Las llamas tienen un significado muy profundo. Es un elemento de vitalidad y energía. Para algunas culturas representa la chispa de la existencia o la misma sabiduría espiritual. Simboliza iluminación, renovación, transformación, o purificación. Llamas.
El indagar en nuestro ser es como cultivar el fuego, lo cual en sí, tiene muchas connotaciones. Israel Ramírez, el compositor de la agrupación, escarbó dentro de si, en su ser y su entorno. Sobre todo, en el luto y la perdida, así sea desde la lejanía en un tema como la sensible “Jovita Verano”, en una perdida física, como en la muy bonita y nostálgica “Suaves son los días” (con la estupenda Julieta Venegas) o desde la admiración, como en ese tema de aires románticos setenteros “Chris Farley” (con la gran Mabe Fratti). Los demonios, las emociones, los sentimientos, se controlan y se transforman en canciones. Llamas.
El fuego tiene un sentido ritualistico, comunitario y de unidad. Belafonte Sensacional, la banda, tiene mucho de ese espíritu. Todos los integrantes de la agrupación se unen para transformar las composiciones de Israel Ramirez mediante la chispa creativa, mediante ese aquelarre de ideas, experimentación y géneros, bien representada por “Llamas Rexio”, y donde lo mismo encontramos una cumbia rebajada como “Negro Soledad”, que un tema de shoegaze como “OMI” o una salsa (presuntamente, la más pequeña de la historia) “Manuel, te Amo un Putero”. Y a eso, sumemos una buena cantidad de colaboradores en el álbum mismo. Llamas.
El álbum se cocinó poco a poco, a fuego lento. No comienza, no termina, desde que su chispa apareció, iluminó a sus creadores, y muy posiblemente, iluminará a sus escuchas, con esa facilidad que tiene la banda para conectar y trasmitir sentimientos profundos. Se mantiene, y se mantendrá vivo su fuego, como todo buen álbum que trasciende. Llamas, Llamas, Llamas.