Recomendaciones por: Tony Spinotti & Vala Belain.
Ante la excesiva oferta que tenemos de series, (a veces es igual o aún más apabullante que la oferta que hay día a día en cuanto a música) es difícil poder ver todo lo que se nos ofrece, sin embargo, dentro de esos límites, siempre hay emisiones que nos resultan memorables y que no duda uno en recomendar. Si por algo estuvo marcado este año, fue por el regreso de Twin Peaks, con una tercera temporada que acrecienta su mito. Pero también es de remarcar el que hubiese más (y muy buenas) historias femeninas, lo cual hoy día representa un paso adelante en estos convulsos tiempos donde el acoso y el machismo se ha revelado como algo urgente a erradicar. A reserva de otras estupendas series que no haya alcanzado a ver, estas son las muy particulares recomendaciones que mi novia y yo les damos (porque ninguna la vi por separado, así que es una recomendación en la cual coincidimos ampliamente y que escribimos en conjunto).
Ojo, se ha tratado de no dar spoilers. Se da el sentir en algunos momentos específicos, sin revelar más que lo justo.
Mindhunter
Si de entrada era llamativo que David Fincher estuviese detrás de esta serie, lo que lo hacía doblemente llamativo era que giraba en torno a la figura del psicópata, tema que en lo particular, siempre me he sentido atraído. Y si luego tenemos que el mismo Fincher nos ha regalado joyas como Zodiac y sobre todo Seven, dentro de ese tenor, la cosa prometía bastante.
El creador se adentra en la psicología de los criminales, a través del análisis que un par de policías y una psicóloga hacen de distintos psicópatas. Lo que lo hace más interesante aún, es que esos criminales no son ficticios, sino que parten de individuos reales que sembraron el terror durante alguna época y con distintos métodos. Mindhunter tiene un ritmo pausado, que se enfoque no tanto en la acción, la cual es poca, sino más bien en la psique del psicópata, profundizando en los diálogos que entretejen los motivos e intenciones que se encuentran detrás de las acciones de los individuos. David Fincher logra revitalizar al thriller televisivo, aprovechando lo que el propio formato le otorga.
Momento Favorito: Hay un momento en específico que podría considerarlo el más terrorífico que me tocó ver en todo el año. Prácticamente me cortó el aliento y me hizo pararme de mi asiento.
The Handmaid’s Tale
La más agradable sorpresa del año. Adaptación de la novela homónima de Margaret Atwood. Visualmente deslumbrante, con una excelente selección musical y un puñado de extraordinarias actuaciones encabezadas por Elizabeth Moss, nuestra entrañable Peggy Olson de Mad Men, pero ahora en un papel protagónico en la cual se eleva a mayores alturas. Esta serie nos cuenta acerca de un futuro distópico que gira en torno a una sociedad autoritaria donde un puñado de mujeres (las pocas fértiles) son obligadas a servir sexualmente a hombres de alto poder y alcurnia para salvaguardar el concepto de la familia junto a sus esposas.
The Handmaid’s Tale es una serie que incomoda, no muy fácil de digerir emocionalmente y es por momentos escalofriante, sintiéndose como un puñetazo en la boca del estómago, que te deja tirado y malherido esperando a recibir un golpe de gracia. Su naturaleza feminista y de denuncia ha sido de lo más comentado por ser un tema tan actual y necesario. No es una serie fácil, pero es algo que vale su peso en oro por su calidad y contenido.
Momento favorito: Varios. Como lo comenté, la serie tiene varios momentos que golpean de manera rotunda, pero hay un comentario escalofriante por parte de Offred, la protagonista, donde habla del punto donde se dejan pasar las injusticias.
Glow
Glow es una comedia muy ligera y refrescante, la cual puedes devorar fácilmente y que, cuando te das cuenta, ya la viste completa y sentiste empatía por los personajes.
Aunque de inicio la serie pareciese mucho más superficial, empezando por la referencia y temática ochentera (la cual como sabemos, ha sido sobreexplotado en los últimos años) y el que sean mujeres luchando en mallas y diminutos trajes la gran mayoría, no auguraba algo que medianamente aguantase la revisión. Sin embargo, he ahí que Glow le da la vuelta a ese ‘más de lo mismo’. La serie nos da el punto de vista de distintas mujeres atrapadas en un sistema bastante machista (¡oh! ¡algo parecido a la anteriormente citada serie, aunque en otro tono!) pero que encuentran en la Lucha libre un escape a ello y donde dan todo por hacer algo ya no por el programa en sí, sino por ellas mismas, aun a sabiendas de que el mismo show es televisión basura de rápido consumo e hipersexualizado. Lo que resulta interesante también es como parten del mismo estereotipo para dar una crítica a la manera como E.E.UU. los crea y disemina.
Con un reparto coral, encabezado igualmente por Alison Brie, otra actriz revelación también salida de Mad men, nos otorga una serie de personajes que se vuelven entrañables y diversos, y con un punto de vista puramente femenino que igualmente se agradece.
Momento favorito: Hay un momento en la pelea entre Brittanica y Beirut que es brutal, y solo es un pequeño diálogo.
Bojack Horseman
Bojack, como los buenos vinos cada vez se pone mejor. Su cuarta temporada es una joya de la animación para adultos en técnica y narrativa, yendo más allá de donde otras animaciones con bastante mérito también, se mueven. Posiblemente sea la animación más humana y profunda que exista hoy día, con algunos capítulos realmente sorprendentes y memorables. Ya en otro post le dimos un espacio a esta fenomenal serie. Si hubo algunos momentos que me removieron el corazón, estos sin duda nos lo dió Bojack Horseman.
Momento favorito: El capítulo “Time’s Arrow” es todo ello una proeza técnica y narrativa. Tan intenso que puede llegar a las lágrimas.
Twin Peaks: The Return
Con todo y la abrupta manera en que había terminado la segunda temporada de Twin Peaks, la forma en que revolucionó la televisión y el sello que dejó fue algo inolvidable. Para mí, incluso siempre me representó algo distinto a todas las demás series. Si por un lado mi top se definía por The Sopranos, The Wire, Six Feet Under, Mad Men y Breaking Bad, había un lugar a un lado para Twin Peaks. Ni en mayor o menor preferencia, simplemente la apreciaba como algo distinto. Cuando se anunció su regreso en este 2017, mi expectativa era bastante grande, dado la evolución que había tenido David Lynch con su cine.
Cuando por fin salió al aire la tercera temporada, estas expectativas fueron superadas con creces. David Lynch confirmó que Twin Peaks era demasiado grande para ser encorsetada con la denominación de serie. La emisión era una obra de arte (no por algo el MoMA de Nueva York decidió emitir un maratón). Su forma y contenido era algo que se escapaba a cualquier etiqueta, disolviendo moldes y expandiendo límites. El final, como no podía ser menos, dejó una elipsis que dejó a quien la vio con diversas reflexiones y explicaciones. Se habla de que puede haber una cuarta temporada. Pero cierre o no con esta emisión, dejó nuevamente algo distinto y que como bien dije, acrecienta su legado y su mito.
Momento favorito: Una obra tan única y fascinante como Twin Peaks está llena de momentos grandiosos, pero sin lugar a dudas, el episodio 8 se lleva las palmas al ser algo que se sale de todo lo que se ha visto en TV comercial.