El formato del festival Roxy, no fue distinto a los que históricamente se han realizado en el parque Trasloma (Coordenada, Anagrama). Dos escenarios, uno al lado del otro en el que las bandas se intercalan y, mientras en uno se lleva a cabo un acto, este es proyectado en la pantalla del otro. De tal modo que independientemente de en qué escenario te encuentres, escuchas lo que está sucediendo y puedes verlo en directo o por medio de pantallas.
En esta ocasión elegí plantarme desde temprano en el escenario “Converse”, ya que el acto que realmente iba a ver era el de Morrissey, encargado de cerrarlo. Entré al inmueble alrededor de la 1:00 P.M. y fui directamente hacia ahí, donde ya había un par de docenas de die-hard fans instalados para una espera de diez horas y media. Me les uní junto al grupo con el que iba acompañado.
A continuación el resumen de nuestra jornada:
Escenario Converse
1:20 P.M. Elsa y Elmar.
Empezamos con 45 minutos de su autodenominado “Pop espiritual”… guitarra, sintetizador y una acompañante en coros. Música cansina y letras sin mucho contenido. Una especie de “Caloncha” colombiana con una buena voz.
Escenario Guadalajara/Zapopan
2:05 P.M. Maite Hontele.
Un ensamble de ritmos latinos liderado por la trompetista Holandesa (nos lo dejó claro en varias ocasiones), Maite Hontele. Salsa, bolero y son cubano bien ejecutado, aunque fuera de contexto en un festival donde los actos principales atraen otro tipo de audiencia.
Escenario Converse
2:50 P.M. Space Oddity David Brighton.
Aquí no hay mucho que decir, una banda tributo a David Bowie. Si eres de las personas que disfrutan este tipo de espectáculos (y por lo que pude ver son muchas) esta era una buena opción, si no, fue una manera de pasar el tiempo riendo con un agradable soundtrack. Mención especial al bajista, una mezcla de Marcello Lara y el Pirrurris.
Escenario Guadalajara/Zapopan
3:35 P.M. Siddhartha.
Sinceramente no presté mucha atención, pop ligero con ese desafortunado aire “buena vibra” que parece estar impregnado a las bandas tapatías.
Escenario Converse
4:20 P.M. Hercules & Love Affair.
Con un show sumamente seguro de sí mismo lograron conectar por primera vez con una cantidad significativa de asistentes, quienes se notaba estaban ahí en verdad para escucharlos, corearon sus éxitos y al terminar el acto, una gran cantidad del público se retiró para no volver, al menos a ese escenario.
Escenario Guadalajara/Zapopan
5:05 P.M. Caloncho.
El trago más amargo que tragar en mi afán de ver a Morrissey en un lugar al frente.
Caloncho podría decirse que es el anti-Morrissey, falto de carisma y habilidad lírica ofrece un acto que sin ningún tipo de vergüenza te invita a desconectar el cerebro y “pasarla bien” de la mano de su música y letras carentes de siquiera una pizca de carácter, buen gusto o ingenio. Por supuesto tuvo una buena cantidad de “carnalitos” pasándola “delicioso”. Alrededor de los 15 minutos el instinto se activó y entré en modo Homero Simpson, prestándole toda mi atención:
Escenario Converse
5:50 P.M. Hiromi: Trio Project.
Sin ser muy adepto del Jazz, y seguramente en parte por contraste, disfruté de la actuación energética de Hiromi y su trío. La japonesa desplegó todos sus dotes de pianista al igual que sus acompañantes al bajo y batería. Se vio auténticamente feliz durante toda su presentación y logró contagiar el sentimiento al público.
Escenario Guadalajara/Zapopan
6:40 P.M. Hot Chip DJ Set.
La gente en ese escenario parecía estar pasándolo bien por lo que supongo que cumplieron, personalmente lo tomé como música de fondo que al final me tenía un poco cansado.
Escenario Converse
7:30 P.M. Fito Páez.
Un Fito cada vez más afectado en su voz y manerismos (y barrigón) ofreció un set de ocho temas, siete de los cuales fueron éxitos de su pasado lejano y «Margarita» (2013) que dejó en evidencia el dramático bache creativo en el que se encuentra desde hace ya años. Para mí fue a la vez un agradable repaso de lo que creó en sus mejores años y un triste recordatorio de cómo casi nadie sabe cuándo parar.
Escenario Guadalajara/Zapopan
8:25 P.M. Smash Mouth.
No sé cuál haya sido la intención de los organizadores al decidirse por incluir a Smash Mouth en el cartel, dio la impresión de ser una banda de covers liderada por un hombre mitad Fred Durst, mitad David Brent, mitad la peor versión Axl Rose.
