“A los metaleros no les gusta una banda como Imperial Triumphant” “Yo fui a verlos dos veces y el publico fue muy poco” son algunos de los comentarios que me hizo un amigo Aldo, muy amante del metal y con el cual comparto un club de escucha de discos, del cual él sugirió este álbum (y donde espero pronto hacer alguna dinámica dentro del blog con ellos). Antes de ello, ya había visto la portada del álbum y un buen puntaje dentro de algunas páginas especializadas, pero no me había dado la oportunidad de escuchar el álbum.
Debo decir que de entrada, me sorprendió que la banda, aunque no es veterana, tampoco tiene poco tiempo, pues empezaron en el 2005. Y por ende, también me lamenté no haberlos tenido en el radar desde antes, dado el elevado nivel que la banda tiene. Y es ahí donde también me intrigó ese hecho que me comentó mi amigo de que no tengan tanto arrastre, siendo tan buena.
Goldstar es ya el sexto álbum de la banda oriunda de Nueva York, siendo este punto de alguna manera el eje del álbum, y que parece que no es la primera vez que parten de ello. Haciendo un enorme guiño a la película Metrópolis (y donde queda de manifiesto sobre todo en el tema homónimo, el cual nos sumerge en esa época glamourosa de la icónica ciudad) y que con esa estética Art Decó de la portada, obra de Zbigniew M. Bielak, también nos sumerge en ese Manhattan del ayer.
Producido bajo la mano maestra de Colin Marston (Gorguts, Krallice, Behold… the Arctopus, etc), el sonido de la banda mantiene una crudeza y una brutalidad siempre latente, pero que se mueve dentro de unos terrenos prístinos, lo que eleva la apreciación de la maestría y el virtuosismo instrumental de la banda. Con una duración relativamente corta, el álbum se desenvuelve sin prisas, y con la medida justa para disfrutarle sin volverse en ningún momento cansino.
El álbum da inicio con el tema “Eye Of Mars”, que cuando la escuché, me llevo hacia los terrenos del black metal, sin embargo, había de fondo algo que me hacía ver que era más que ello. “Gomorrah Nouveaux”, con su inicio más tribal y con un mayor groove, de la mano de la estupenda base rítmica me confirmaba que Imperial Triumphant era una banda con múltiples recursos.
Pero es sin duda con “Lexington Delirium” en el cual la banda realmente despega, creando una ambientación casi cinematográfica. Tomas Haake, baterista de Meshuggah, da su aportación en el tema con algunas voces, mientras que los teclados adquieren un papel preponderante en el ambiente creado. “Hotel Sphinx” es una de las joyas del álbum, con esa instrumentación precisa y potente. Todo un viaje melódico que se corona con la introducción dentro del tema del compás de “Sarabande” del compositor barroco Händel, a la manera de Rick Wakeman, Simplemente extraordinario.
“NEWYORKCITY” nos trae un tema plenamente grindcore, caótico y opresivo, enmarcado por las voces de Yoshiko Ohara, sin duda, un tema breve pero efectivo dentro del contexto de la obra. Posteriormente, “Goldstar” del cual ya hablé, actúa como puente conceptual con mucha intención. “Rot Moderne” vuelve a mostrar su lado mas black, pero de una manera sinuosa y llena de quiebres, y con un tono bastante oscuro.
“Pleasuredome” en el cual se hacen acompañar nuevamente de Tomas Haake en las voces y también del gran Dave Lombardo, y en donde nos regalan un tema complejo, que inicia de una forma para a mitad del camino, tomar un camino tribal y polirritmico, en donde podemos ver también fuertemente las influencias jazzísticas de la agrupación. “Industry Of Mysery” cierra el plato con excelsitud, con un tema introspectivo, en donde hacen notar su virtuosismo pero enfocado a una oscura ambientación y a lograr un dramatismo. Un tema épico e impactante en el que incluso se dan el lujo de hacer un guiño a Los Beatles.
Hoy día el metal extremo vive una cabal salud, y una de las caras sin duda es Imperial Triumphant, que con Goldstar demuestra el hecho con un álbum enorme, y que estará entre los mejores álbumes del año.