La banda tapatía UAY tiene algunos años que dieron a conocer su propuesta psicodélica la cual venía salpicada por ritmos selváticos, lo que les permitió abrirle a varios músicos de renombre como Los Espíritus. Y si bien se han ido ganando un lugar en la escena, también es cierto que han mantenido un perfil más discreto, en parte por que sus compositores principales forman parte también de la banda de post-rock The Polar Dream, al mismo tiempo que han tenido una labor importante dentro de la gestión cultural con el proyecto Mexicadelia, que ha ido creciendo año con año.
Sin embargo, la banda no deja de lado el seguir produciendo su música, y es así como recientemente UAY acaba de lanzar su segundo álbum, el cual ha titulado con un nombre tan poderoso como Kukulkán; con el mismo, esperan ir ganando más espacios dentro de la escena psicodélica nacional. El disco es un gran salto de lo mostrado en su primer lanzamiento, que aunque guarda muchos paralelismos, hay varios detalles que lo vuelven más redondo.
Como nos contó Francisco López, guitarrista y vocalista de la banda, el primer álbum de UAY se grabó de forma casera en Guadalajara y tuvo un proceso más low fi, mientras que Kukulkán, aunque igualmente auto producido, se grabó en Seattle, en mejores condiciones: una parte en en el estudio de Halfshell Records y la otra mitad en el estudio del renombrado Eric Padget, siendo mezclado y masterizado también allá. Este álbum tiene una curiosa historia, ya que esa grabación data de hace 4 años pero los masters estuvieron perdidos, hasta que se recuperaron hace poco y se puso manos a la obra para su producción.
La manufactura del álbum tiene un nivel mayor y eso se nota bastante, ya que el álbum suena muchísimo mejor que el primero. Aunque la banda sigue manteniendo ese tono selvático y psicodélico, la lograda producción aporta en ambientación y se siente aún más espacial. En cuanto a composición, es más complejo y termina siendo más variado en sonidos que el primer álbum, que tenía un tinte más hacia la cumbia psicodélica. Otro de los aspectos que sin duda aportaron a la composición del mismo fue que el álbum se grabó durante una larga gira que tuvieron por allá en conjunto con la banda Neptuna, quedando marcado ese feeling dentro del mismo.
Esperemos pues que la banda mantenga esa inercia creativa y sigan explorando ese sonido que han logrado asentar aún más, pero mientras tanto, sigamos escuchando el muy disfrutable Kukulkán.