El saxofón en el rock -fuera de su presencia en un género como el ska, por ejemplo-, siento que deberia de tener un mejor lugar del que ha tenido históricamente. ¿Porqué? Sus intervenciones en algunas piezas de muy distintos grupos, suelen elevar a otro nivel la calidad musical, dándole un distintivo y haciéndolas más memorables; incluso en géneros como el punk, el metal o el garage, les da otra dimensión.
Pocos grupos han apostado tanto por el instrumento, como lo hizo una banda como Morphine. Y aún con todos estos ejemplos, el saxo sigue siendo, siento yo, un instrumento menospreciado en el rock, en pos de la en ocasiones, sobrevalorada guitarra.
Todo esto lo comento por la presencia de una banda como O. Y sobre todo, por la aparición de su primer Lp WeirdOs. Un dueto – otra formación a la que no se le suele dar mucha atención, pero que también nos ha dado gratos y muy buenos ejemplos en la música -conformado por Joe Henwood en el saxofón y Tash Keary en la batería, dos músicos con una formación académica en el Jazz, que hacen una música tan vigorizante, como divertida.
Producido por el estupendo Don Carey (reconocido por su trabajo en bandas tan aclamadas como black midi, Squid, Fontaines DC, entre otras), el álbum deja escuchar en todo momento el arsenal de recursos de cada integrante, haciendo de cada canción una experiencia y un guiño a distintos géneros, tan en apariencia disímbolos como pudieran ser el jazz, el jungle, el doom, o cualquier cosa que se les cruzará en el camino y que asumían gustosos y con un enfoque por demás lúdico (en cierto punto me recordaron a ese otro estupendo dueto mexicano, un tanto desconocido, pero igualmente buena, como lo es La Perra).
WeirdOs es un álbum que se deja escuchar y que te envuelve. Que pareciera no tener una mayor ambición, y que sin embargo, estamos ante un disco lleno de recursos y de inventiva. Es de agradecer que haya álbumes ahí afuera que se puedan escuchar de un tirón y que no exijan, más que el puro gusto de dejarse llevar, y este lo hace con creces.