neta es muy confuso para mí.
Esta es la primera vez que escribo una crónica para “Primero fue el Sonido y en mi Vida”. Espero y confió que igual que yo con PLASTILINA MOSH viajemos a muchas aventuras, hasta que el cometa se vuele y jamás nos volvamos a leer.
Charlie Cubetas @charliecubetas
*Corrección de estilo: Mabb Barbosa