El nombre de Humberto Álvarez tal vez no le suene a muchos de inicio dentro del ámbito del Rock en México, sin embargo, su figura es indiscutible dentro de la escena. Casino Shangai, Música y Contracultura M.C.C y Sangre Asteka son agrupaciones de culto, de las cuales formó parte esencial (curiosamente, todos con un sólo álbum) y que marcaron cada uno, una etapa de vanguardia en la historia del rock en México, ya sea si hablamos del synth pop, de la música progresiva o del rock de fusión.
Posteriormente su legado se ha ampliado hacia el etno rock, con una trilogía firmada con su nombre y con su participación en el que posiblemente es el disco más conocido de esta vertiente: COMALA. Humberto Álvarez no ha dejado de producir a la par de desenvolverse desde hace años dentro de la Sonoterapia.
A partir de todo ello, el icónico músico nos otorgó amablemente una entrevista donde nos platica un poco acerca de toda su ardua labor dentro de la música y sus proyectos tanto actuales como los que se están labrando. A continuación, lo que nos cuenta:
¿Qué sensación te deja hoy día el haber formado o participado en proyectos hoy considerados de culto como M.C.C. Música y Contra Cultura, Casino Shangai o Sangre Asteka?
Cada uno de esos proyectos fue importante para mí en su momento. Casino Shanghai fue un nombre sugerido por Walter Schmidt con quien tengo una amistad desde los 7 años. Originalmente, en 1985, era un performance en el legendario Disco Bar El 9 de la Zona Rosa. Yo realicé tres composiciones para ponerlas en unos poemas de un chavo griego de apellido Gat que vivía en Nueva York … parece que él le había «prestado» dichos poemas a la cantante del grupo. Fue en 1980 que un servidor le dio vida a M.C.C. Música y Contra Cultura, le di el nombre y el nombre -a su vez- le dio una línea ideológica que se plasmó en sus letras y en mi congruencia con mis principios en la vida, los cuales fueron adoptados por los otros miembros de la banda. Sangre Asteka fue también una creación mía: le di nombre y fue el primer grupo en México en hacer rock con acordeón, esto en1986. Sigo tocando el acordeón y los teclados hasta la fecha.
La gente suele confundir un poco la historia de la agrupación M.C.C. Música y Contra Cultura y la de MCC, así como sus discos. ¿Qué fue lo que pasó para que se haya dado toda esa confusión?
La única grabación del grupo original fue realizada en el año de 1983 y se llama 1980-1984 que fue el período de vida de la banda…sin embargo al desintegrarse el proyecto en el año 1984 las cintas fueron «secuestradas» y el disco salió a la venta hasta nueve años después, en 1992, en formato de CD en el sello independiente Opción Sónica Lejos del Paraíso. Algunos años después de la disolución de la banda, se vino la moda del «Rock en tu idioma» impulsada por una compañía comercial de discos… el cantante y otro miembro del grupo original quisieron participar en esa serie («Rock en tu idioma») y grabaron un LP tomando las siglas «MCC» – sin puntos- y no el nombre completo del grupo original. De hecho, en ese LP no aparece en ningún lado el nombre original de la banda (Música y Contra Cultura). Las canciones, muy bien hechas por cierto, de estilo tecno pop con cajas de ritmo y sintetizadores no tenían nada que ver con la contracultura ni con la posición ideológica que había tenido la banda original. No sé cómo pudieron rescatar algunas piezas de la grabación original de 1983 y las incluyeron en dicho disco argumentando que los miembros del grupo original cuyo crédito aparecía en esas grabaciones de 1983 habíamos sido «invitados». (sic!!?).
¿Ese disco que se lanzó de MCC nunca se consideró o se platicó con los demás integrantes acerca de la inquietud de lanzarlo?
A mí nunca se me consultó sobre esa grabación. De hecho, tampoco se me consultó el hecho de utilizar las siglas «MCC» para identificar al grupo que grabó ese LP. Y repito: me parece bien grabado y las canciones están bien hechas, sin embargo, no tienen nada que ver con el proyecto original ideológico y musical de la banda de los 80’s. Tampoco el llamado «Rock en tu idioma» tiene nada que ver con la contracultura.
¿Según tengo entendido, fue más decisión personal el haberte hecho a un lado de estos proyectos que cualquier diferencia creativa que hubiese habido con los demás integrantes? ¿Fue esto así?
Si hablas de la disolución del grupo M.C.C. Música y Contra Cultura vino a partir de la última reunión que tuvimos en el estudio con el productor del disco el cual estando todos presentes nos dijo que si queríamos seguir con su apoyo de producción teníamos que cambiar de baterista. Obviamente el ambiente se hizo tenso y Cesar «Perico» Calderón baterista del grupo avisó su salida. A lo cual yo también manifesté mi incomodidad y salida del grupo. Eso hizo que la banda de desintegrara.
Leí por ahí que el emblemático disco Comala no ha tenido los créditos debidos, que el mismo es resultado de un trabajo mayormente colectivo y se sabe que tuviste participación en él. ¿Qué nos puedes contar de ello?
