The Murder Capital logró con su álbum debut del 2019 When I Have Fears, colocarse en los reflectores de una escena boyante: la del post punk del Reino Unido que de unos años a la fecha ha revitalizado el rock con sus distintas propuestas. Así sea que no tuvieron el nivel de popularidad de otras bandas, si logró darse a notar con una propuesta distintiva y con personalidad (aunque las comparaciones siempre se dieron, sobre todo con sus buenos amigos de Fontaines DC).
Tres años y medio después, The Murder Capital lanza el siempre difícil segundo álbum: Gigi’s Recovery, el cual confirma la calidad de la banda, al mismo tiempo que se desmarca de su sonido anterior, y de paso, se desmarca de las comparaciones con sus coterráneos con un estilo que expande y profundiza más su propuesta. Ya no se centran tanto en las melodías cargadas de corpulentos riffs -Aunque hay por ahí algún guiño al anterior álbum como “Return My Head”-sino que exploran capas y caminos más sinuosos.
Gigi’s Recovery es un álbum conceptual que representa un viaje de introspección y descubrimiento por medio de una amplia paleta de sonidos, texturas y ambientaciones dramáticas y apesadumbradas que transita entre luces y sombras con un aire gótico. Un álbum que fue una respuesta personal a su lugar en el mundo después de una era marcada por la pandemia. Un dato curioso en torno al álbum, es que un primer corte del mismo fue rechazado por ser, en sus palabras, jodidamente deprimente.
Con todo y que la instrumentación llega a ser realmente notable con toda esa riqueza que en todo momento se da a notar, la voz de McGovern es un punto sobresaliente y distintivo dentro del sonido de la banda, por su manera tan dramática, natural y directa de cantar -y que hace cualquier tipo de guiños a distintos cantantes que son influencia en él- y donde logra encajar a punto de tensión en muchos momentos del álbum, como en la abridora “Crying” o en “We had to Disappear”.
Un segundo disco emocionante, que de fondo y forma, mira al futuro, superando y conviviendo con su pasado.