Breaths – Isolera
Breaths es un proyecto nacido en Estados Unidos, en Richmond, Virginia.
El hombre que se oculta tras esta aventura sonora, responde al nombre de Jason Roberts, quien se encarga de guitarras, programaciones, bajo y producción.
El concepto de Breaths se basa en atmósferas ambientales en donde lo mismo conviven elementos drone, post rock y doom, todo esto bajo un aura sci-fi y space, una mezcla que nutre a ‘Isolera’, su más reciente álbum dividido en cuatro movimientos, en donde las emociones del escucha, son parte elemental para complementar este magnífico trabajo.
The Gray Goo – 1943
The Gray Goo, banda que ostenta el nombre de un hipotético final del mundo causado por nanotecnología molecular (la plaga gris), presenta su debut ‘1943’, sumandose a la ola de bandas doom que brotan hasta por debajo de las piedras, desgraciadamente la mayoría sin un ápice de propuesta u originalidad; por eso es tan revitalizante escuchar una propuesta tan poco común.
‘1943’ es un trabajo memorable en donde conviven géneros como el stoner, metal, psicodelia, disco, doom, punk, heavy, además de una dosis de funk, todo mezclado de manera excelente por Max Gargasz (guitarra, voz y producción), Matt Carper (bajo y voz) y Zach Ronish (batería y voz). De los mejores debuts que se han visto en varios años dentro de la escena doom y stoner.
Hank Williams Jr. – Rich White Honky Blues
Tras una carrera bastante longeva, Hank Williams Jr., el primogénito del legendario totem del country, el gran Hank Williams Sr., nos presenta su nuevo álbum titulado ‘Rich White Honky Blues’, conformado por 12 versiones a clásicos del blues, grabados muy orgánicamente, totalmente en directo, sin ediciones ni tomas por separado, rememorando esas viejas grabaciones del Delta.
Un ejercicio parecido a aquel ‘Delta Kream’, que el duo The Black Keys presentará el año pasado.
Y es precisamente Dan Auerbach, integrante de The Black Keys, quien funge como productor del álbum, además de colaborar como músico. Y obviamente, este tributo fue editado bajo el sello propiedad de los Keys, Easy Eye Sound.
Robert Johnson, Jimmy Reed, Lightnin’ Hopkins, R. L. Burnside y más, son versionados de manera contundente por el músico country, dejando en claro su amor por el blues negro.
She & Him – A Tribute To Brian Wilson
Tras seis años de ausencia, el dúo folk She & Him, conformado por Zooey Deschanel y M. Ward, retornan con ‘Melt Away: A Tribute To Brian Wilson’, en donde rinden homenaje a uno de sus más grandes ídolos, y cuya influencia ha sido demasiado palpable en el sonido del dúo y en el de muchas bandas más: Brian Wilson; el genio al frente de The Beach Boys, quien además aparece como invitado de lujo en la versión a ‘Do It Again’.
Destacan también, el excelente tratamiento a ‘Darlin», cuya base músical folk, es muy diferente a la estructura soul del track original, editado en el álbum ‘Wild Honey’ de 1967. Otro momento épico es la versión a ‘Wouldn’t It Be Nice’, original del legendario álbum ‘Pet Sounds’.
Machine Head – Of Kingdom And Crown
Robb Flynn y compañía regresan con una obra maestra, épica y conceptual, que narra una historia apocalíptica sobre dos personajes: Ares y Eros, que se enfrentan debido al asesinato de Amethyst, la novia de Ares, quien muere a manos de Eros. Un crimen desatado debido a la locura del segundo, tras perder a su madre.
Este obscuro concepto, fue creado por Robb Flynn, y para hacer justicia a tan magnífica historia, la música es simplemente devastadora y perfecta. Riffs y blast beats épicos que caen por doquier, acompañando la grandiosa voz de Robb, dando como resultado uno de los puntos más altos (o el más) en la discografía de esta veterana banda.
Wet Leg – Wet Leg
Una de las revelaciones musicales de este año fueron estas féminas, con un estilo en donde el alternativo, garage, post punk, y hasta reminiscencias al brit pop, se hacen presentes.
Tracks como ‘Wet Dream’, ‘Too Late Now’, ‘Angelica’ y ‘Oh No’, son una muestra del alcance de este prometedor duo, pero es sin duda ‘Chaise Long’, la canción que más destaca. Y por si fuera poco, Dan Carey hizo un estupendo trabajo tras las consolas.
