Tras debutar en el año 2015 con el exitoso álbum Zanaka, en donde el pop se fundía con las raíces africanas que corren por sus venas, la francesa Jain se convertía en la nueva promesa a seguir en la escena musical francesa y en la escena musical mundial.
El éxito internacional de los singles ‘Come’ y ‘Makeba’, la posicionaron en festivales como Lollapalooza y Mad Cool, y para el año 2018, la cantautora presentaba su segundo, y todavía mejor plástico, titulado Souldier, en donde nuevamente recurría a ese mestizaje sonoro, que lo mismo tomaba los sonidos de su amada África, así como de Jamaica y oriente, y los envolvía en una dosis de vanguardia musical. Un ejercicio que igual nos remitía a sus compatriotas Mano Negra, que a M.I.A.
Souldier fue la confirmación del enorme talento de la artista francesa, y ya no era raro verla competir en entregas de premios en contra de artistas como Dua Lipa, Ariana Grande o Beyoncé. Y obviamente, la calidad presentada en este trabajo solo trajo una enorme expectativa por el siguiente salto musical de esta hermosa chica.
Una expectativa que nadie esperaba fuera a prolongarse por tanto tiempo, ya que es hasta este año cuando la francesa rompe el silencio, con su nuevo álbum The Fool, un disco centrado en el concepto del Tarot de Marsella, siendo cada canción una especie de representación de una carta (al igual que el título también lo hace), mientras que en lo lírico nos narra las etapas que se cruzan al volver a comenzar, como el miedo, la duda, la emoción, etc.
En el aspecto de producción, Jain se refugia en Yodelice, su mentor y cómplice de cabecera, además de Joseph Mount (integrante de Metronomy), y el reputado productor y DJ francés, Gesaffelstein. El arte visual, que presenta una amplia influencia del arte psicodélico de los años sesentas, como el de Stanley Mouse y Rick Griffin, fue dibujado por la propia Jain, ya que esa es otra de sus facetas (incluso a diseñado arte para tenis adidas).
‘The Fool’, abre de manera grandiosa esta placa, con la voz de Jain cobijada con sonidos que remiten un poco a la psicodelia de los años sesentas. Pronto entra una base en un estilo más pop, pero para nada es queja. Inmediatamente se puede percibir que la cantautora absorbió nuevas influencias y las añade a su propuesta. Gran acierto elegir esto como single. ‘Night Heights’ presenta en su parte inicial el sonido del teclado, y el trueno de dedos como detalle sonoro. La entrada de la base rítmica vuelve a confirmar la dirección pop en esta nueva odisea, y obviamente, Jain sigue siendo certera a la hora de crear estribillos que se incrustan en tu mente.
La guitarra acústica protagoniza la base musical en la excelente ‘Maria’, track de tintes neo folk, en donde además de la guitarra aparece una esporádica línea de bajo, y para la parte final, unos grandiosos arreglos electrónicos, además de una percusión. También cabe destacar la labor vocal de la artista. Esto es una auténtica joya. El pop alternativo es el hilo conductor en ‘Cosmic Love’, destacando la estupenda línea de bajo. El teclado aporta estupendos detalles, y Jain vuelve a soltar un estribillo contundente.
En ‘To All The People’, los ritmos de mestizaje que caracterizaban a la cantautora, siguen ausentes; en cambio, se embarca en un pop cargado de teclados, un ejercicio muy en la onda Lana Del Rey. Y sí, el numerito le sale bastante bien. ‘Take A Chance’ presenta más pop, ahora yéndose hacía un sendero a lo más reciente de Tegan And Sara, aunque con más encanto, ya que en lo musical, esos arreglos de metales presentados en este track, si superan por mucho a lo realizado por el dúo canadiense.
‘Falling’ es otro madrazo, de esos que sigilosamente te sorprenden, ya que solo bastan algunos sutiles arreglos electrónicos, una ligera percusión, una línea de bajo y la voz de Jain, para atraparte por completo. Nuevamente es digno de destacar el trabajo vocal. ‘Save The World’ es simplemente brillante, gracias a esos estupendos ecos de rock psicodélico que se hacen presentes. El cencerro, aunado a la batería, bajo, guitarras y detalles electrónicos, dan como resultado uno de los picos altos de este discazo (o el más alto), y honestamente, sepulta muchos intentos psicodélicos, tan en boga hoy en día.
Más reminiscencias de folk acústico se hacen presentes en ‘I Feel Alive’, aunque no falta una línea de bajo y un sutil teclado para reforzar los arpegios. Una belleza de canción, con una letra tan excelente como adictiva. ‘The Balance’ es otro ejercicio musical de buen pop, equilibrado entre calidad y encanto comercial. Estupenda muestra de lo que un bombo, un bajo y unos adornos electrónicos pueden crear cuando hay creatividad, y a eso hay que sumarle un excelente trabajo fonético. Así es, este disco no tiene desperdicio.
‘Goodbye’, da el adiós a este esperado retorno musical, y de verdad, no había mejor forma de concluir este disco. Un track simplemente estupendo en todos sus elementos: voz, arreglos de teclado, línea de bajo y patrón de batería. La larga espera valió la pena, Jain nos ha entregado una joya que desde ya, tiene un lugar asegurado entre lo mejor del año.
Un disco de pop impecable, bien trabajo en lo musical, en lo lírico; en donde la artista no se limita a seguir la fórmula que le dio fama y éxito, sino que se aventura a nuevos senderos, en una clara evolución, algo que deberían de imitar muchas de las vacas sagradas del rock, que llevan décadas viviendo del mismo sonido, incapaces de aportar algo medianamente relevante.
¿Quién dijo que la buena música ya no existe?