We Are The 21st Century Ambassadors of Peace & Magic

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A diez años de su lanzamiento

No sé andar en bicicleta. Nunca aprendí y ahora me parecería hasta deprimente intentarlo. Hay otro montón de cosas que no sé hacer, escribir bien, mantener la boca cerrada, perdonar. En realidad, casi todo, pero hay algo que históricamente me sale natural, percibir cuál es la próxima gran ola de hype en el mundillo musical antes de que suceda y predecir su destino final. Cualquiera puede decir esto ahora, pero les juro que yo estaba ahí dando opiniones cuando Lizzy Grant no aburría a las cabras, cuando los Arctic Monkeys tenían menos amigos en MySpace que cera en el pelo, y cuando Kings Of Leon engañaba a la gente aparentando no ser modelos de GAP en un reality show sureño.  Soy infalible en esto… o era hasta principios de los 2010.

We Are The 21st Century Ambassadors of Peace & Magic

Escuchar “Make It Known” por primera vez supuso un evento telúrico en mi cabeza, supongo que fue semejante a lo que experimentaron quienes escucharon por primera vez a The Brian Jonestown Massacre veinte años antes. Un milagroso pastiche neo psicodélico conducido por la voz en tenor de un jovencísimo Sam France y la orfebrería pop de Jonathan Rado, 5 minutos que sintetizan la versión más soul de los Rolling Stones con la meticulosa obsesión de Los Zombies y culminan en un glorioso estallido de caos y promesas para el resto de la década.

Subido en la ola del éxito como vidente musical nada podía detenerme después de calificar a AKA Lizzy Grant como el futuro del pasado apenas un par de años antes. Take The Kids Off Broadway seguía con el movimiento contemporizador del vintage Californiano y en la escena se erigía como la contraportada más experimental al primer disco de Girls (otra joya) y el primer sencillo de la nueva placa, “Shuggie” no dejaba dudas de que el pozo de inspiración aún rebosaba. Era imposible que algo saliera mal así que lo dije. Foxygen es.

Foxygen

We Are The 21st Century Ambassadors of Peace and Magic es la condensación de décadas y componentes de la enciclopedia del rock en nueve canciones, puestas juntas como si se tratara de un rompecabezas secreto por dos niños angelinos con más ideas e imaginación que control. Aquí cabe todo, el impersonal genio de VU, la candidez de un joven Jagger, complicidad Scouser, arreglos orquestales más cercanos al teatro musical y muchísima manía apellidada Davies. Desde “In The Darkness” hasta los estertores del disco los ritmos, tempos y tonalidades son empujados por cada vez más sórdidas y punzantes líneas que podrían haberse convertido y de hecho se convirtieron en camisetas, pins y bromas internas pertenecientes a una muy definida era. «There ‘s no need to be an asshole, you are not in Brooklyn anymore» probablemente se utilizó más de cien millones de veces en el 2013, y todos entendíamos exactamente por qué.

Los sencillos dos y tres, “San Francisco” y “No Destruction” accesibilizaron a la banda a nuevos mercados con sus insanamente tarareables estribillos y un encanto reminiscente a Francoise Hardy, France Gall y Michel Polnareff. “On Blue Mountain” y “Oh Yeah” son piedras de toque esenciales y en muchos sentidos las mejores canciones del disco, con arreglos más complejos y una sombra oscura y atemorizante planeando sobre ellas, más alejadas de la inmediatez de las zonas pop del álbum. “Oh No 2” termina el disco satisfactoriamente, recordando un poco al sentimiento de TTKOB de que más allá de esto hay puertas por abrir y secretos que contar.

Foxygen

Compré todas las acciones de Foxygen que pude, era un negocio seguro que sólo la estupidez, el afán protagónico y las drogas podrían arruinar, pero nadie es tan estú… ¿qué? ¿Sam France está en un escándalo de violencia doméstica? ¿qué? ¿su próximo disco es una ópera rock doble que se parece más a Utopia en LSD (en más, mucho más LSD) que a este disco? ¿qué? que sólo una vez más volverían a tocar el nivel de genialidad en los próximos diez años con “On Lankershim”? ¿que una de sus nuevas canciones se llama “Cannibal Holocaust” y qué perdí todo mi dinero?… váyanse al diablo.

No sé andar en bicicleta, pero casi siempre puedo percibir los movimientos que tomarán de las solapas a la escena musical de los desadaptados por los próximos años. Solo fallé una vez, pero que glorioso disco para fallar.