Orville Peck – Bronco
Este forajido enmascarado que ha procurado mantener su rostro en completo anonimato, retorna con su segundo álbum, en donde el country y el outlaw se funden con pinceladas de sonidos de los sesentas, como en el caso de ‘The Curse Of The Blackened Eye’, que remite a ‘For What It’s Worth’ de Buffalo Springfield. También hay espacio para country rock sureño, en el track ‘Bronco’, y no pueden faltar esos sonidos ideales para musicalizar un viaje por carretera, y para muestra la excelente ‘Any Turn’.
La voz de Orville recolecta matices diferentes, que igual nos remiten a Merle Haggard, Waylon Jennings o Sturgill Simpson.
Grandioso álbum, que deja claro que el country verdadero sigue vivo, y también sorprende lo bien que este músico africano sabe hacer sonar la música de las praderas, tan es así, que si nadie te lo dice, tendrías la certeza de que se trata de un músico estadounidense.
Willie Nelson – A Beautiful Time
Pocos músicos en la historia del country y de cualquier otro género, pueden jactarse de editar su álbum número 72 (sin contar los álbumes en colaboración), pero el incansable Willie Nelson si puede darse ese lujo.
La estrella del country, de 89 años de edad, sigue cabalgando de la mano de su inseparable y maltratada guitarra ‘Trigger’, y juntos nos vuelven a entregar un excelente álbum, conformado por 5 composiciones de Willie en colaboración con el productor del álbum, Buddy Cannon. Además de la intervención en la composición, de gente como Chris Stapleton y Shawn Camp, entre otros.
Destacan también dos covers: ‘With A Little Help From My Friends’ de The Beatles (no es la primera vez que Nelson muestra su amor por el cuarteto), y una versión a la joya folk ‘Tower Of Song’, original de Leonard Cohen.
Big Thief – Dragon New Warm Mountain I Believe In You
Surgidos desde Brooklyn, en el año 2014 y debutando en el 2016, Big Thief regresan con su quinto larga duración bajo el brazo.
Un magistral álbum doble en donde estos magníficos músicos nos recetan a lo largo de 20 tracks, una dosis de sonidos que recojen las influencias de la música tradicional estadounidense, como el folk y el country, a lo que le añaden elementos de rock y alternativo en modo ochentero.
Destaca ademas la excelente lírica de la banda, muy al nivel de la excelente música. El único pero: la muy mala portada. Aunque nadie es perfecto.
River Dreams – Small Paintings
La escena australiana no se reduce a King Gizzard & The Lizard Wizard; existe otra cara de la moneda a la cual pocos voltean a ver, y este es el caso de River Dreams, banda que bien podría ser catalogada como un proyecto personal de Carl Manwarrin, acompañado de otros músicos, ya que él es el cerebro, imagen y eje de la banda (es el que aparece en la portada del álbum).
Una sublime mezcla de influencias en este debut, dan como resultado un sonido que parece un palomeó entre Lou Reed, Kevin Morby, todo bañado en ecos del rock de los setentas. Este es el inicio de una carrera prometedora, y uno de los debuts del año.
Kurt Vile – Watch My Moves
Hay mucha vida más alla de The Wars On Drug, y Kurt lo demuestra con cada trabajo en solitario, que lo han consolidado como uno de los cantautores y exponentes de la americana, más interesantes de los últimos años.
En esta ocasión nos entrega un álbum orgánico, de esos que a pesar de estar editados con un sello grande, fueron grabados de forma casera.
Hay ese rock con sabor clásico, y hasta un cover a Bruce Springsteen, pero también hay melodías que evocan a un Bon Iver, sonidos folk, country rock y hasta reminiscencias a The Beatles. Un álbum perfecto de principio a fin.
Kevin Morby – This Is A Photograph
Kevin Morby es de esos genios músicales a los que no se les ha dado el lugar que merecen.
Creador de auténticas joyas, y para muestra este tremendo álbum, en donde recoge las influencias de músicos como Bob Dylan, Tim Buckley y Jeff Buckley.
Tracks que destilan rock and roll clásico, aunque no faltan momentos más emotivos aderezados con el piano. Y para complementar, la cantautora folk Erin Rae colabora en la joya country bluegrass ‘Bittersweet, TN’, y Cassandra Jenkins colabora en ‘It’s Over’, un track reflexivo sobre su relación con Katie Crutchfield (Waxahatchee).