El disco llamado COMALA fue firmado por Jorge Reyes, pero se trata de un trabajo colectivo en la composición. Hay que decir que sin la intervención del grupo Tribu ese disco no se hubiera podido realizar pues ellos llevaron un arsenal de instrumentos indígenas mexicanos y tuvieron una participación creativa definitiva para la grabación. Originalmente el proyecto contemplaba solo a Jorge y a un servidor, pero dado que ninguno de los dos teníamos colección de instrumentos indígenas fue entonces que Jorge decidió invitar a Tribu. Tanto ellos como Arturo Meza tuvieron una participación creativa importante. Yo estuve en todas las sesiones de grabación, hice una gran parte de la producción artística y musical, grabé con varios instrumentos indígenas, hice composiciones originales, arreglos, propuse un piano preparado e invité a mi gran amigo Felipe de la Fuente (diseñador de los gráficos de M.C.C. Música y Contra Cultura) quien hizo las fotos del disco y al cual no se le dio el crédito correspondiente. Y sí: como bien dices faltaron varios créditos en el disco de COMALA.
¿De qué manera cambio tu vida Malinalco, luego de alejarte un poco de los escenarios?
En esos años -1992- mí situación espiritual y física pasaba por una crisis…tuve la oportunidad de irme a vivir a Malinalco y ahí se me abrieron las puertas para cambiar de vida, hacer una música diferente y vivir experiencias con substancias sagradas que me cambiaron la percepción de la realidad. Mi estancia en Malinalco marcó un parteaguas en mi vida. Aprendí mucho. Yo soy antes y después de Malinalco.
¿Hoy día sigues incursionando o volverías a incursionar en proyectos de música rock, popular o etno? (Tengo que decirte que no sabía cómo llamarlo, si “Música convencional” o de corte más “comercial”, pero creo que nunca has estado en uno u otro parámetro, así que me incliné por lo de rock o popular que posiblemente tampoco sea un término correcto para referirnos a lo que has hecho).
No he dejado de tocar mis teclados y mi acordeón y sigo componiendo con ellos…ahora estoy entusiasmado con mi nuevo proyecto de banda llamado EYI. Palabra en náhuatl que significa «tres». De hecho, ya empezamos la grabación del disco en el estudio de Carlos Vivanco (Decibel, Bardo Thodol) un extraordinario músico, productor y amigo.
¿Háblanos un poco de la Sonoterapia, disciplina a la cual has dedicado los últimos años de tu vida?
Tuve mi primer cuenco de metal en el año de 1997 cuando pasaba una temporada en Nueva York y un amigo me los mostró por primera vez. Quedé fascinado, impresionado por la profundidad de sus vibraciones y de inmediato fui a comprar uno. A partir del año 2002 ya viviendo en Malinalco tuve oportunidad de empezar a hacer Sonoterapia anti estrés cuando una familia de amigos cercanos había tenido un terrible accidente automovilístico y yo los invité a casa para hacerles una sesión de terapia de sonido… aún no había estudiado técnicas terapéuticas ni tampoco nada en relación con los alcances benéficos de ciertos sonidos, sin embargo, mi formación profesional como músico y mi intuición me ayudaron a darles un beneficio a mis amigos afectados. Unos días después de dicha sesión al hablar con ellos me comentaban su experiencia favorable durante mi sesión y me di cuenta que había un gran potencial de ayuda y beneficio por medio de ciertos sonidos. Eso me animó a estudiar técnicas terapéuticas y estudiar más los fenómenos psico-acústicos de los cuencos. Luego empecé a conseguir más y más…tanto de metal como de cuarzo. Además de Tuning Forks Diapasones. Yo había hecho un diplomado en masaje terapéutico y durante un año pude aprender diversas técnicas para beneficiar el cuerpo. Todo eso ayudó bastante en mi carrera en la sonoterapia anti estrés. Luego fui tomando diversos cursos en California, Colorado y Vancouver.
¿Todo lo que últimamente haz producido de música, sobre todo lo de corte más ambiental, parte del tipo de sonidos llamados “armónicos”, o esto es exclusivo de la Sonoterapia?
Los armónicos son una serie de sub sonidos que existen en la atmósfera y en muchos otros generadores de vibración sonora. Están en el aire, en el agua, el mar, el canto de los pájaros, la electricidad, en la voz humana, en los instrumentos musicales y en los cuencos -que también son instrumentos musicales no convencionales-. El poder transformador del sonido se encuentra en los armónicos, pero hay que saberlos manejar y saber ejecutar los cuencos para no crear ruido caótico. Hay que estudiar.
Continuamente subes mucho material musical a tus canales y mucho de ello es inédito, desde cortes más ambientales, experimentales y hasta folclóricos. ¿Más adelante veremos alguna de estas piezas cristalizadas en algún o algunos álbumes?
Como te comentaba antes ya estoy grabando un nuevo disco con mi nueva banda…música y letra originales de un servidor…el disco se llamará Polkas Lokas pues incluye cuatro piezas inspiradas en estilos de la música tradicional norteña con un tratamiento fuera de lo común. Hay otras piezas que siguen más la línea de Sangre Asteka y otras con teclado…son canciones de estilo muy ecléctico…hay dos que canto en náhuatl. Serán diez en total.
¿Qué sigue para Humberto Álvarez?
Hacer crecer mi felicidad y compartirla con la gente.