La banda Margaritas Podridas -cuyo primer nombre fue Rotten Daisies– acaba de lanzar su segundo álbum -homónimo- el cual da un paso adelante, al aglutinar más elementos sonoros que su álbum debut, el cual era mayormente orientado hacia el grunge. En este segundo LP, si bien mantienen mucha de su propia esencia, se encaminaron más hacia el shoegaze y el noise pop, lo que le ha dado una mayor profundidad a su sonido y una mayor expresividad y emotividad.
Esto se fue notando claramente a través de los primeros temas que fueron apareciendo durante el 2020 pues ya marcaban el camino por el que se iría el álbum, y al contrario que el disco anterior, se tomó la firme decisión de que las letras fueran en esta ocasión en español, lo cual ha hecho que conecten aún más con su audiencia. Las líricas dentro del álbum tienen en su mayor parte un mensaje que aborda la violencia de género, sin embargo, las mismas son tratadas de una forma abstracta, e incluso de una manera minimalista.
Es de destacar un par de detalles que aportaron para la creación de esta placa, por un lado, la producción de Sebastian Neyra (La mitad de Mint Field y la cara de Sonic Emerson) y por otro, que para este segundo disco, hubo un trabajo de composición más colaborativo dentro de la banda, aspectos que sin duda, han redondeado la propuesta de la banda y del álbum en sí.
Cada quien podrá tener sus temas favoritas, sin embargo, yo podría hacer notar temas como “Pétalos Mordidos” que es un estupendo tema abridor y que engancha con su propuesta, “Parabrisas” que por medio de sus capas de sonido, logran crear un trance hipnótico, y “Margaritas”, un tema poderoso y directo el cual nos hacen recordarnos que su amor al grunge no desapareció, –incluso la cantante pareciera estar poseída por el espíritu de Courtney Love-. En pocas palabras, Margaritas Podridas es un trabajo redondo, y que deja un gran sabor de boca para quien lo escucha.