Erin Rae – Lighten Up
Erin Rae sigue recogiendo las influencias de mujeres como Dusty Springfield y Bobbie Gentry, entregando un segundo álbum solista que es simplemente una gema.
Y para esta nueva aventura sonora, decidió salir de su zona de comfort, abandonando su círculo musical en la escena Nashville, para ir a grabar a California.
El folk se funde con el country, todo bajo la producción del magnífico Jonathan Wilson, a quien Erin conociera en el Newport Folk Festival 2019.
Jonathan aporta su esencia en este trabajo en donde lo mismo conviven guitarras acústicas, guitarra eléctricas, atmósferas de teclado, arreglos de cuerdas, pedal steel guitar, banjo, etc. Y por si fuera poco, aparece como invitado el gran Kevin Morby en ‘Can’t See Stars’.
The Sadies – Colder Streams
The Sadies entregan un tremendo disco, que se convierte en la obra postuma tras la muerte de Dallas Good.
Producido estupendamente por Richard Reed Perry, miembro de Arcade Fire, este trabajo deja en evidencia el gran talento de Dallas y compañía.
La influencia de la psicodelia sesentera vuelve a ser el hilo conductor, pero como es costumbre, también hay country, folk, gospel, spaguetti western, surf, garage; todo aderezado con una rica instrumentación que se sale de los estándares de bajo, guitarra y batería. De esta manera hacen uso del marxófono, melotrón, mandolina, auto arpa, etc. Las letras reflexivas son simplemente magníficas, y todo esto en conjunto, marca una gran despedida del subvalorado Dallas Good.
King Dude – Death
TJ Cowgill, el hombre que se oculta tras el proyecto King Dude, vuelve con su ceremonia de obscuridad dark folk, southern goth, americana, post punk, y hasta reminiscencias rockabilly; todo englobado en lo que algunos describen como luciferian folk.
Tracks como ‘Pray For Nuclear War’, ‘Death’s Theme’, y ‘O’ Darkness’, son un susurro de lucifer a los oídos.
Según TJ, ‘Death’ marca el fin de este proyecto, que después de más de una década, regresa a ocultarse en ese mundo de sombras, o del infierno mismo de donde vino. Satán ha sido servido.
Nebula – Transmission From The Mothership Earth
Los californianos ya no son nuevos en esto del rock pacheco, y eso se sigue reflejando en su más reciente placa, en donde nos recetan esas dosis de fuzz y psicodelia pesada con tonos atmosféricos.
Desde el título del álbum, ya sabemos que esto va directo a la levitación, al viaje cósmico; y que mejor que el reputado sello italiano Heavy Psych Sound, para editar este tremendo material.
Clutch – Sunrise On Slaughter Beach
Los ya veteranos Clutch, regresan con un discazo, en donde siguen conservando esos riffs pesados con mucho blues, pero ahora agregan arreglos que suenan un poco lejanos de su estilo, además de elementos más psicodélicos, y se animan a incorporar instrumentos como el theremin, y unos oportunos coros femeninos.
Se nota que la mano de Tom Dalgety en la producción fue muy revitalizante para la agrupación. Un disco que muestra una experimentación, sin cortar de tajo ese poder que se ha convertido en el sello de la banda.
Wilco – Cruel Country
«No puedes huir de tu destino», una frase que bien se le puede aplicar a Jeff Tweedy y su banda Wilco.
Ha pasado toda su vida tratando de huir de la etiqueta country, a pesar de que transpira esa esencia en cada poro.
Al parecer, Jeff se ha cansado de huir de ese mote, y ahora se entrega a su inevitable destino, creando un álbum en donde el country es el hilo conductor, y de paso logra como resultado, un álbum sólido, orgánico, que si bien, no es una obra maestra, si nos vuelve a despertar el interés por la banda, un interés que ya se estaba diluyendo con las últimas entregas tan flojas
Belle And Sebastian – A Bit Of Previous
Belle And Sebastian retornan con esta nueva placa, en donde el liderazgo de Stuart a quedado atras, y si bien, para algunos puede resultar un álbum incoherente, debido a su ir y venir entre diversos estilos, el resultado en general convence, las composiciones fluyen con gran nivel, y funcionan en los ambientes musicales en que son plasmadas, ya sea en un track más synth, o hasta llegar a la espiritualidad del gospel.