Escenario Converse
9:20 P.M. James.
Interactuando con el público de inicio a fin, James ofreció un concierto serio y sólido, no se fueron por la opción fácil de tocar todos sus éxitos, sino que presentaron varias placas de su último disco Girl at the End of the World. A estas alturas de su carrera no tienen nada que demostrar a nadie y me pareció acertado no mostrarse como una banda vencida viviendo de su pasado y dejar claro que aún tienen cosas que decir.
Escenario Guadalajara/Zapopan
10:20 P.M. Placebo.
Nunca me interesé por Placebo, incluso en su época de mayor auge no los escuché a fondo ni profundicé en su música o su propuesta en general. Había escuchado buenos comentarios acerca de ellos, especialmente de sus directos, por lo que si bien no estaba en el escenario donde se presentaban, puse atención a través de las pantallas. Puedo entender por qué le gustan a mucha gente, una voz muy distintiva encima de riffs con pegada, sin embargo, sigue sin quedarme claro que es lo que los hace la banda favorita de alguien. La positiva respuesta del público en general me hace pensar que cumplieron con creces las expectativas que había respecto a su presentación, supongo que son una de esas bandas con las que conectas o no lo haces. Yo, basándome solamente en esta experiencia, no lo hice.
Escenario Converse
11:30 P.M. Morrissey.
Desde una hora y media antes de su salida a escena, el festival se empezó a alinear a Morrissey, se detuvo la venta de carne y momentos antes de las 11:30 se cubrió con una manta negra el letrero de “Converse” que nombraba al escenario.
Un par de minutos después de la hora pactada, se encendió la pantalla y el show de Morrissey comenzó: un video de The Ramones fue proyectado, seguido de otro de James Brown, seguido de otro de Lou Reed. Para este momento la gente empezaba a desesperar y a silbar ya que quedaba claro que el intro preparado para la gira, no iba a ser editado para adaptarse a los tiempos de un set para festival. Continuó la seguidilla de videos con imágenes de discursos políticos, escenas de películas y más música. The Sex Pistols, Public Enemy, The New York Dolls entre otros fueron desfilando por la pantalla. Inclusive se proyectó la lectura completa del poema “Wanting To Die” de Anne Sexton.
En total, la introducción duró un poco más de media hora, pero desde mucho antes la mayoría de los asistentes soltaban chiflidos y reclamos (parcialmente justificados ya que por un lado, para ese momento no había manera de saber que este tiempo se compensaría al final y por otro, no es de extrañar que Morrissey presentara su acto tal cual está concebido) cada que un nuevo clip aparecía en pantalla.
Pasada la media noche y con la imagen de un torero como fondo, finalmente salió Morrissey acompañado de banda, toda ella vistiendo playeras con la leyenda “Fuck Trump”. Saludó en español al público, “Suedehead” comenzó y con ello, la presión contenida por el público se liberó de golpe. A partir de ahí, fue un típico concierto de Morrissey, una entrega total e incondicional por parte de sus seguidores, así como de él y su banda. Como era lógico, su set list habitual tuvo que verse reducido para encajar con el tiempo para el que estaba programado. Se sacrificaron dos de sus temas, un par de covers de The Smiths y el cover de “Judy Is a Punk” a manera de encore, comparándolo con su concierto anterior en el Palacio de los Deportes.
En esta ocasión Morrissey arremetió contra Donald Trump (“Trump-Shifters of the world, unite and take over”) y a pesar de excluir del set “Meat is Murder” y sus estremecedores visuales, dejó clara su postura respecto al maltrato animal con “The Bullfighter Dies”.
A fin de cuentas, el concierto se extendió más allá de lo que dictaba el horario pre-establecido por el festival y el público terminó satisfecho. En lo personal, me pareció un concierto ligeramente más frío y menos “litúrgico” comparándolodo con otras ocasiones, tal vez por el hecho de haber sido al aire libre, con una separación importante entre el escenario y la audiencia o porque a la montaña de éxitos en el repertorio le faltaron los matices y singularidad que dan otras canciones menos populares (con la excepción de “Jack The Ripper”). De cualquier manera es imposible quejarse cuando se presenció a uno de los mejores letristas vivos interpretar de una manera sólida, tanto vocal como musicalmente, himno tras himno.
Escenario Guadalajara/Zapopan
¿? A.M. Empire of The Sun.
A esa hora ya me da sueño…
*Fotografías cortesía de Sebastián Mejorada (Imágenes intercaladas en el post).
*Fotografías cortesía de Gabriel Rodríguez (Galería, a continuación). Albúm completo aquí.