La cantautora francesa Jain, dio su salto a la escena mundial con su magistral debut Zanaka; y al rotundo éxito de los singles ‘Come’ y ‘Makeba’. Esto la llevó a recibir elogios, y también le permitió ser parte de festivales como Lollapalooza y Mad Cool, además de aparecer en shows televisivos como A Later…With Jools Holland.
Algo que llamó la atención de esta hermosa chica nacida en Toulouse, era su particular mezcla musical, al fusionar géneros como el electro alternativo, rock, reggae y pop, con ritmos étnicos africanos (algo que algunos han criticado y señalado estúpidamente, como apropiación cultural), esto gracias a sus raíces africanas que corren en ella, ya que su madre es de origen franco-malgache, proveniente de Madagascar.
Desde niña, Jain vivió varios años en Africa, en donde se vio cautivada por la música africana que la rodeaba, y años después, conoció a Mister Flash, reputado beatmaker originario del Congo, quien le obsequió un software Fruity Loops, además de enseñarle a producir ritmos. Este primer impulso fue el inicio de una obsesión por componer, y como fruto de esto, el manager francés Dready, decide manejar su incipiente carrera.
Y en pleno auge de MySpace, comienza a promover su propuesta musical, misma que llegó a oídos del productor y músico francés, Jodelice, quien se convirtió en su cómplice tras las consolas, produciendo su debut discográfico. Pero esta asociación no concluyó allí, ya que para el segundo álbum de la artista, nuevamente se encargaría del trabajo de producción.
Souldier (juego de palabras entre alma y soldado), editado en el 2018 bajo el respaldo de Sony Music, Columbia y Spookland, representó un nuevo salto en la carrera de Jain, demostrando que después de un debut perfecto, su creatividad estaba al nivel esperado, presentando una notable evolución, en donde no dejaba de lado sus mezclas etno vanguardistas, pero ahora también agregaba ecos de oriente, además de absorber el sonido de los primeros trabajos de M.I.A. y Lily Allen, incluso recogiendo reminiscencias de sus compatriotas Mano Negra.
‘On My Way’ abre este álbum, con una fusión musical bailable repleta de ritmos electro alternativos y sonidos orientales, con tabla hindú incluida. El pegajoso coro interpretado por la estupenda voz de Jain, no puede faltar. Grandiosa muestra de música del mundo, de vanguardia. En la no menos genial ‘Flash (Pointe-Noire)’, el pop electrónico se mezcla de manera más sutil con sonidos de oriente, además de una pizca de sonidos balcanicos. Canción lista para la pista de baile.
Es el turno del que fuera el primero de dos singles: ‘Alright’, canción que parece arrancada del debut de Lily Allen, con su mezcla de ritmos dub y ese encanto pop centrado en un estribillo contundente. Joya. En ‘Oh Man’ aparece un invitado de lujo: Sidiki Diabaté, hijo del totem Toumani Diabaté, legendario músico de origen maliense, ejecutante de kora (Toumani ha colaborado con músicos como Björk y Ali Farka Touré). Obviamente, Sidiki es un intérprete muy notable de kora, siguiendo la tradición de su legendario padre, y es precisamente este instrumento el que adereza este grandioso track, que fue el segundo y último single promocional. Una fusión de tradición musical africana antigua, con la modernidad de los ritmos occidentales.
Llega el turno de la magistral ‘Inspecta’, track con todo el espíritu de M.I.A., en donde se hace presente una base musical orientada al hip hop, construida sobre la famosa melodía compuesta por Haim Saban y Shuki Levy, para la clásica serie animada ‘Inspector Gagdget’. Jain demuestra que también puede hacer rapeos y a la vez conjugar esto con un coro sumamente pegajoso. La verdad es inexplicable como esto no fue seleccionado como single promocional. De entre lo más destacado de todo el disco. ‘Dream’ presenta una base de percusiones y guitarra acústica, con apariciones del bajo. Nuevamente el trabajo vocal es simplemente magnífico, eso aunado a la excelente y positiva letra. Es impresionante la capacidad de esta chica, para lograr estribillos que se incrustan en tu mente. Otro track glorioso que pudo haber sido sencillo, sin problema alguno.
En la bailable ‘Star’, Jain aborda el tema de la presencia femenina en la industria musical actual, echando mano de una letra directa y efectiva, la cual interpreta entre cantos más convencionales intercalados con rapeos. Otra gema; y no, no son elogios en vano para cada una de las canciones, en realidad así de perfecto es este álbum. Sonidos electro se funden con una base media reggae, en ‘Feel It’, otro track al nivel, que para variar, goza de un encanto comercial demasiado notable, pero sin perder su calidad musical.
Cuando parecería que este álbum ya no nos puede sorprender más, llega ‘Abu Dhabi’; una joya musical en donde los ritmos orientales vuelven a hacer acto de presencia, cobijados por una potente y magistral base rítmica, más emparentada con el rock. Los rapeos aparecen nuevamente, mezclandose con el grandioso coro, y los arreglos de primer nivel que brotan por doquier. Épico encuentro musical de primer nivel que te lleva del Tibet a Occidente. ‘Souldier’ da fin a esta obra maestra, en medio de sonidos de guitarra acústica y posteriormente una base reggae, con una letra inspirada en el tiroteo ocurrido en un club nocturno en Orlando. Excelente manera de cerrar un disco en donde no hay desperdicio alguno.
Sobra decir que este LP, al igual que su antecesor, son dos de los mejores y más perfectos álbumes en los últimos años, creados por una chica tan joven, que se ha convertido en una muestra de que el talento musical sigue más vivo que nunca, contradiciendo el discurso caduco de los aferrados al pasado, que se niegan a abrir sus oídos ante este tipo de maravillas musicales. Y aunque tras este segundo LP, ha venido un periodo de silencio que prevalece hasta el día de hoy; seguramente, está francesa aún tiene mucho que decir. Solo es cuestión de esperar.