Sharon Van Etten – We’ve Been Going About This All Wrong
Sharon regresa con un álbum obscuro, en donde como ya es costumbre, la cantautora desnuda sus vivencias y traumas, todo esto musicalizado con arreglos acústicos y presencia de sintetizadores, además de arreglos de cuerdas.
Destacan tracks como ‘Home To Me’, ‘Headspace’, ‘Darkish’, ‘Mistakes’, etc. Y como plus, la excelente y muy adecuada portada, que refleja perfecto el mood del álbum.
The Black Keys – Dropout Boogie
Tras varios bajones en su carrera, y dejarnos contentos con su tributo al blues ‘Delta Kream’, el dúo The Black Keys regresan con un álbum original, sin más pretensiones que hacer blues rock, agregando pizcas de soul y funk, además de la presencia de Billy F. Gibbons de ZZ Top.
Un álbum directo, sin complicaciones, que no pretende buscar el hilo negro de nada, y precisamente allí radica su encanto y efectividad.
Dropkick Murphys – This Machine Kills Fascists
Hace aproximadamente 20 años que Norah Guthrie, hija del legendario rey del folk, Woody Guthrie, se acercó a los Dropkick Murphys, esto con el fin de que ellos dieran vida a las letras ineditas que el Vigilante Man dejó antes de su muerte.
Pero es hasta este año que este proyecto se concluye con el álbum ‘This Machine Kills Fascists’, (recreando la famosa fase escrita en la guitarra de Woody) en donde las creaciones del folkman (que datan entre 1940 y 1950) siguen sonando actuales.
Obviamente este álbum tiene un espíritu más acústico, folk y country, sin perder esa esencia punk celta tan propio de los Dropkick.
Y si no es suficiente con Nikki Lane y Evan Felker (Turnpike Troubadours) como invitados, también se rescata la voz del mismísimo Woody Guthrie en ‘Dig A Hole’, un grandioso track country punk aderezado con una gloriosa pedal steel guitar. Woody seguramente sonríe desde el otro plano, mientras los Drupckick se disputan con este magno álbum, un lugar entre los picos más altos en los discos de este año.
Kikagaku Moyo – Kumoyo Island
El álbum con el que la banda anuncia su retiro indefinido, es sin lugar a dudas una digna forma de cerrar un ciclo muy fructífero dentro de la nueva psicodelia.
Estos japoneses apuestan por un trabajo ecléctico, en donde los sonidos psicodélicos se funden con el heavy, pinceladas funk, y tonadas de folk y progresivo.
Tangerine Dream – Raum
El monstruo alemán sigue vivo, ahora en manos de Thorsten Quaeschning (sintetizadores y secuencias), Hoshiko Yamane (violin ecléctico) y Paul Freak (sintetizadores, piano, secuencias), esto tras la muerte del único miembro original del proyecto, Edgar Froese, quien sigue presente en este álbum, ya que algunas de las grabaciones que dejo antes de su partida en 2015, fueron utilizadas.
El resultado es una obra que deja claro que el futuro de esta veterana institución musical, se ha quedado en buenas manos.
Belphegor – The Devils
Los devastadores Belphegor ya se saben la formula, y nuevamente nos recetan una brutal y devastadora dosis de ese black death que rebosa en tecnicismo.
Y como ya es costumbre, no pueden faltar las letras blasfemas que han caracterizado a estos respetados veteranos dentro del metal extremo, quienes siguen también cuidando a cada detalle el trabajo visual, que en esta ocasión fue realizado por el artista griego Seth Siro Anton.
Taj Mahal & Ry Cooder – GET ON BOARD: The Songs Of Sonny Terry & Brownie McGhee
En la década de los sesentas, Ry Cooder y Taj Mahal unieron sus fuerzas en un proyecto llamado Rising Sons, fruto de la admiración que ambos músicos sentían por dos bluesman: Sonny Terry y Brownie McGhee.
Esta influencia ha prevalecido en Ry y Taj a lo largo del tiempo, y a 57 años de aquel encuentro musical, es esa misma influencia la que los vuelve a unir en un reencuentro historico, que da como resultado un tributo a sus dos héroes, que lleva por nombre ‘TAJ MAHAL & RY COODER: The Songs Of Sonny Terry & Brownie McGhee’, editado bajo el prestigioso sello dedicado a la música de vanguardia, Nonesuch, que se vuelve a anotar otro golazo en su impresionante catálogo. Dos genios en su máximo esplendor, a los que se une Joachim Cooder, hijo de Ry.